Leo en la prensa que el foro Sociedad Civil presidido por
Ignacio Camuñas (el otrora conocido como “Nacho de Noche”) presentó ayer una
propuesta de reforma constitucional que supondría un cambio radical del actual
sistema político. La primera es suprimir las comunidades autónomas para
establecer «un estado unitario con un
solo gobierno, un único parlamento y un tribunal supremo para todo el
territorio». «España no puede seguir
así», remachó, «porque no nos podemos
permitir 17 gobiernos, 17 parlamentos, 17 tribunales superiores de justicia y
17 tribunales de competencia».
La segunda, cambiar la Ley Electoral e instaurar un sistema
mayoritario con 300 circunscripciones pequeñas que elegirían a un solo
diputado. Los otros 50 se votarían en circunscripción nacional. Además,
plantean la supresión del Senado, porque en un estado unitario no tendría sentido
mantener una pretendida cámara territorial.
El ex ministro expuso que el Estado de las Autonomías se ha
demostrado «un intento fallido» porque «tuvo
como función esencial dar acomodo a los nacionalistas catalanes y vascos».
Más de 35 años después, esos nacionalistas han demostrado su «gran deslealtad» y que quieren «romper España» al aspirar a la
independencia de Cataluña y del País Vasco.
«Queremos purificar
nuestra democracia», añadió el ex ministro, «que se retiren las subvenciones a
los partidos y a los sindicatos y que estas enormes organizaciones que hoy son
los partidos cobren una dimensión menor, dejando paso a la sociedad civil».
En
efecto, los nacionalistas han demostrado
una gran deslealtad....pero los que diseñaron el modelo constitucional,
acreditaron, en el mejor de los casos, una colosal ingenuidad. Espero
que nadie nos venga nunca más con lo de la “modélica transición”, porque la
verdadera transición no la hicieron Suárez, Torcuato, ni el Rey. La dejó hecha
el régimen anterior que tomó una España pobre y desgarrada y dejó una nación reconciliada,
en paz y desarrollo, para que otros sentaran después las bases para la
decadencia de nuestra Nación.
Nunca
es tarde si la dicha es buena, reza el adagio castellano. Ojalá nos hubieran ahorrado tanto
sufrimiento y evitado que España se convirtiese en un lodazal infectado de
corrupción y desvergüenza. Pero
bienvenida sea esta iniciativa y bienvenidos Camuñas y los demás que vengan con
humildad al camino del sentido común, porque para que todo cambie, antes es
preciso cambiarlo todo.
LFU