"Mi sueño es el de la patria, el pan y la justicia para todos los españoles, pero especialmente para los que no pueden congraciarse con la patria, porque carecen de pan y de justicia.". JOSÉ ANTONIO

12 de junio de 2012

Basagoiti ofende a la bandera


He ido aparcando la entrada por falta de tiempo, pero no quiero dejar pasar más días sin denunciar públicamente la indecencia del presidente del Partido popular vasco, Antonio Basagoiti al calificar despectivamente la bandera nacional que ha estado vigente en España desde 1938 a 1981, como “la bandera del pollo”.

Tenía al Sr. Basagoiti por hombre algo más versado y prudente, por lo que sus declaraciones –hechas en el marco de la polémica que antecedió a la pitada nacionalista en la final de la Copa del Rey- me sorprendieron desagradablemente. 

Mucho me temo que la cultura de Basagoiti no le alcanza para conocer que el Águila de San Juan ha formado parte de la historia heráldica del escudo de España desde que Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, la incorporasen al escudo real como símbolo de la catolicidad de la nación Española a finales del siglo XVI.


El Régimen surgido del 18 de julio de 1936, al recuperar la bandera bicolor, lejos de hacer del escudo nacional señal de banderías partidarias o excluyentes, recuperó para nuestra bandera nacional la heráldica de los Reyes Católicos, sustituyendo el cuartel de Dos Sicilias por el de Navarra, incorporando el del reino de Granada, las columnas de Hércules y la cinta con el lema ”Plus Ultra” –tomadas de la heráldica de Carlos I- y sustituyendo la divisa de los Reyes Católicos, “Tanto Monta”, por "Una, Grande y Libre", única aportación heráldica del nuevo Estado.


Por esa bandera -que usted señor Basagoiti ha despreciado e insultado con su estúpida gracieta, equiparando a quien le lleva con quienes insultan y vejan nuestro himno y al Jefe del Estado- han entregado su vida muchos españoles. Ese escudo –que, por cierto, preside el único ejemplar firmado de la Constitución Española- ha cubierto los féretros de muchos españoles asesinados por ETA.  Esa bandera, jurada con unción por tantos miles de españoles antes de que el señor Basagoiti tuviera uso de razón, merece un enorme respeto que el presidente del Pp vasco no ha sabido guardar, en un alarde de ingenuo progresismo que seguramente habrá arrancado la sonrisa sarcástica de los que le quieren a usted fuera de Vascongadas, con bandera o sin ella.

Me viene a la memoria aquella placa que figuraba en uno  los muros del Alcázar toledano,  dedicada por la Academia de Infantería Turca y decía: «Un estandarte no es una bandera si no se ha derramado sangre por ella. Una tierra no es una patria si no se ha muerto por ella».  

Se ha rebajado usted, señor Basagoiti, para solaz de sus adversarios, insultando a una bandera que –como muchas otras en nuestra historia- ha sido de todos, por la que se ha derramado mucha sangre e ingentes dosis de heroísmo, desde nuestras fronteras a las lejanas estepas de Rusia, en las que cayeron bajo esa bandera cinco mil jóvenes españoles.

Así que desde aquí le pido y le exijo una decorosa rectificación y una disculpa pública. Su agravio es doble por lo que usted representa. Mientras no lo haga, sólo merecerá para quien esto escribe el mayor de los desprecios como indigno hijo de España.

LFU


8 de junio de 2012

El Valle de los Caídos, abierto otra vez




Zapatero, con todo el aparato del poder a su servicio, no pudo acabar con el Valle de los Caídos. Despreció a la mayor Cruz de la Cristiandad, erigida para enterrar por fin bajo sus brazos a todos los españoles que se enfrentaron en la Guerra, y pensó que, ahogando económicamente a la Comunidad Benedictina que la custodia, lograría cerrar para siempre el sagrado lugar.

No contaba con el poder de la oración y la fuerza de millones de cristianos que no estaban dispuestos a asistir impasibles a un asedio injusto y procaz que ha durado 30 meses, desde aquella misa de campaña del 7 de noviembre de 2009 que jamás olvidaré. Si el Alcázar de Toledo fue bombardeado y minado en su día con saña, el Valle de los Caídos lo fue con mentiras y amenazas. Y la Verdad, como no podía ser de otra forma, se ha impuesto, una vez más a la barbarie.

Sigue en pie la Cruz y el lugar, sagrado para todos, que debe sellar para siempre la reconciliación entre hermanos bajo el signo sublime de de la Cruz, ejemplo supremo del perdón.

LFU


6 de junio de 2012

Mi hermana Rocío




Siguiendo el criterio inexorable del calendario y como regalo de cumpleaños, hoy quiero dedicar esta página a mi hermana Rocío, sin duda, la menos convencional de mis hermanas.

