Gracias a Dios, he podido disfrutar de un mes de vacaciones en compañía de mi mujer, de mis hijas, de mis padres y de mis hermanos. No todos pueden decir lo mismo. Por eso sé que soy un privilegiado. Por eso no sé qué es eso del "síndrome posvacacional", esa horterada insensible con quienes no pueden permitirse ni un día de vacaciones porque no tienen donde trabajar.
Así que de vuelta al trabajo y feliz por tenerlo. Ojalá muchos españoles encuentren trabajo el curso que comienza, que se nos antoja vital para nuestra querida España y en el que procuraré asomarme a esta página, en su7º año de vida, cuando mi trabajo me lo permita. "Primum vivere..."
Como decía Don Quijote, podrán los encantadores quitarme la ventura, pero el esfuerzo y el ánimo, jamás.
Un abrazo a todos
LFU
"Mi sueño es el de la patria, el pan y la justicia para todos los españoles, pero especialmente para los que no pueden congraciarse con la patria, porque carecen de pan y de justicia.". JOSÉ ANTONIO
1 de septiembre de 2014
29 de julio de 2014
Pujol, Game over
El reciente destape de una mínima
parte sus vergüenzas pecuniarias por el patriarca nacionalista Pujol ha hecho
emerger de las profundidades enormes dosis de impostura en no pocos políticos y
comentaristas que parecen recién caídos del guindo tras décadas mirando para
otro lado mientras la familia hacía
caja con las pingües comisiones que formaban parte de la normalidad empresarial
en medio del paisaje putrefacto de un oasis mantenido durante lustros por
tirios y troyanos gracias a una ley electoral hecha a la medida de las fuerzas
centrífugas.
No creo demasiado en las
casualidades. Que precisamente en el año clave para la ofensiva separatista y
pocos días antes de que el presidente de la Generalidad visite la Moncloa se
destape el escándalo conocido y tapado por tantos durante tanto tiempo, tiene
un tufillo a seria advertencia más que a descubrimiento policial, y me provoca
un asco inmenso por el desprecio y agravio que supone al resto de los españoles
que procuramos cumplir con nuestras obligaciones y no tenemos nada que ofrecer
para la “estabilidad” institucional de la nación.
Es precisamente la quiebra del
Estado de derecho que durante tantos años ha estado ausente de forma selectiva
en Cataluña y que tuvo quizás su faceta más turbia en la Sentencia del caso
Banca Catalana, la que me hace dudar que, una vez más, al final de esta
historia, y a cambio de frenar el proceso secesionista, hayamos de tragarnos
los demás el inmenso sapo de que las millonarias comisiones del 3% se hayan
convertido para la historia en una romántica y añeja masa hereditaria
tardíamente regularizada.
Parece claro que a Pujol y a su
familia se les ha acabado su rentabilísimo juego. Pero no apostaría a que sufrirán
como cualquier otro ciudadano el rigor de la justicia. Las cloacas del Estado
aprietan, pero no parece que ahoguen.
LFU
17 de julio de 2014
Cataluña. La cesión al chantaje
Sólo
desde la humildad y la autocrítica pueden afrontarse los problemas que nos
afectan. España debe reconocer que, ante el desafío separatista del
nacionalismo catalán, lleva décadas a la defensiva, cediendo continuamente a su
chantaje y tratando de encontrar un “encaje” de “Cataluña” en España, cuando en
realidad de lo que se trata es de calmar a la fiera con carne cruda.
Pero
la fiera –el nacionalismo separatista- cada vez pide más. Hasta ahora se había
contentado con inyecciones de dinero y transferencia de competencias. Con ese
dinero y esas competencias han educado a dos generaciones que en su mayor parte
no se sienten españoles, con la inestimable ayuda del control de los medios de
comunicación, al servicio de los mitos goebbelsianos
del separatismo.
Resulta
desazonador comprobar cómo en las élites de la sociedad prevalece el tacticismo
y la resignación y toda la estrategia gira en torno a ver cómo se
puede contentar “a los catalanes”
cuando de lo que verdaderamente se trata es de contentar la voracidad del
separatismo, olvidando absolutamente a ese 40 o 50% de los catalanes que se
sienten españoles, a los que nadie toma en serio y que sufren en silencio la
opresión nacionalista.
No
resulta baladí el hecho de que el rey Felipe en los últimos meses haya viajado en
ocho ocasiones a Cataluña y en ninguno de sus viajes se haya reunido con alguna
de las plataformas que se atreven a hacer frente públicamente al nacionalismo.
En los últimos días se habla incesantemente de nuevas maniobras
opacas para ofrecer nuevos privilegios al nacionalismo a costa de la soberanía
de los españoles y si hace falta cambiar la Constitución, ésta no será la
barrera.
Es la derrota del Estado de derecho frente al desafío y la
chulería del nacionalismo. España está abandonando a su suerte a millones de
catalanes que se sienten catalanes y españoles y sobre cuyo atemorizado silencio
cabalga triunfante la hidra nacionalista.
El verdadero triunfo del nacionalismo separatista está en la
extrema debilidad de España como nación. Se equivocan quienes piensan que esta
vez lo van a solucionar con dinero. Ya es demasiado tarde. La única solución
pasa por la firmeza en la defensa de la ley y el estado de derecho frente al
chantaje y la desobediencia.
LFU
15 de julio de 2014
Mariano Rajoy y el peligro Chamberlain
“Bien está, sí, el
diálogo, como primer instrumento de comunicación (…)” pero quienes elevan
el diálogo a categoría absoluta corren el riesgo de ser derrotados por
los que presionan con la fuerza de los hechos consumados.
