"Mi sueño es el de la patria, el pan y la justicia para todos los españoles, pero especialmente para los que no pueden congraciarse con la patria, porque carecen de pan y de justicia.". JOSÉ ANTONIO

24 de julio de 2012

Belinha

Mi hermano César me ha recordado oportunamente que gracias a la noble y justísima iniciativa del Ministro de Justicia de la que me hacía eco en mi entrada anterior, dentro de no mucho tiempo habitará entre nosotros más personas como Belinha, capaces de generar tanto amor, tanta poesía.  Belinha es el nombre de un poema y el de la hermana disminuida del poeta Miguel D'Ors que lo compuso.




BELINHA
(1958-2005)

Para mi hermana Ana

Un oscuro designio de Quien es
el propio amor y toda la Justicia
te denegó la luz de la razón.
Algún día veremos que era bueno,
que fue un resorte decisivo para
la Gloria del Señor del Universo.
Hasta entonces guardemos estas cosas
en nuestro corazón –arca de fe-.

Pero ya algún atisbo me anticipa
la claridad final: esa carencia
tenía un reverso misterioso de
privilegio: que nunca hicieras mal
y tu paso dejara en esta vida
la misma estela pura que los ángeles.
Más: tu debilidad nos hizo ser
a cuantos estuvimos cerca de ella
mejores que nosotros. Y hoy que ya
vives la luz del rostro Eterno
a todos tus hermanos nos mejoras
un poco más con tu oración perfecta.

Acaso a ti, de todos la más pobre,
a la que todo lo necesitaba,
a la que en tanto tiempo llegó apenas
a balbucir “las vacas” y unos cuantos
nombres propios cercanos (eso sí:
uniendo con un raro instinto los
matrimonios), precisamente a ti,
nosotros, tus hermanos, los llamados
normales, los que siempre te mirábamos
con lástima, por una de esas bromas
de la Divina Providencia, acaso
cuando llegue la hora verdadera
te debamos la Bienaventuranza.
 

Miguel D'Ors
Pontevedra, 31-XII-06/1-I-07
Inédito recogido en El misterio de la felicidad.

23 de julio de 2012

El atroz aborto eugenésico

«No entiendo que se desproteja al concebido, permitiendo el aborto, por el hecho de que tenga algún tipo de minusvalía o de malformación. Me parece éticamente inconcebible que hayamos estado conviviendo tanto tiempo con esa legislación. Y creo que el mismo nivel de protección que se da a un concebido sin ningún tipo de minusvalía o malformación debe darse a aquel del que se constate que carece de algunas de las capacidades que tienen el resto de los concebidos.»


Alberto Ruiz-Gallardón, Ministro de Justicia en la entrevista concedida ayer a La Razón

Las declaraciones del Ministro constituyen un salto cualitativo en la defensa de la vida. Son un fuerte aldabonazo a las posiciones de la izquierda proabortista que, cautiva de sus dogmas, asume desde hace tiempo  aberraciones éticas como la eugenesia, que formó parte del corpus doctrinal del nazismo. 


Pero suponen un terremoto que promete avivar un amplísimo expectro de conciencias adormiladas que justifican hoy el crimen abyecto del aborto con tal de deshacerse de una carga "insoportable" como  el nacimiento de un niño con minusvalías, con el mismo razonamiento que llevaría a justificar la eutanasia para librarse de la "pesada" carga de unos padres ancianos y disminuidos. Es un atroz subproducto de una sociedad materialista  como la nuestra que abomina verbalmente del nazismo al tiempo que justifica ignorante sus prácticas en función de una concepción hedonista de la vida.


Dios quiera que no nos quedemos sólo en el titular y que se haga, por fin más pronto que tarde, una ley justa que proteja a los más débiles de entre los débiles. 


No creo que haya ninguna otra lucha que merezca más la pena.


LFU



18 de julio de 2012

Razón del 18 de julio. Por José Utrera Molina



Yo nací en los albores del 18 de julio, tenía en aquella fecha tan sólo diez años, pero tengo que confesar que aquel acontecimiento tan históricamente importante rompió mi infancia y me incorporó ya al riesgo de la madurez.