Curtida por una infancia de «cascarilla» tras la estela de los tres mayores, fue labrándose una personalidad bien definida, encontrando su sitio -como los buenos toreros- entre destellos de azul mahón y rosas de primavera. Alérgica a la alienación y enemistada con lo prosaico, un fuerte impulso de rebeldía fue moldeando su carácter atemperado por un derroche de bondad que acabó de imponerse a lo revolucionario.

Aunque vio su primera luz en Burgos, siempre ha sido el cielo de Sevilla su mejor cobijo, su tierra de adopción y de emoción, el paisaje que anhela y al que escapa su pensamiento envuelto en aromas de incienso y azahar cuando consigue por fin robarle al tiempo unos segundos de tranquilidad.

Alguien tan poco común no podía unir su vida al estereotipo. Así que tuvo que casarse con el más peculiar y menos encasillable de mis amigos, y es que Nacho –cuyo fervor cinegético supera los límites de lo ponderable- sabe muy bien que se cobró la pieza de su vida cuando la conoció, pues sin ella al frente de su prole no hubiera podido dar rienda suelta a su pasión depredadora que encuentra en Rocío comprensión, apoyo y generosa admiración.

Ha heredado de nuestra madre su amor por la naturaleza y, sobre todo, su desprendido afán por tener abierta de par en par las puertas de su casa, que se ha convertido -con la paciente tolerancia de su marido- en alegre lugar de acogida y encuentro de nuestra numerosa y alborotadora tribu.

Belleza, naturalidad, sencillez y bondad -aderezadas con ese toque divertido de colosal despiste que siempre le acompaña- son virtudes que adornan a mi hermana Rocío, la tercera de mis hermanas y cuarta de la casa, a la que profundamente quiero y sinceramente admiro.

Que Dios te guarde, querida hermana.

LFU

29 de mayo de 2012

Sin palabras


Desde ayer mi corazón está con esos padres que han perdido de forma tan trágica a tres de sus cuatro hijos en un incendio en Qatar.

Me pregunto qué palabras de consuelo podría decirles y, una y otra vez, fracaso en mi empeño. Acaso porque sólo sabiendo lo que se quiere a un hijo puede uno apenas imaginar el colosal desgarro que su pérdida debe suponer.

Como dice un buen amigo, uno se siente un mierdaseca cuando mide sus preocupaciones ante casos como éste. Y como yo me siento así hoy, no me queda otra que reconocer mi inmensa pequeñez al tiempo que elevo mi plegaria y pido a todos los que me lean hagan lo propio para que Dios, que todo lo puede, y nuestra Madre Celestial lleven su consuelo a una familia que desde ayer tiene tres ángeles en el cielo, pero que hoy lleva el nombre del dolor.

Mi oración y mi sentimiento, la de mi familia y la de miles de personas en todo el mundo están hoy con esa familia.

LFU

28 de mayo de 2012

Zarrías, el comecuras


La nueva campaña anticlerical del PSOE  –ese partido que, según los políticamente correctos es tan “necesario” para el buen funcionamiento de la democracia- además de ser absolutamente demagógica, falsaria y vergonzante, parte además de un vicio ab origine, que es el mascarón de proa que han elegido para vocearla.

Gaspar Zarrías, ese patético y tramposillo personaje, que hacía piruetas en el Senado para votar por sí y por sus compañeros, es el arquetipo de dirigente socialista salido de la factoría del zapaterismo: sectario, ayuno de luces, faltón, embustero y soberbio. A su lado, el inefable Pepiño rezuma clase por los cuatro costados. Estoy convencido de que si los partidos políticos tuvieran que pagar impuestos, muy probablemente acabarían prescindiendo de mantener a tan prescindible fauna.

En cualquier caso, la Iglesia no necesita que yo la defienda y el PSOE debería tomar nota del resultado que tuvieron los ataques contra la Comunidad benedictina del Valle de los Caídos. Nada mejor para que miles de conciencias adormiladas despierten que el acoso de los comecuras. Si algo bueno ha tenido el zapaterismo es que ha vuelto a llenar muchas iglesias y ha incrementado los ingresos por IRPF.

Si quieren pedir esfuerzos, que empiecen por los partidos, los sindicatos, las fundaciones y el resto de las entidades sin ánimo de lucro. Después, que reconozcan y cuantifiquen la ingente labor social que realiza la iglesia por los más desfavorecidos y que Zarrías se cuelgue un mandil y se ponga a dar de comer a los pobres como hacen las Hermanas de la Caridad y las Hermanitas de los Pobres. Y después hablamos.

El PSOE se equivoca de plano al tratar de recuperar el protagonismo perdido con campañas como ésta. Pero cuanto peor, mejor. Yo soy de los que deseo fervientemente que ese partido que tanto daño a hecho a España se autodestruya. La izquierda sensata no necesita de pícaros y bufones para hacerse notar.

