Empiezo a estar más que harto del tonillo sarcástico y paternalista del Ministro Montoro. Si van a subirnos los impuestos díganlo ya de una vez, expliquen los motivos y asuman su responsabilidad, pero ya está bien de regañarnos como si fuéramos imbéciles, cuando no son capaces de afrontar una reforma en profundidad de una estructura territorial sistémica e insostenible.
LFU
"Mi sueño es el de la patria, el pan y la justicia para todos los españoles, pero especialmente para los que no pueden congraciarse con la patria, porque carecen de pan y de justicia.". JOSÉ ANTONIO
10 de julio de 2012
5 de julio de 2012
Juicio a Franco. De J.J. Esparza
Autor: José Javier Esparza.
Editorial: Libros Libres
Año: 2011
Los últimos 8 años del socialismo
español capitaneados por la figura de Rodríguez Zapatero han estado preñados de
polémicas iniciativas, hijas en su mayoría de diversas y, probablemente, de las
peores influencias ideológicas que anidan en la izquierda española. Sin duda,
la denominada “Memoria Histórica”, ha sido una de las herramientas más
significadas de la lucha política del extinto ya, último periodo socialista,
que desembocó -¿casualmente?- en la crisis política y económica más aguda de la
democracia española.
Lo curioso de esta desdichada
iniciativa política es que ha brindado una oportunidad extraordinaria a través
del libro de Esparza para entender no sólo este fenómeno en sí, sino también
determinadas claves esenciales y ocultas pero tremendamente vivas del escenario
político español. El breve, pero muy fecundo, ensayo de Esparza aporta una
serena y rigurosa reflexión, no exenta de amenidad, imprescindible para
explicar la realidad española de los últimos 70 años.
El Juicio a Franco de Esparza se vale
de diversas y muy variadas aportaciones intelectuales: desde la teoría
freudiana de la muerte del padre a la teología política de Carl Schmitt; desde
las categorías filosófico-políticas jüngerianas a las contribuciones
intelectuales de Gonzalo Fernández de la Mora y con ellas proporciona una
razonada explicación a la insólita vigencia del debate político sobre Franco a
casi 40 años de su desaparición, a su incómoda y compleja pervivencia en sus
detractores y herederos; y no sólo eso, sino que aporta una muy cumplida e
inédita explicación al decurso y sentido no sólo de la Era de Franco sino
también del propio personaje.
Se trata de una obra rara por lo
original y sintética pese abordar una realidad compleja, pero en todo caso
resultará indispensable para todo aquél que sin complejos ni filtros
ideológicos previos quiera enfrentarse a nuestra historia y por ello a las
claves que explican el presente de nuestra amada y doliente España.
César Utrera-Molina Gómez
2 de julio de 2012
¡Arriba España!
«No servimos para cosas bajas, pequeñas o menudas. No servimos más que para las cosas altas y grandes. Por eso cuando decimos "Arriba España", en esas dos palabras, a un tiempo, resumimos nuestra Historia y ciframos nuestra esperanza. Porque lo que queremos es que España vuelva a "su sitio": al sitio que la Historia le señala. Y el sitio es ese: "Arriba". Es decir, cerca del espíritu, del ideal, de la fe... Cerca, sobre todo, de Dios.»
José María Pemán, 1939
Aún a costa de repetirme, la ocasión la pintan calva. Gracias al fútbol -invento ingles, que paradoja- los españoles de aquí y de allá, vuelven a sentirse orgullosos de lo que son, porque juntos somos capaces de lo mejor. Hoy no salen, se encuentran en un aprieto los genios de la disgregacion, porque no pueden resistir la marea nacional que todo lo abarca. España, aunque por ahora solo sea en el fútbol, está otra vez arriba y como anoche, como siempre, me apetece gritar a pleno pulmón, sin connotaciones hemipléjicas y sin complejos trasnochados, ¡Arriba España!