Había sufrido en Málaga todo lo que había supuesto de ruptura el triunfo del Frente Popular en la ciudad. Nada de transigencia sonriente, nada de belicosidad caballeresca, nada que pudiera presumir un noble fondo de humana consideración. Quieran o no los que ahora han olvidado o, mejor dicho, han perdido la memoria de aquel día, al menos muchos hombres en cuya existencia estuvo grabado el sentido del deber nos revelamos contra la sectaria y vil manipulación de la Historia. Mi edad no consiguió de momento penetrar en el fondo de aquella terrible contienda, pero había tenido la suerte con muy poca edad, de tratar hombres jóvenes que anunciaban con sus palabras la posible proximidad de una nueva primavera. El 18 de julio fue para unos la posibilidad de enterrar a España y destruir sus cimientos milenarios y para otros la erección de un nuevo monumento a la esperanza y a la reconciliación.

He vivido durante toda mi ya larga vida el espíritu que se desprendió de aquel lejano 18 de julio. He negado hasta la saciedad los torpes argumentos que querían convertir esa fecha en una militarada al estilo de siglos anteriores. Sufrí en mi propia carne la desgarradura dramática de una familia que perdía a uno de sus miembros defendiendo hasta la muerte las ideas del 18 de julio, mientras que su hermano era Gobernador Militar de una provincia cercana bajo el dominio rojo. Viví intensamente todo lo que aquél proceso histórico significaba. Ahora lo considero alejado de la cólera dialéctica que acompañó algunos de mis pasos en mi ya lejana juventud. Declaro aquí que el 18 de julio fue un acto necesario. Franco recogió el inmenso clamor de una España dolorida y rota, para convertirla años después, en una nación en marcha que trataba de recuperar su destino.

Hoy estoy imposibilitado para hablar personalmente ante vosotros por una circunstancia fortuita que reduce mi movilidad pero que no ha nublado mi cabeza. Lo hace en mi nombre - y estoy orgulloso de ello-, uno de mis hijos, que comparte la firmeza de mi ideal y la disciplina de mi propia conducta. A él le debo la certidumbre de que aquel espíritu lejano, creador y luminoso del 18 de julio no muera en los caminos de la sangre de mi gente más próxima.

Hoy, alejado ya en el tiempo de aquella coyuntura, me siento delirantemente identificado con aquel grito, con aquel clamor, con aquella encendida esperanza que al menos en mí no ha muerto. Cuando Franco me llamó para indicarme mi nombramiento de Ministro de la Vivienda, le dije, - quizás con un tono de excusa- que no era merecedor de una responsabilidad tan importante, pero que cumpliría con mi deber poniendo mi alma en la tarea que se me encomendaba y añadí: “Soy falangista y como tal sirvo al Movimiento Nacional, pero no quisiera perder nunca la identidad a las ideas que he proclamado siempre. Franco me miró, como era su costumbre, profundamente y me  dijo: “Hace Vd. muy bien”.

De aquellas horas me distancian muchos años. Aquel que fue Caudillo de todos los españoles ha sido vil y cobardemente atacado incluso por muchos de los que fueron sus correligionarios. Pero yo he conservado, como mi mejor blasón, la lealtad al hombre que hizo posible el recobrar la dignidad a una España desesperada. Esta lealtad me consume y alimenta y esta noche quisiera trasladarla a todos vosotros, porque es cierto que con ella se vive en plenitud. La cobardía, no solo mata la fe, sino que destruye el resto de dignidad que un hombre pueda tener.

Lamento no estar esta noche entre vosotros, pero en la distancia os recuerdo y me alineo con vosotros con el mismo grito que amaneció mi infancia dolorida: ¡¡¡Arriba España!!!




José Utrera Molina


(Mensaje destinado a los asistentes a la cena conmemorativa de la Fundación Nacional Francisco Franco) 


17 de julio de 2012

18 de julio y Estado del Bienestar



La gratificación extraordinaria del 18 de julio comenzó a pagarse principios de los años 40 de forma espontánea por algunas empresas que de esta forma se aseguraban una oportuna mención en el recuadro que los diferentes diarios dedicaban a aquellos empresarios que mostraban esa liberalidad para con sus empleados con ocasión de la Fiesta de Exaltación del Trabajo que oficialmente se celebraba cada 18 de julio.

