"Mi sueño es el de la patria, el pan y la justicia para todos los españoles, pero especialmente para los que no pueden congraciarse con la patria, porque carecen de pan y de justicia.". JOSÉ ANTONIO

10 de mayo de 2011

Te estoy mirando



Son tres minutos plagados de obviedades que, sin embargo, solemos olvidar.

Merece la pena

LFU

6 de mayo de 2011

Consumatum est


No por esperada, la sentencia del Tribunal Constitucional resulta menos indignante. El fallo de anoche viene a sumarse a un sin fin de resoluciones obedientes al poder de turno que ha venido perpetrando el desacreditado Tribunal desde su creación, sin que ninguno de los partidos que se han alternado en el poder haya hecho nada por modificar el lamentable sistema de designación de sus miembros, para poder utilizarlo a su antojo como un resorte más del poder del ejecutivo.

Mayor Oreja ha demostrado dotes sobradas de profeta cuando decía que todo estaba pactado y que, al final, ETA volvería a las instituciones. Son legión –de uno y otro lado- los que han venido pasándole la mano por el lomo como si de un esquizofrénico se tratara y ahora se rasgan las vestiduras al encontrarse de bruces con la desnuda realidad.

Los magistrados del Tribunal Constitucional que han hecho posible la presencia de ETA en los Ayuntamientos españoles no han hecho más que demostrar al partido que los nombró que eran acreedores de semejante poltrona, cuya dignidad han vuelto a pisotear en primer tiempo de saludo.

Zapatero y Rubalcaba, con este vergonzante baile de máscaras con el que han pretendido engañar una vez más a los españoles, no han hecho más que destapar algo más las vergüenzas de un Estado de Deshecho cuyo hedor cada día se hace más insoportable al olfato de cualquier persona bien nacida. Y el Partido popular, que ahora llora con despecho la nueva trampa y el nuevo embuste, debe recordar que no movió un dedo cuando pudo hacerlo para evitar el desprestigio de una institución que nunca ha sido otra cosa que la voz de su amo.

Han tratado de engañar a todos, pero me temo que no han engañado a nadie que no quisiera ser engañado, que, por desgracia para España, son demasiados. Mientras otras naciones sin complejos abaten a los terroristas a la luz del día, aquí seguimos dandoles de comer.

Pobre España.

LFU

3 de mayo de 2011

¡Totus tuus!




Hace ahora 30 años, mis padres pudieron cumplir uno de sus sueños: volver a Roma con sus ocho hijos veinticinco años después de que ellos la visitaran recién casados. Con tan gozosa ocasión, mi padre pudo conseguir unas invitaciones de primera fila en la audiencia papal de los miércoles con derecho a saludar al Santo Padre.

Contaba yo trece años y estaba muy lejos de pensar que el anillo y la mano que estaba besando era de uno de los santos que más y mejor testimonio de Dios ha dado en nuestra era. De los muchos testimonios que de Juan Pablo II el Magno he leído y escuchado estos días atrás, me quedo con una anécdota que contaba quien fuera durante tantos años su portavoz, Joaquín Navarro Valls. Narraba cómo en una ocasión le preguntó al Papa qué eran todos esos papelitos que amontonaba en su capilla privada y que iba cogiendo y dejando mientras rezaba. Le contestó que eran las cartas que recibía de gente necesitada pidiendo su oración y que no podía defraudarles.




De este Papa tan cercano y tan querido –que sufrió directamente las dos peores lacras del siglo XX- destaca su fortaleza y determinación para acabar con el horror del comunismo, su arrebatada defensa de la vida humana desde la concepción hasta la muerte, su amor a la juventud, su decisión de llevar al extremo el cumplimiento del mandato evangélico de la predicación de la palabra y la dignificación del sufrimiento y de la vejez. Él quiso cumplir con el Divino encargo de servicio hasta el fin de su vida, hasta el límite de sus fuerzas consciente de que estaba en las manos de Dios. Me sigo estremeciendo cuando recuerdo la imagen nítida de su impotencia al no poder dirigirse a los fieles desde el balcón de su residencia, en la víspera de su muerte.

