Aquí podéis ver íntegro el interesantísimo documental emitido hace días por Intereconomía Televisión sobre el Valle de los Caídos.
Vaya aquí mi homenaje emocionado al gran periodista y español Juan Blanco Ortega, cuyo testimonio aparece en el documental y que tanto ha aportado sobre la historia del Valle de los Caídos. Ayer, Juan rindió su vida ante el Altísimo tras una larga enfermedad que nunca le quebró el ánimo ni la dignidad, que supo mantener intacta a lo largo de su vida. Descanse en paz y brille para él la luz perpetua.
"Mi sueño es el de la patria, el pan y la justicia para todos los españoles, pero especialmente para los que no pueden congraciarse con la patria, porque carecen de pan y de justicia.". JOSÉ ANTONIO
7 de febrero de 2012
3 de febrero de 2012
¿Temer a Dios o al Demonio?
Soy seguidor desde hace años, del blog del Padre Fortea, con el que he tenido el privilegio de hablar en ocasiones suscitando mi admiración por su vastísima cultura, su serenidad de ánimo y su potente fe. Por casualidad he accedido a este video en el que con meridiana claridad y sin miramientos habla del Infierno, del demonio, de las posesiones, lanzando un mensaje nítido. Es más importante temer a Dios -que no es tenerle miedo sino amarle y reverenciarle- que al Demonio que se muestra impotente ante la fe.
Merece mucho la pena ganar 10 minutos y verlo hasta el final.
LFU
30 de enero de 2012
Miradlos bien
Pilar Bardem
Marisa Paredes
Lola Herrera
José Sacristán
Juan Diego Botto
Aitana Sánchez Gijón
Luis Eduardo Aute
Todos estos «personajes», en unión de Llamazares, Lara, Zerolo, Méndez y Toxo y del asesino convicto y confeso de sacerdotes Marcos Ana -interesante paradoja la del criminal tras la pancarta- han insultado a la Justicia, clamando impunidad para un presunto delincuente con nada menos que tres causas abiertas en el Supremo por prevaricación y cohecho, los delitos más graves que puede cometer un funcionario público en el ejercicio de sus funciones.
Aitana Sánchez Gijón
Luis Eduardo Aute
Todos estos «personajes», en unión de Llamazares, Lara, Zerolo, Méndez y Toxo y del asesino convicto y confeso de sacerdotes Marcos Ana -interesante paradoja la del criminal tras la pancarta- han insultado a la Justicia, clamando impunidad para un presunto delincuente con nada menos que tres causas abiertas en el Supremo por prevaricación y cohecho, los delitos más graves que puede cometer un funcionario público en el ejercicio de sus funciones.
Jamás en los últimos cuarenta años hemos tenido que asistir a un espectáculo tan bochornoso y tan escasamente edificante desde el punto de vista democrático. No tengo duda alguna que el padrecito Stalin estaría muy orgulloso de todos éstos, sus aventajados discípulos, nunca suficientemente bien ponderados.
Definitivamente, en este país se ha perdido el norte.
LFU
25 de enero de 2012
Caso Garzón: Grave ataque al Estado de Derecho
No cabe duda de que Garzón es un astuto propagandista de sí mismo. Está consiguiendo con notable éxito darle la vuelta a sus procesos a base de denigrar gravemente al Estado de Derecho español, que parece no tener quien le defienda, salvo, curiosamente, sus acusadores, que ya han recibido lo suyo porque en este país no sólo parece que Garzón es inviolable, sino que la acusación particular debe reunir unos determinados requisitos ideológicos a gusto del matrix progre.
Repugna a cualquier jurista la imagen que del sistema judicial español está dando la izquierda mediática –tve incluida- empeñada en la perversión semántica de calificar el proceso como el de los “crímenes del franquismo”, cuando lo que se está dilucidando es la colosal, manifiesta y desvergonzada actitud de quien decidió prescindir absolutamente de la legislación procesal y sustantiva vigente, utilizando la justicia a su antojo para alimentar su ego, incrementar su caché y, de paso, procurarse el apoyo mediático de una izquierda que no ha sido capaz de salir del insondable pozo guerracivilista en el que la introdujo Zapatero. Se echa en falta que el Gobierno de España salga en defensa de su sistema judicial y del Tribunal Supremo poniendo los puntos sobre las íes.
