15 de marzo de 2012
Un pelotón de soldados
14 de marzo de 2012
No me canso. Padre Edward J. Flanagan
Hace unos días conocimos la apertura del proceso de beatificación del Padre Flanagan, el Fundador de la Ciudad de los Muchachos. Con este motivo y gracias a la iniciativa de mi hermana Reyes, he rescatado para verla con las niñas la película protagonizada por Spencer Tracy y Mickey Rooney en 1938 ganadora de dos Oscars, que no tiene desperdicio. Este tipo de películas, con un mensaje altruista y positivo para la infancia y la juventud, son un apoyo fundamental en la educación de nuestros hijos. Mientras tanto, y buceando algo más en la vida del sacerdote Irlandés he encontrado este bonito pasaje que no me resisto a postear.
NO ME CANSO
En la Ciudad de los Muchachos
La Ciudad de los Muchachos fue fundada por el famoso Padre Flanagan para recoger a chicos más o menos abandonados, educarlos, instruirlos en oficios o carreras, hacerlos hombres.
El Padre Flanagan tenía por norma no admitir niños con enfermedades que los imposibilitaran para seguir el ritmo de trabajo, estudio, recreo y oración establecido en la Ciudad.
Un día le avisaron que en la sala de visitas preguntaban por él una señora con su hijo de unos trece años. Cuando el Padre entró en la sala vio a la madre y al hijo sentados junto a la ventana. La madre se acercó a saludarlo, pero el niño no se movió. Al Padre Flanagan no le pasó desapercibido el hecho de que el chico no se levantase a saludarlo, pero imaginó que sería por timidez o por nerviosismo ante una persona mayor desconocida...
La entrevista transcurrió con normalidad y la señora convenció al Padre Flanagan para que admitiese a su hijo, pues su marido la había abandonado y ella tenía que ganarse la vida como criada, sin tener casa propia.
- De acuerdo, hijo, te quedas con nosotros. ¿Me has dicho que te llamas Antonio, ¿no?
- Si, Padre.
- Pues espera aquí, Antonio, mientras despido a tu mamá,- y la acompañó hacia la puerta de salida. La señora no hacía nada más que repetir su acción de graciasy que dejaba a su hijo con mucha pena, pero que no tenía otro remedio. Una vez en la calle, se alejó rápidamente hacia un taxi que la estaba esperando. El padre le dijo el último adiós, y volvió a la sala de visitas.
- Vamos, Antonio, te llevaré al pabellón donde has de vivir: un compañero te enseñará el dormitorio, el comedor… También te dirá nuestras costumbres para que sepas lo que tienes que hacer.
Antonio bajó la cabeza y no se movió de la silla.
- Vamos, repitió el Padre Flanagan
El muchacho siguió inmóvil, levantó despacio la cabeza y miró al Padre con ojos de suplica y temor.
- ¡Te pasa algo? -dijo el Padre Flanagan entre cariñoso y perplejo.
- Es que... es que no puedo andar... soy paralítico.
Todo su temple natural y la ayuda sobrenatural que el cielo da a los santos, necesitó el P. Flanagan para disimular su disgusto y tratar de sonreír a aquel pobre inválido que, de una forma tan fraudulenta, le habían asignado. Después de consolar a Antonio y darle confianza para que se sintiese uno más en la Ciudad, el Padre Flanagan llamó a Eduardo, uno de los jóvenes de su plena confianza, para que cargase con Antonio y lo llevase al pabellón. Eduardo cogió al chico en brazos. Cuando el Padre Flanagan advirtió que Eduardo avanzaba un poquito más despacio que al principio, volvió los ojos para mirarle cariñosamente y preguntarle si se cansaba. Entonces Eduardo respondió con una frase que ha quedado como lema de la Ciudad.
- No me canso, Padre: es mi hermano .