LFU
19 de junio de 2012
Ante el derrotismo, fe en España
Hastiado del panorama derrotista español, que arrastra los pies cada mañana en pos del desolladero mundial, vapuleado por intereses especulativos de los mercados, la impune desvergüenza de las agencias de calificación -antaño ciegas ante gigantes con pies de barro- desorientado por la colosal disparidad de diagnóstico y pronóstico de nuestros más preclaros economistas e impotente ante la numantina resistencia de una mastodóntica clase política a adelgazar de verdad un Estado inviable desde el punto de vista histórico y económico, urge más que nunca recuperar el aliento nacional para reafirmarnos en nuestras enormes posibilidades como Nación.
El grito de "Arriba España" no era sino un ferviente anhelo revolucionario de superación del pesimismo noventayochista. No podemos resignarnos y ofrecer un espectáculo de brazos caídos a nuestros hijos. No lo hicieron nuestros mayores que ante peores escenarios sacaron adelante España con esfuerzo e ilusión, pero sobre todo, con fe en España. No tenemos derecho a aniquilarles su esperanza y para eso nada mejor que buscar en las raíces de nuestra Historia para levantar la cabeza ante las dificultades.
«No servimos para cosas bajas, pequeñas o menudas. No servimos
más que para las cosas altas y grandes. Por eso cuando decimos "Arriba
España", en esas dos palabras, a un tiempo, resumimos nuestra Historia y
ciframos nuestra esperanza. Porque lo que queremos es que España vuelva a
"su sitio": al sitio que la Historia le señala. Y el sitio es ese:
"Arriba". Es decir, cerca del espíritu, del ideal, de la fe... Cerca,
sobre todo, de Dios.»
José María Pemán, 1939
Pues eso, ante el desolador panorama de los cenizos y fáciles profetas de la desgracia, ante la indignidad de los que se aprestan a expatriar su dinero al tiempo que se quejan porque nadie confía en nuestra nación, hoy me apetece lanzar al viento un enorme ¡Arriba España!
LFU
18 de junio de 2012
El caso Divar y la caza mayor
Lo más sensato que he leído sobre el asunto Carlos Divar lo ha escrito Requero en La Razón .
Confieso que me asquea el espectáculo bochornoso de los sabuesos progres encabezados por el nauseabundo ¿periodista? José María Calleja -y azuzados desde la sombra por el delincuente Garzón- haciendo pedazos la fama y la honorabilidad personal de su víctima en forma tan grosera que no pienso glosar en esta página.
Hipócritas y fariseos volentes, populo contribuyente, Divar dimite por lo mismo que han venido haciendo los Presidentes y vocales del CJPJ, del Tribunal Constitucional y de muchos organismos nacionales y autonómicos durante décadas, que ahora se considera piedra selectiva de escándalo y se utiliza como munición apropiada para abatir la pieza.
Si indecente era el manejo alegre del gasto público por parte de la mayor parte de los organismos públicos, queremos luz y taquígrafos para depurar responsabilidades desde el año 1985 hasta hoy, en un lado y en otro. Lo demás, es pura hipocresía.
LFU
Confieso que me asquea el espectáculo bochornoso de los sabuesos progres encabezados por el nauseabundo ¿periodista? José María Calleja -y azuzados desde la sombra por el delincuente Garzón- haciendo pedazos la fama y la honorabilidad personal de su víctima en forma tan grosera que no pienso glosar en esta página.
Hipócritas y fariseos volentes, populo contribuyente, Divar dimite por lo mismo que han venido haciendo los Presidentes y vocales del CJPJ, del Tribunal Constitucional y de muchos organismos nacionales y autonómicos durante décadas, que ahora se considera piedra selectiva de escándalo y se utiliza como munición apropiada para abatir la pieza.
Si indecente era el manejo alegre del gasto público por parte de la mayor parte de los organismos públicos, queremos luz y taquígrafos para depurar responsabilidades desde el año 1985 hasta hoy, en un lado y en otro. Lo demás, es pura hipocresía.