La causa de prevaricación a la que se enfrenta Garzón estos días es, junto con la de las escuchas ilegales, la más claramente apreciable desde el punto de vista jurídico, puesto que la actitud del Juez fue contumaz, desafiante y orgullosa. Menos clara, por oculta, es la de los pagos del Santander, aunque es moralmente la que más daño puede hacerle, al cuestionar directamente su honorabilidad personal ante el olor del dinero.
Hasta el propio Garzón y sus defensores son conscientes de su culpabilidad, pues no hay más que ver cual ha sido la estrategia de la defensa en esta causa tanto por su defensa como por la fiscalía (¿): la célebre y lamentable doctrina Botín, que el propio Supremo ya se encargó de revisar con el caso Atucha, gracias, por cierto a la labor de Manos Limpias. El peso de la defensa se basa en argumentar la nulidad del proceso alegando que la acusación particular no puede por sí sola sustentar la acusación.
Las resoluciones de Garzón en este caso –recomiendo vivamente su lectura- son de aurora boreal. Por eso no se entendería su absolución, si no es en una indeseable clave política de evitar una tormenta mediática contra el Tribunal Supremo, que trataría de condenarlo por el primero escurriendo el bulto en el segundo. Esto no sólo sería muy lamentable para la salud de nuestro estado de derecho, sino que crearía un precedente peligrosísimo para el futuro.
Es hora de que el Tribunal Supremo esté a la altura de las circunstancias y resuelva en derecho y también de que el Gobierno salga en defensa de las instituciones judiciales ante el escarnio internacional al que están siendo sometidas por quienes tan escaso respeto demuestran por el imperio de la ley.
LFU
24 de enero de 2012
Legionario en España, de Peter Kemp
Titulo original: Mine were of trouble
(traducido como "Legionario en España".
Autor: Peter Kemp.
Año 1ª edición: 1957
Peter Kemp, inglés y estudiante universitario de la universidad de Cambridge durante los años 30 del siglo pasado, decide alistarse en el ejercito nacional en nuestra guerra civil en el convencimiento de que en España se estaba dirimiendo algo más que un incivil y sangriento enfrentamiento interno. De nuevo España, volvía a ser frontera para las amenazas de Europa. Una civilización y un modo de vida, el occidental y cristiano, volvían a ponerse en peligro en España, llevaron a este joven recién licenciado inglés a cruzar el estrecho, atravesar Francia y presentarse voluntario en los primeros tercios formados del Requeté al inicio de la contienda y terminar como teniente en la Legión. Todo esto sin saber una palabra de español.
Documento extraordinario sobre nuestra guerra civil, fecundo homenaje a la Legión Española, es también una suerte de retrato de algo intemporal. De la mejor juventud, la más idealista y valiente, la que deja los libros o las expectativas de una vida confortable y se va a combatir lejos por algo hermoso pero ajeno: en este caso, por la mejor España.
Mi mayor admiración y respeto por este Peter Kemp que enlazó sin solución de continuidad, dos guerras formidables y al que la Providencia salvó la vida, que generosamente derrochó en combate, para poder contarnos sus avatares. Sirva esta recensión como homenaje y agradecimiento a este ilustre hijo de la nación inglesa.
César Utrera-Molina
20 de enero de 2012
La Bandera
Un buen amigo me envía el vínculo a la película La Bandera, película francesa de 1935 sobre la Legión Española protagonizada por al galán del cine francés Jean Gabin. La película es soberbia y el final épico y emocionante.
Se ve la Barcelona de los años treinta, en plena II República, la Rambla y parte del barrio del Raval y los acuartelamientos de la Legión del protectorado español.
La película está basada en el libro "La Bandera" del famoso novelista francés Pierre MacOrlan (de su verdadero nombre Pierre Dumarchais) (Ed. Gallimard, París, 1931) que presentaba a través de la historia del héroe, un parisiense llamado Pierre Gilieth, la manera de vivir y de servir de los legionarios del Tercio en sus luchas contra las cabilas de Abd El Krim y otros cabecillas rifenses.
Sorprende además la existencia de algunas escenas algo subidas de tono para la época.
Imprescindible documento que le hace a uno lamentarse de que con la historia tan heróica que tenemos, nuestro cine no haya sido capaz de hacer películas como ésta cuando los medios económicos y técnicos lo han permitido.
LFU
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