(De la página web de Equipo pedagógico Ágora)
8 de marzo de 2012
En defensa de Ruiz-Gallardón
«No somos libres ni de matar ni de morir. La muerte no es ninguna libertad sino su negación y a las personas que se encuentran en situaciones desesperadas no hay que asomarlas al abismo sino darles consuelo y esperanza para que hallen la fuerza necesaria para continuar.»
«Gallardón tiene toda la razón del mundo cuando dice que hay un contexto ideológico que trata de presentar el aborto como si fuera ir a hacerse la manicura. Es el fin del trayecto del relativismo: banalizarlo todo hasta banalizar la vida misma. Hay una violencia estructural y asfixiante que el feminismo ejerce contra las mujeres y que rebasados los límites de la vida apela directamente a la muerte. Siempre nos acaban sorprendiendo las inagotables formas del mal.
El valiente artículo de Salvador Sostres ayer en el Mundo contiene la clave del histerismo desatado en el matrix progre por la incontestable verdad proclamada ayer por Ruiz-Gallardón en el Congreso. Asistimos a un verdadero aquelarre de cinismo por quienes carecen de conciencia o pretenden lavar la mala que tienen.
Todos los que apoyamos activamente a organizaciones de defensa de la maternidad como Red Madre o Fundación Madrina, sabemos de primera mano cómo cada año se salvan cientos y miles de vidas de niños tan sólo con una mano tendida a la esperanza de madres abocadas al abismo del aborto. ¿Acaso es mentira que muchas madres abortan por temor a que se trunque su vida laboral? ¿Acaso es mentira que hay madres que abortan por temor a una reacción hostil de su entorno familiar? ¿Acaso no hay miles de madres que abortan porque ven desesperadas que no pueden mantener a su hijo concebido?.
¡Hipócritas!. O debería decir algo peor de quien esta mañana en la radio, desde el cinismo de su petulante equidistancia acusaba al Ministro de someter a una doble persecución a la mujer por impedirle abortar cuando se ve hostigada por su entorno. Así que para el otrora jefe de prensa de la Guardia de Franco Sr. Ónega, si una mujer es obligada a abortar por un chulo de mierda, en vez de ofrecer ayuda a la mujer para que tenga su hijo hay que dejar que el chulo se salga con la suya porque si no podría ser peor para la mujer, ¿no es así?. ¡Viva la libertad!
El Ministro ha sido valiente atacando directamente el fondo del problema y eso es precisamente lo que provoca la exasperación de las hienas, sobre todo la de las asociaciones de centros que se lucran con el negocio del aborto. Porque mientras no se defienda, proteja y dignifique la maternidad; mientras no se conciencie a la sociedad de la importancia y dignidad de la vida del no nacido, la lucha por la vida no tiene futuro. No se trata de castigar sino de hacer pedagogía. Para luchar por la vida de los más indefensos no hacen falta grilletes sino ecografías. Para luchar por la dignidad de la mujer hay que denunciar alto y claro la presión de un poderoso movimiento feminista que ofrece a las mujeres la falsa libertad de jugar a ser dios con la vida y la muerte de quien no tiene quien le defienda.
Se puede decir más alto pero no más claro. Aunque el precio que tenga que pagar sea muy alto -que lo será-, es una lucha que merece mucho la pena.
Gracias Ministro.
LFU
7 de marzo de 2012
Abortado «por error»
«Practican por error un aborto en un bebé sano»
Una noticia como ésta no debería dejarnos indiferentes, por cuanto refleja de forma fidedigna lo gravemente enferma que está nuestra sociedad. En primer lugar, porque la noticia no debería ser la del titular, que está incompleta, sino ésta otra «Practican por error un aborto en un bebé sano y luego abortan a su hermano enfermo» o «Madre aborta a dos gemelos aunque sólo quería abortar uno», porque alguien ingenuo como yo, que sólo hubiera leído el titular pudiera pensar que acaso el terrible error hubiera servido para abrir los ojos a esa madre y conseguir el indulto de su bebé enfermo, aunque solo fuera para darle durante unas horas, días o meses el cariño que nunca podría regalar a su hermano asesinado «por error».
