Los hechos que se desprenden de la documentación existente son muy diferentes a las falsedades y ruedas de molino que se nos quieren hacer tragar a los españoles, creyentes o no, para justificar el cierre ilegal de un lugar de culto y religioso como es la Basílica Pontificia de la Santa Cruz, así como del recinto completo del Valle de los Caídos que también tiene la naturaleza de lugar de culto y religioso conforme viene a corroborar la misma Ley de la Memoria Histórica.
PRIMERA MENTIRA. En una primera fase, hace aproximadamente un año, se trató de justificar el entonces cierre unilateral de las instalaciones destinadas al culto y del conjunto del Valle de los Caídos, con el argumento falaz de la inseguridad supuestamente derivada de fallas en la estructura del interior de la Basílica, tal como se mencionó de forma expresa en carta firmada por el Subsecretario de la Presidencia y dirigida al Padre Abad, argumento que fue categórica y rigurosamente desmontado por los resultados del pormenorizado informe técnico que a petición del Padre Abad se realizó a los efectos, en el cual se concluyó que el tal supuesto riesgo es sencillamente nulo.
SEGUNDA MENTIRA. Ante la desfachatez del la primera mentira, intentaron una segunda. Ahora se trataba de unos supuestos indicios de que había riesgo de que se perpetrará un atentado terrorista en la Basílica. Alguien con un poco de sentido común en el Ministerio de la Presidencia debió poner el grito en el cielo, y pronto abandonaron tan peregrina como escandalosa idea.
TERCERA MENTIRA. Posteriormente , en escrito enviado ahora por Patrimonio Nacional, se vino a trasladar otro nuevo y supuesto riesgo a la escultura monumental denominada La Piedad, pieza religiosa de gran trascendencia para los católicos por su significado y por haber sido consagrada en su día y, por supuesto, para todas las personas de buena voluntad y sensibles al patrimonio histórico artístico de España.
De nuevo, diversos expertos en la materia, incluida la Fundación Juan de Ávalos, pusieron con toda la razón el grito en el cielo para denunciar esta nueva mentira y el destrozo que se pretendía hacer con dicha pieza escultórica religiosa.
Ese destrozo, evidente por las fotografías y al que se negaron algunos honestos técnicos del mismo Patrimonio, fue lo que de forma tan valiente como decidida impidió personalmente el Padre Abad, interponiéndose físicamente entre los operarios y la Piedad, de lo cual se guardó un audio completo de tal intervención.
Unos días antes, en una patética rueda de prensa dada por funcionarios de Patrimonio Nacional al pie de La Piedad, se trató de hacer creer a los medios de comunicación allí convocados que el Padre Abad y la Comunidad Benedictina habían dado su autorización para proceder a la supuesta restauración de la escultura.
CUARTA MENTIRA. Pero aún suponiendo sin conceder que fuera necesario reforzar la seguridad de La Piedad, jamás aceptó Patrimonio Nacional ni el Ministerio de la Presidencia, a quienes el Padre Abad lo solicitó por escrito en numerosas ocasiones, el aportar y consensuar con los técnicos que asesoran a la Comunidad Benedictina, ningún plan de actuaciones técnicas, plazos de ejecución de la obra, ni nada de lo que suele ser lo normal y procedente en estos casos.
Sencillamente sólo querían y quieren tener una excusa para mantener cerrado sine die el Valle de los Caídos.
El entonces Subsecretario adscrito al Ministerio de la Presidencia, trató de amedrentar al Padre Abad, -en uno de sus muchos y desesperados intentos porque cediera la posesión del Valle de los Caídos-, exigiéndole que dejará de resistirse y que comprendiera que los católicos han dejado de existir en España. Curiosamente ayer el ministro José Blanco le enmendaba la plana al Santo Padre y a la Iglesia Española arguyendo que cada vez tiene menos seguidores.
Ante tanto desvarío, desfachatez y mentiras por parte del gobierno que nos ha tocado sufrir, no cabe sino acudir como se está haciendo a los Tribunales para que se de cabal cumplimiento a la ley, a los medios de comunicación nacionales y extranjeros para exponer y documentar la verdad y, por último, los católicos a la Santa Misa a que hemos sido convocados todos los domingos a las 11:00 h. a las afueras del recinto del Valle de los Caídos, todo ello con todo el respeto a la legalidad vigente y a los Guardias Civiles que no son responsables del las órdenes que reciben, aunque debieran tener en cuenta la manifiesta ilegalidad de las mismas, pues ésta podría alcanzarles en su día sin poder alegar "obediencia debida".