Juan Pablo II dijo en una ocasión que le gustaría ser recordado como el Papa de la familia. Yo siempre le encomiendo a la mía y tengo para mí que la bendición que nos impartió aquél día tras el ¡Bravo! que le dedicó a mis padres al terminar de contarnos a mis hermanos y a mí, explica muchas de las cosas que nos han pasado durante estos treinta años.

Ojalá la fortaleza de su fe y esa inolvidable bendición del Beato Juan Pablo II nos acompañe durante el resto de nuestra existencia.

LFU

28 de abril de 2011

Vientres de alquiler



La noticia de la reciente “paternidad” de un famoso cantante español célebre también por su ambivalencia sexual y por su decidido apoyo al infame presidente que aún padecemos, vuelve a poner sobre la mesa la terrible amoralidad que supone la pretendida reivindicación de un supuesto e inexistente derecho a la paternidad y su colisión con los derechos fundamentales de los niños.

El hombre se empeña, una vez más, en forzar lo que el orden natural le niega, pero siguiendo en este caso sus caprichos más egoístas y despreciando las consecuencias de todo orden que su decisión pueda tener en los seres humanos que son objeto de su deseo. Y en esto, como en todo, hay grados. No es lo mismo en modo alguno que un matrimonio joven que no pueda concebir naturalmente recurra a técnicas de reproducción asistida para poder concebir un hijo al que pueden garantizar sus derechos y necesidades básicas como cualquier otro matrimonio -lo que éticamente no debería plantear conflicto alguno-, que una pareja homosexual u hombres o mujeres solos recurran a una madre de alquiler para poder disfrutar de la compañía de un recién nacido que no pueden/quieren concebir de otro modo.

En primer lugar, porque concebir un hijo en el cuerpo de una mujer que abandonará a su hijo nada más nacer, sólo por el capricho de satisfacer el deseo de paternidad de alguien que naturalmente no puede –o no quiere- concebir, no sólo es tratar a un ser humano como una mercancía más, sino negarle a dicho ser humano el derecho a no ser separado de su madre y a conocer sus antecedentes biológicos, cuando no el derecho de todo niño a tener un padre y una madre, derecho que sólo la naturaleza –y no el egoísmo de un individuo- puede negarle. Y ello sin pensar, por supuesto en el drama que para una mujer económicamente necesitada supone verse privada para siempre de un hijo que ha llevado nueve meses en su vientre.

Los terribles abusos que se están cometiendo en este campo nos demuestran que no existen límites morales ni éticos en esta sociedad relativista para la que el fin –verdadero capricho en la mayor parte de los casos- justifica los medios. Del mismo modo que los padres no capacitados pueden y deben verse privados de la patria potestad de sus hijos naturales, y que no pueden adoptar quienes no estén en condiciones de garantizar adecuadamente las necesidades básicas de un niño, debe negarse por ley que alguien pueda asumir la paternidad de un ser humano a través de una transacción económica máxime cuando no está en condiciones de garantizar mínimamente los derechos del niño objeto de dicha transacción.

Ya se han dado casos en los que un matrimonio ha asesinado a unos gemelos varones porque querían una niña. Contemplamos con pavorosa normalidad la selección artificial de la especie mediante técnicas dirigidas a crear bebés a la carta. Estamos acostumbrados a ver madres solteras famosas de sesenta años y famosos homosexuales con bebés recién nacidos a los que no sólo se les está negando conocer a sus padres o madres, sino que se les condena a una infancia diferente sin padre o madre y muchas veces con madres o padres cercanos a la ancianidad. Ya no es sólo que se cometa un agravio flagrante con los matrimonios que quieren adoptar. Es que se ha perdido el norte. ¿Alguien piensa en esos niños? ¿Alguien se pregunta si le hubiera gustado nacer en esas condiciones?.

Urge poner coto desde el gobierno a tanto desafuero que puede dar rienda suelta a las más increíbles aberraciones. Noticias como la paternidad del cantante de marras, que se unen a la del cantante portorriqueño recien salido del armario y a la del inglés y su amiguito monflorita de la fotografía deberían ser objeto de rechazo moral y repudio legal por la sociedad antes de que sea demasiado tarde, por lo que conlleva de profundo desprecio a la dignidad de la vida humana.