No fue hasta el 18 de julio de 1947 cuando el gobierno de Franco estableció con carácter obligatorio para las actividades no reglamentadas, la paga extraordinaria del 18 de julio, como lo haría también con la paga extraordinaria de Navidad, recientemente suprimida por el gobierno para los funcionarios, que vivirán junto con la mayoría de los españoles, las Navidades mas austeras de los últimos tiempos.

El pasado sábado, uno de los mejores ministros de Trabajo que ha tenido España, Licinio de la Fuente, recordaba oportunamente como el llamado Estado del bienestar no es una creacion socialdemócrata, sino que fue creado por Francisco Franco y su régimen durante los 40 años de mayores avances sociales de la historia de España.


Y es que todavía en plena guerra, el 9 de marzo de 1938, Franco dicta la Ley del Fuero del Trabajo, en beneficio de los trabajadores. En desarrollo de dicha ley fundamental, se aprueban, entre otras, las siguientes disposiciones:



1 de septiembre de 1939 Ley del Subsidio familiar.
 23 de septiembre de 1939 Ley del Subsidio de Vejez.
 13 de julio de 1940 Ley de Descanso dominical y días festivos.
 25 de noviembre de 1942 Ley de Patrimonios familiares.
 14 de diciembre de 1942 Seguro Obligatorio de enfermedad. Para dar cobertura a la Ley del Seguro Obligatorio de enfermedad, se construyo una red hospitalaria, dependiente de la Seguridad Social: Residencias hospitalarias 292 Ambulatorios 500 Consultorios 425 Residencias concertadas 96
26 de enero de 1944 Contrato de Trabajo, vacaciones retribuidas, maternidad para las mujeres trabajadoras y garantías sindicales.
19 de noviembre de 1944 Paga extraordinaria de Navidad.
18 de julio de 1947 Paga extraordinaria del 18 de julio.
14 de junio de 1950 Reforma del I.N.P. para una mejor cobertura en la acción protectora.
22 de junio de 1956 Accidentes de Trabajo
24 de abril de 1958 Convenios colectivos
23 de abril de 1959 Mutualidad agraria. En esta ley se encuadraron 2.300.000 trabajadores del campo, por cuenta ajena y propia.
 2 de abril de 1961 Seguro de Desempleo.
14 de junio de 1962 Ayuda a la Ancianidad.
28 de diciembre de 1963 Ley de Bases de la Seguridad Social.
31 de mayo de 1966 Régimen Especial Agrario.
2 de octubre de 1969 Ordenanza General del Campo, donde se establece la jornada laboral de 8 horas.
20 de agosto de 1970 Mutualidad de Autónomos Agrícolas.
23 de diciembre de 1970 Ley de Empleo Comunitario.

Así que en 1976, todos los trabajadores españoles tenían cubiertas todas las contingencias por el Estado que había nacido el 18 de julio de 1936:
-Seguro de Desempleo.
-Subsidio de Vejez.
-Invalidez permanente total.
-Invalidez absoluta.
-Gran invalidez.
-Discapacitados y Disminuidos.
-Subsidio de Ancianidad.
-Enfermedad Común no laboral.
-Accidente Común no laboral.
-Subsidio familiar.
-Protección familias numerosas.
-Asistencia farmacéutica.
-Asistencia médica.
-Asistencia hospitalaria.
-Vacaciones retribuidas.
-Descanso Dominical y días festivos.
-Paga extraordinaria de Navidad.
-Paga extraordinaria del 18 de julio.
-Pagas sobre beneficios.
-Convenios Colectivos.
-Representantes sindicales (liberados).
-Jurados de empresa.
-Representación Consejos de la administración de las empresas.

Hoy, gracias a la prodigalidad derivada de la Constitución de 1978, los españoles ven cómo mientras se mantiene incólume la estúpida e ineficiente estructura territorial, se mantiene inalterable la financiación a partidos y sindicatos, se tapan continuamente agujeros millonarios de más 17 canales de televisión autonómicos y  subsiste una cámara inútil como el Senado con 350 senadores, España comienza a pasos de gigante a deconstruir el Estado del Bienestar nacido el 18 de julio.