Daladier y Chamberlain creyeron que debían dialogar con
Adolfo Hitler tras la anexión por el Reich de los Sudetes y el Anschluss y el
resultado fue la invasión de Polonia, y de la mayor parte de Europa, la guerra
mundial y el caos. “Renunciasteis al
honor para tener paz y ahora no tendréis ni paz ni honor” les reprochaba Sir Winston Churchill a aquellos ingenuos enamorados del diálogo.
Ante la ofensiva separatista de los nacionalistas catalanes,
Mariano Rajoy parece más inclinado a emular a Chamberlain que a Churchill. Sólo
así puede entenderse que ante el constante y abierto desafío a la legalidad
vigente, ante la descarada desobediencia de las sentencias judiciales, ante la bravuconería
y chulería del Gobierno de la Generalidad y ante la quiebra del Estado de
derecho en una parte querida de España, el Presidente del Gobierno reaccione
con una nueva invitación al diálogo con el agresor.
No hay nada de qué hablar con quien amenaza abiertamente con
romper la convivencia y atentar contra la soberanía de la nación española. Con
los que chantajean al Estado y se burlan de la ley no se dialoga, se aplica la
ley, con todas sus consecuencias. Hacer lo contrario constituye un síntoma de
debilidad alarmante y un precedente extremadamente peligroso, además de una
colosal injusticia y agravio comparativo con el resto de los españoles que
cumplimos la ley.
LFU
8 de julio de 2014
Pablo Iglesias, el "bueno" y el "malo"
Aunque no soy asiduo al género chamuscado de las tertulias,
resulta difícil husmear entre los canales y las redes sociales sin que alguien
esté hablando de Pablo Iglesias. Y cuando el que habla pertenece al Partido
socialista, suele apostillar su referencia distinguiendo al líder de “Podemos”
de su fundador, al que le ha caído el apelativo de Pablo Iglesias, “el bueno”, quizás para destacar la
radicalidad del omnipresente y flamante eurodiputado.
Pero de “bueno” o de moderado tenía poco el linotipista. Según recoge Luis
Gómez Llorente en su libro "Aproximación
a la historia del socialismo español hasta 1921",( Cuadernos para el
Dialogo, Madrid, 1972, página 169-) el 12 de noviembre de 1921, en su discurso
pronunciado ante el VI Congreso del PSOE en Gijón, Pablo Iglesias, “el bueno” pronunciaría éstas palabras
pletóricas de talante: "Queremos la
muerte de la Iglesia… para ello educamos a los hombres, y así les quitamos la
conciencia… No combatimos a los frailes para ensalzar a los curas. Nada de
medias tintas. Queremos que desaparezcan los unos y los otros".
Pues bien, no sé cuál de los dos Pablos es peor, aunque seguramente
ambos habrán renegado por igual de su apellido. Del contemporáneo, debo señalar
su fuerte dogmatismo, su carácter sectario y la extraordinaria habilidad que
demuestra ante las cámaras. No hay duda de que la cámara “le quiere” y lo más
sorprendente –o no- es que todos los medios hayan decidido promocionarle de
forma gratuita. Me barrunto que algo tendrá que ver la cocina de Arriola en
todo esto, pero la estrategia no es nueva y es peligrosa. Ya lo intentó
Miterrand con el Frente Nacional y ahora es la primera fuerza política de
Francia.
Lo peor es que a Pablo Iglesias se las ponen con a Fernando
VII. No es que el muchacho sea tonto, ni mucho menos, pero si le ponen de
sparring a tertulianos de profesión a sueldo de los partidos, intelectualmente
menesterosos y sin otros principios que los de Groucho Marx, la victoria la
tiene asegurada. Vean si no el repaso que Fernando Paz le dio a Pablemos a cuenta del franquismo, esgrimiendo
con valentía la verdad frente el rancio argumentario de la historiografía marxista.
Ya sé que al Partido popular le interesa sacar el espantajo
de este revolucionario con coleta para alentar el voto del miedo, pero mucho
cuidado con estos experimentos. La campaña se la están haciendo gratis y esto
se acaba pagando.
LFU
1 de julio de 2014
27 de junio de 2014
Pablo Iglesias le abre la puerta grande a Rubalcaba
El cinismo, o tal vez la fragilidad de la memoria, nos
presenta hoy a Alfredo Pérez Rubalcaba como un gran hombre de Estado al que se
despide como a los buenos toreros, con una gran ovación y el olvido de sus
tardes negras.
El mismo Rubalcaba que hizo el trabajo sucio en aquella
terrible jornada de reflexión de marzo de 2014, el que sirvió de escudero al
infame Zapatero durante sus dos legislaturas, el que ha sido capaz de justificar
y defender tripartitos, aborto libre y educación para la ciudadanía, ayer era
despedido por tirios y troyanos –y cómo no, por el cursi pomposo de Posada, como
un gran prócer de la democracia.
Me quedo con el Suum cuique
tribuere de Ulpiano y líbreme Dios de juzgarle, pero sus actos y dichos están
en la hemeroteca. No derramaré una
lágrima por un político que tanto daño a hecho a nuestra nación por mucho que lo
que haya de venir sea peor.
Pero la pura verdad es que Rubalcaba se va, porque Pablo Iglesias le echa. La izquierda se está echando al monte encendida por la mecha del sectarismo que
prendió el infame con su escudero. El
hijo se revuelve contra el padre y lo aparta, porque la semilla del odio acaba
dando sus frutos podridos. Descanse en paz.
LFU
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