LFU
12 de junio de 2012
Basagoiti ofende a la bandera
He ido aparcando la entrada por falta de tiempo, pero no
quiero dejar pasar más días sin denunciar públicamente la indecencia del
presidente del Partido popular vasco, Antonio Basagoiti al calificar despectivamente
la bandera nacional que ha estado vigente en España desde 1938 a 1981, como “la
bandera del pollo”.
Tenía al Sr. Basagoiti por hombre algo más versado y prudente,
por lo que sus declaraciones –hechas en el marco de la polémica que antecedió a
la pitada nacionalista en la final de la Copa del Rey- me sorprendieron
desagradablemente.
Mucho me temo que la cultura de Basagoiti no le alcanza para
conocer que el Águila de San Juan ha formado parte de la historia heráldica del
escudo de España desde que Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, la
incorporasen al escudo real como símbolo de la catolicidad de la nación
Española a finales del siglo XVI.
Por esa bandera -que usted señor Basagoiti ha despreciado e insultado
con su estúpida gracieta, equiparando a quien le lleva con quienes insultan y vejan nuestro himno y al Jefe del Estado- han entregado su vida muchos españoles. Ese escudo –que, por
cierto, preside el único ejemplar firmado de la Constitución Española- ha cubierto
los féretros de muchos españoles asesinados por ETA. Esa bandera, jurada con unción por tantos
miles de españoles antes de que el señor Basagoiti tuviera uso de razón, merece
un enorme respeto que el presidente del Pp vasco no ha sabido guardar, en un alarde de ingenuo progresismo
que seguramente habrá arrancado la sonrisa sarcástica de los que le quieren a
usted fuera de Vascongadas, con bandera o sin ella.
Me viene a la memoria aquella placa que figuraba en uno los muros del Alcázar toledano, dedicada por la Academia de Infantería Turca y
decía: «Un estandarte no es una
bandera si no se ha derramado sangre por ella. Una tierra no es una patria si
no se ha muerto por ella».
Se ha rebajado usted, señor Basagoiti, para solaz de sus adversarios,
insultando a una bandera que –como muchas otras en nuestra historia- ha sido de
todos, por la que se ha derramado mucha sangre e ingentes dosis de heroísmo,
desde nuestras fronteras a las lejanas estepas de Rusia, en las que cayeron
bajo esa bandera cinco mil jóvenes españoles.
Así que desde aquí le pido y le exijo una decorosa
rectificación y una disculpa pública. Su agravio es doble por lo que usted
representa. Mientras no lo haga, sólo merecerá para quien esto escribe el mayor de
los desprecios como indigno hijo de España.
LFU
8 de junio de 2012
El Valle de los Caídos, abierto otra vez
Zapatero, con todo el aparato del poder a su servicio, no pudo acabar con el Valle de los Caídos. Despreció a la mayor Cruz de la Cristiandad, erigida para enterrar por fin bajo sus brazos a todos los españoles que se enfrentaron en la Guerra, y pensó que, ahogando económicamente a la Comunidad Benedictina que la custodia, lograría cerrar para siempre el sagrado lugar.
No contaba con el poder de la oración y la fuerza de millones de cristianos que no estaban dispuestos a asistir impasibles a un asedio injusto y procaz que ha durado 30 meses, desde aquella misa de campaña del 7 de noviembre de 2009 que jamás olvidaré. Si el Alcázar de Toledo fue bombardeado y minado en su día con saña, el Valle de los Caídos lo fue con mentiras y amenazas. Y la Verdad, como no podía ser de otra forma, se ha impuesto, una vez más a la barbarie.
Sigue en pie la Cruz y el lugar, sagrado para todos, que debe sellar para siempre la reconciliación entre hermanos bajo el signo sublime de de la Cruz, ejemplo supremo del perdón.
LFU
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