LFU

24 de mayo de 2012

Pitadas nacionalistas


Posiblemente me equivoque, pero para mí que con tanto hablar de los pitidos y abucheos anunciados por el rancio nacionalismo vasco y catalán, les están haciendo -y muy bien- el caldo gordo, que es lo que buscan estos impresentables. Están que se salen porque jamás un altavoz tan potente les salió tan barato.

Los nacionalistas son catetos por definición y nada mejor que un cateto que ir a la capital y que se note y si no, véase la foto. Así que a Esperanza Aguirre no se le ha ocurrido mejor forma de “zaherirlos” que proclamar su deseo de que se suspenda el partido y se juegue a puerta cerrada. Vamos, tanto como regalarles una portada gratis en el New York Times. Craso error, Presidenta.

Miren ustedes: si silban, lo mejor es no hacerles ni caso. Se baja el sonido ambiente y que rabien. Ni siquiera medio minuto de gloria y al día siguiente, en la prensa, silencio total. Si quieren publicidad que se la paguen o que compren el Gara o el Avui del Lara de La Razón.

Y si alguno se pasa en el insulto, para eso está el artículo 543 del Código Penal:

“Las ofensas o ultrajes de palabra, por escrito o de hecho a España, a sus Comunidades Autónomas o a sus símbolos o emblemas, efectuados con publicidad, se castigarán con la pena de multa de siete a doce meses.”

Para eso están las cámaras y la Fiscalía General del Estado. Si alguno quema una bandera nacional o insulta a nuestra Patria, deténgasele, (si es posible, con colleja) y procésesele, pero no le demos tres cuartos al pregonero.

Al menos, es lo que yo, modestamente, pienso.

LFU

18 de mayo de 2012

UN SOLDADO ESPAÑOL. Por José Utrera Molina





Hace unos días, murió un militar español al que conocí en mi edad más temprana. Si se pudiera hacer un diseño de su noble figura me encontraría con serias dificultades.  En primer término, porque ninguna de las virtudes militares que han existido en nuestro Ejército  a través de nuestra larga historia, estaban fuera de su noble personalidad.  Era militar “hasta las cachas”, sentía la milicia con gran devoción religiosa y su patriotismo era tan ejemplar que conmovía a cualquiera que analizara con objetividad la historia de su vida. Antonio Vallejo Zaldo, había combatido en la guerra de España. No contento con haber ofrecido a su Patria pruebas inequívocas de bizarría, de heroísmo y de valor, solicitó ir como oficial a la División Azul española. Allí se comportó con una dignidad extrema hasta el punto de conseguir las máximas condecoraciones que otorgaban a los miembros del ejército que combatieron en Rusia. Le conocí muy de cerca y no he podido encontrar un ejemplo tan vivo, tan escandalosamente conmovedor como el ejercicio del patriotismo de este soldado español que acaba de morir. Amaba España delirantemente; para él no había objeto merecedor de un amor tan intenso como el que sintió desde siempre por el ser dolorido de España. La defensa de sus ideales no se redujo a la contienda española, ni tampoco al credo que defendía en las trincheras de Rusia formando parte de una compañía avanzada. Antonio fue algo más. Era un patriota poco indulgente con los que habían cursado la nefasta asignatura de la versatilidad. Combatió siempre con nobleza y con hidalguía. Era un tipo de caballero a la usanza antigua, nunca le vi arrugado por el rencor, extraviado por nada que no fuese noble y verdadero. En cierta ocasión fue agredido cobardemente a la salida de un metro de Madrid. Varios meses después se recuperó totalmente y nunca dejó que se apoderara de su alma el odio o el rencor. Me dicen que era el Presidente de la Confederación de Excombatientes y estimo que no podía existir un lugar tan conforme con su personalidad y con su coraje. Yo le saludo con la emoción de un viejo soldado que sirvió solamente en las épocas de la paz pero que me incliné siempre emocionado, ante el ejemplo de mis mayores, que cumplieron valientemente con su deber y elevaron el nombre de España a las más altas cimas.
Amaba, por cierto, a una España que no le gustaba, pero ese disgusto interior lo suplía con el ejercicio de su voluntad y con la aportación de todo su ser  y su espíritu a las causas más elevadas. Estoy seguro que encontrará allá en el infinito otros camaradas de su estirpe. Pero él aparecerá con unas insignias todavía lucientes y con una bandera que jamás arrió. Yo le llevé a su féretro las cinco rosas de una leyenda compartida y estoy seguro que comprenderá el sentido de esta ofrenda y sé que le robo las palabras con que siempre me saludaba, el ¡Arriba España! que no tuvo en su corazón ni olvido ni cobardes claudicaciones.

JOSE UTRERA MOLINA
OFICIAL DE COMPLEMENTO DEL EJERCITO ESPAÑOL