LFU

27 de abril de 2011

Un alcalde y el Crucifijo




«Este Cristo estará aquí mientras yo sea Alcalde»


Así terminó el alcalde de la localidad cordobesa de Baena, Luis Moreno, del PSOE, su valiente e inteligente defensa de la permanencia del Crucifijo en el Salón de Plenos del Ayuntamiento, cuya retirada había sido solicitada por Izquierda Unida.

Ojalá cunda el ejemplo contra los sectarios iconoclastas de la escuela de Peces Barba, muchos de los cuales están en el propio partido del alcalde baenense.

LFU

25 de abril de 2011

Feliz Pascua de Resurrección



«El Cirio Pascual hoy arde. Y arde con una luz inextinguible. Ni la Unión Soviética, ni el III Reich, ni la masonería, ni las sectas, ni el paganismo pueden extinguir esa llama. Pequeña y humilde, pero inextinguible. Y así, generación tras generación, hasta que Él vuelva a caminar sobre la tierra, ese cirio pascual se tornará a encender y el pastor entrando en la iglesia a oscuras volverá a cantar: ¡Luz de Cristo!»

Del blog del Padre Fortea

14 de abril de 2011

Semana Santa




El dolor de la liturgia se aminora porque consuela la alegría de saber que, a pesar de su muerte cercana, Cristo se quedará para siempre entre nosotros.

Avanza y se aproxima el Jueves Santo, día solemne lleno de la majestad del dolor, reencuentro de la humanidad entera con Jesucristo. Málaga se enfrenta sublimada, encendida, con el misterio de la Redención desbordando para ello el genio de su arte y su belleza. Málaga se pone en pie y contempla con el alma estremecida el drama del calvario, sintiendo como suyo el dolor religioso de estas tristes jornadas evocadoras.

No hay lírica mentirosa y barroca en la exaltación del fervor de nuestro pueblo. Hay una viva emoción teológica ante la presencia en las calles de las imágenes, ante el realismo dramático de los Cristos, ante el dolor y la amargura de las Vírgenes sollozantes. Anochecido, sale de su templo el Cristo de los legionarios y sentimos al verlo el sudor de sus sienes, viendo en sus ojos, en su boca, en sus pómulos febriles el ansia y el esfuerzo por fijarse en todos los infortunios.

Entre las sombras de la noche todos miran a Cristo, rezan ante la dramática expresión de su agonía. Agonía de hombre que padece la angustia de todas las muertes, todos al mirarle sufren con él, adivinando la fiebre que le hunde en el cuerpo las uñas de la fe, el vibrante escozor de la garra ardiente de las manos, el dolor de las arterias que ayer llevaban las dulzuras de la vida y hoy se convierten en dogales aprisionantes, ante trance supremo se pasar la soledad humana de la muerte. Al contemplarlo parece que nos habla queriéndonos decir que sólo saber vivir quien bien se muere.

Entre una larga fila de enlutados penitentes, altos capirotes, hachones encendidos en la noche, el Cristo de la Buena Muerte camina, doblada la cabeza, lleno el rostro de paz, la desazón partida, vencedor por amor de la muerte, dulce muerte que ya no tiene el signo trágico de una guadaña ensangrentada por emblema, sino expresión de paz y reposo infinito. Todas las miradas se concentran en el negro clavel de sus heridas, marchan atrás los soldados del Tercio legionario, lento y firme andar tras de su himno que es, sin duda, la marcha nupcial del legionario cuando quiere desposarse con la muerte. Avanzan con los rostros erguidos, alta la frente, dura la mirada, embriagados de banderas y de gloria.


Ya entra la procesión por la calle de Larios y un escalofrío de emoción traspasa el alma, dulcemente mecido camina el Cristo ente banderas, guiones y estandartes, entre hombres rudos amigos del amor y de la muerte, entre un estruendo de tambores se escucha la romántica canción del legionario y entre músicas, plegarias y silencios, parece como si la muerte, por el borde de Dios fuera cantando.


Pregón de la Semana Santa de Málaga. José Utrera Molina (1957