Es lícito exigir sacrificios a los ciudadanos cuando al mismo tiempo se predica con el ejemplo. El gobierno no lo está haciendo, y presta oídos sordos a lo que es un verdadero clamor en la calle para una reforma en profundidad del Estado que nos permita resurgir de nuestras cenizas con un coste social razonable.

Este es el verdadero espíritu del 18 de julio que debemos defender en esta hora difícil de España.


LFU

11 de julio de 2012

Un clamor

IVA Francia 19,6% Salario base: 1428€ 
IVA Holanda 19% Salario base: 1446€ 
IVA España 21% Salario base: 641€.


Se trata tan sólo de números, pero bien significativos. Y es que ni en Holanda ni en Francia tienen que sostener un disparatado Estado de las Autonomías que antes de desintegrar España en su unidad va a conseguir su desintegración por ruina absoluta.


No puede cargarse sobre la espalda del ciudadano medio el terrible fracaso de una estructura territorial que sólo ha servido para servir de acomodo a más de 400.000 políticos profesionales convirtiendo a los partidos políticos en la principal agencia de colocación de España.


Los españoles no necesitan las autonomías para vivir y realizarse. Necesitan poder vivir con dignidad, tener un trabajo digno, acceder a la vivienda y mantener a su familia. Esto está empezando a ponerse muy, pero que muy feo. Si Europa nos impone recortes, el Gobierno debe atender a lo que es un clamor en la calle y afrontar de una vez por todas la reforma inaplazable del título VIII de la Constitución.


Que Dios nos ampare


LFU

10 de julio de 2012

Bronca o subida de impuestos, pero no ambas.

Empiezo a estar más que harto del tonillo sarcástico y paternalista del Ministro Montoro. Si van a subirnos los impuestos díganlo ya de una vez, expliquen los motivos y asuman su responsabilidad, pero ya está bien de regañarnos como si fuéramos imbéciles, cuando no son capaces de afrontar una reforma en profundidad de una estructura territorial sistémica e insostenible.


LFU

5 de julio de 2012

Juicio a Franco. De J.J. Esparza


Título: Juicio a Franco
Autor: José Javier Esparza.
Editorial: Libros Libres
Año: 2011

Los últimos 8 años del socialismo español capitaneados por la figura de Rodríguez Zapatero han estado preñados de polémicas iniciativas, hijas en su mayoría de diversas y, probablemente, de las peores influencias ideológicas que anidan en la izquierda española. Sin duda, la denominada “Memoria Histórica”, ha sido una de las herramientas más significadas de la lucha política del extinto ya, último periodo socialista, que desembocó -¿casualmente?- en la crisis política y económica más aguda de la democracia española.

Lo curioso de esta desdichada iniciativa política es que ha brindado una oportunidad extraordinaria a través del libro de Esparza para entender no sólo este fenómeno en sí, sino también determinadas claves esenciales y ocultas pero tremendamente vivas del escenario político español. El breve, pero muy fecundo, ensayo de Esparza aporta una serena y rigurosa reflexión, no exenta de amenidad, imprescindible para explicar la realidad española de los últimos 70 años.

El Juicio a Franco de Esparza se vale de diversas y muy variadas aportaciones intelectuales: desde la teoría freudiana de la muerte del padre a la teología política de Carl Schmitt; desde las categorías filosófico-políticas jüngerianas a las contribuciones intelectuales de Gonzalo Fernández de la Mora y con ellas proporciona una razonada explicación a la insólita vigencia del debate político sobre Franco a casi 40 años de su desaparición, a su incómoda y compleja pervivencia en sus detractores y herederos; y no sólo eso, sino que aporta una muy cumplida e inédita explicación al decurso y sentido no sólo de la Era de Franco sino también del propio personaje.

Se trata de una obra rara por lo original y sintética pese abordar una realidad compleja, pero en todo caso resultará indispensable para todo aquél que sin complejos ni filtros ideológicos previos quiera enfrentarse a nuestra historia y por ello a las claves que explican el presente de nuestra amada y doliente España.

César Utrera-Molina Gómez