
Mi amigo José Luis González Quirós hace esta mañana en su artículo del Confidencial un análisis de los primeros días de gobierno que comparto en su integridad.
Por mi parte me atrevo a calificar de prematuro el debate sobre la acción del gobierno, por cuanto no hace ni dos semanas que ha tomado posesión y un elemental sentido de la prudencia aconseja esperar a que se complete la primera batería de medidas que muy deseablemente tendrían que verse complementadas con recortes de gasto público que impliquen reformas administrativas en profundidad. Creo por lo tanto que es aún pronto para enjuiciar el comienzo de la legislatura.
No cabe duda de que resulta muy decepcionante la enorme subida de impuestos adoptada el viernes como también la paupérrima estrategia de comunicación de la que ha ido acompañada. Si Rajoy se ha visto obligado por las excepcionales circunstancias de aumento del déficit a adoptar una medida que contradice claramente su compromiso electoral, debe explicar adecuadamente a los españoles que la medida era absolutamente inevitable y exigir alto y claro responsabilidades al anterior gobierno por mendaz e irresponsable en el manejo de las finanzas públicas, pero no conceder a su nefasto Presidente el collar de la orden de Isabel la Católica, del que no es digno ni por asomo.
No es admisible que Rajoy y su gobierno comiencen la legislatura incumpliendo promesas meridianas sin que exista una justificación de extrema gravedad adecuadamente explicada a la ciudadanía, que me temo que la hay y es facilmente explicable. Si hay que llamar al pan pan y al vino vino, que empiece ya alto y claro por explicar porqué no hay otra salida y de quien es la responsabilidad y si ésta puede exigirse en algunos casos por vía legal, que se haga. Lo siento mucho, pero es hora de hablar claro a los españoles que vamos a pagar los platos rotos de unos años de infamia que no son mas que el resultado de un sistema autonómico fallido y sin rumbo al que nadie se atreve a meterle mano.
En cualquier caso, y aunque muy cabreado con la enorme subida impositiva de los últimos veinte años, creo que aun debemos darle un voto de confianza al nuevo gobierno hasta que se vea con mayor perspectiva las líneas maestras de su proyecto para sacarnos del pozo insondable en el que nos ha sumido el peor gobierno de la historia.
LFU