Pero no fue así. Por desgracia, la noticia nos desvela el horrendo desenlace de la triste historia. Y es que la madre –o mejor dicho, progenitora- pidió también que abortaran al otro bebé que tenían que haber matado en lugar de su hermano, corriendo ambos gemelitos la misma suerte.
El prosaico final –al menos inmediato- de la historia será la determinación de la indemnización que el médico tendrá que pagar a la madre por haber matado al bebé equivocado. Esa será la última noticia que trascienda del caso. Pero a nadie le importa que hayan matado al bebé con cardiopatía. Total, su pequeño y enfermo corazón no habría aguantado mucho…o a lo mejor sí.
Hay dos ángeles más en el cielo mientras aquí abajo cada día contemporizamos más con el infierno.
LFU
5 de marzo de 2012
Nada tiene y aún reparte
Recogido de la Sección La Goleta, firmada por el Profesor D. Federico Fernández de Buján -que me honra con su amistad- en La Voz de Galicia.
«Hace cuarenta años, siendo adolescente, me impactó una canción de compromiso cristiano que decía: «Cuando el pobre nada tiene y aún reparte». Me asombraba la paradoja y me parecía más ideal que real. La vida, más tarde, me hizo palpar cómo aquel imposible se hacía realidad en personas que la Providencia había puesto en mi camino. Y es que la naturaleza humana, capaz de los mayores horrores, también lo es -más de lo que se cree-, de la más sublime generosidad.
Aquella vieja canción vino a mi cabeza al leer la estremecedora situación de un indigente portugués en Ribadeo. No habla, evita el contacto, no pide limosna, pero cuando alguien se detiene ante él y le da una limosna o algún alimento, João Paulo se transforma y vuelve a ser persona. Así, no solo se dirige agradecido a su benefactor, se atreve a compartir lo que tiene. Su problema más grave no es la miseria material sino su infinita soledad. Su caso es uno más entre los miles que, en estos tiempos, sacuden nuestras conciencias. No obstante, tiene un sello particular. Un poco de atención al otro, provoca en este lo mejor del ser humano. Otro mundo es posible. Todos podemos, cada día, construirlo.»
Gracias Profesor, por este aldabonazo. La soledad es uno de los grandes fracasos de esta sociedad del consumo y bienestar que ya ni siquiera podemos pagarnos. Todos podemos tener ejemplos cerca y qué otro sería el mundo si cada uno prestase algo de atención a los que le rodean.
LFU
1 de marzo de 2012
El PSOE, los sindicatos y nuestro dinero
No es difícil de entender, ¿a que no?
LFU
29 de febrero de 2012
Las razones del voto particular del Magistrado Maza
“he de discrepar, no obstante, de la misma por considerar que efectivamente nos hallamos ante un delito de prevaricación judicial dolosa, del art. 446 3º CP, toda vez que el Magistrado acusado, con pleno conocimiento de la contradicción de sus Resoluciones con el ordenamiento jurídico español, que estaba obligado a aplicar y respetar, comenzó asumiendo competencia que no le correspondía para incoar un procedimiento penal inviable, instrumentalizándolo al servicio de sus propias intenciones subjetivas, contra personas ya fallecidas y por delitos que habían sido objeto de amnistía o que, en todo caso, se encontraban ya claramente prescritos, lo que en definitiva supuso un abuso de sus facultades jurisdiccionales, imponiendo su voluntad y la búsqueda de intenciones propias sobre el mandato explícito de la norma.”
“¿Es que a partir de ahora el Juez español puede desobedecer las leyes patrias, las dictadas por nuestro Parlamento soberano, porque encuentre criterios u opiniones ajenos a nuestro Derecho que coincidan con su particular modo de ver las cosas?”