"Mi sueño es el de la patria, el pan y la justicia para todos los españoles, pero especialmente para los que no pueden congraciarse con la patria, porque carecen de pan y de justicia.". JOSÉ ANTONIO

8 de noviembre de 2010

Viva Cristo Rey. Misa de campaña en el Valle de los Caídos







Ayer, mientras el Papa llenaba de alegría los corazones de miles de españoles en su visita apostólica a Barcelona, Jesucristo Rey del Universo salió al encuentro de los que le buscaban a las puertas de acceso al recinto del Valle de los Caídos, desafiando el cierre ilegal e injusto de Su casa por un gobierno que ha alcanzado cotas inimaginables de persecución y miseria contra una de las mayores Basílicas de la Iglesia Universal.

Si creía el gobierno que puede ponerle puertas a Dios, ayer tuvo su emocionante respuesta con el gesto valiente de toda la Comunidad Benedictina que custodia el sagrado lugar, llevando el Santísimo a las puertas del recinto para desafiar a la fuerza utilizada por el gobierno para impedir a los fieles que accedieran a la Basílica a celebrar la Eucaristía.

No recuerdo jamás una misa tan emocionante. A muchos de los que allí estábamos, se nos humedecieron los ojos al ver al Santísimo sobre una mesita que hacía las veces de Sagrario en medio de un pequeño pinar al borde de la carretera. No sólo bajó la Comunidad en pleno. También el Coro ¡y hasta el organista, con un pequeño órgano “de campaña”. Todo lo cuidaron, para que Dios estuviese como en su casa. Y es que esos pinares, en una fría y gris mañana de otoño se convirtieron en un emocionante y bello templo en el que todos nos sentíamos más cerca de Él.

Ayer éramos pocos, doscientos, tal vez. Pero mañana serán muchos más y así todos los domingos hasta que se haga justicia de una vez. Con un nudo en la garganta escuchamos la insólita homilía del Padre Santiago Cantero, quien nos recordaba el grito de Viva Cristo Rey con el que abrazaron la vida eterna tantos cristianos perseguidos por su fe. Y qué consuelo escuchar en la voz firme y decidida de un sacerdote recordarnos que nadie se acuerda a los clérigos acomodaticios que en tiempo de persecución pactaron con los verdugos para salvar la vida, mientras la Iglesia honra en sus altares a los que supieron morir sin renegar de su fe.

Os dejo con el testimonio gráfico de un acontecimiento único, que nunca pensé que me tocaría vivir y con las valientes palabras del Padre Santiago Cantero OSB en una mañana que ya nunca jamás podré olvidar.

HOMILÍA - XXXII DOMINGO T. O. (CICLO C)

Queridos hermanos en Cristo Jesús:

Las lecturas de hoy resultan sugerentes sobre todo para dos aspectos de nuestra vida actual. Por un lado, nos encontramos en el mes de noviembre, dedicado a la intercesión por las almas de los difuntos: se abre con la solemnidad de Todos los Santos, que nos recuerda que todos estamos llamados a la santidad ante Dios y a la salvación eterna; y al día siguiente prosigue con la conmemoración de los Fieles Difuntos, que instituyó el abad cluniacense San Odilón a inicios del siglo XI.

Es precisamente en el segundo libro de los Macabeos donde se encuentran algunos de los textos en los que la Iglesia Católica fundamenta la creencia en el Purgatorio o unas penas purgatorias, que es un dogma de fe definido por el II Concilio de Lyon en 1274. Para pasar a contemplar la belleza infinita de Dios, las almas deben estar limpias de toda mancha dejada por sus pecados. Nosotros podemos ofrecer nuestras oraciones, penitencias, limosnas y sobre todo el Santo Sacrificio de la Misa para que las almas que se encuentran en ese estado puedan pasar a disfrutar de Dios.

En el texto que hoy se ha leído, contemplamos la firme esperanza de los hermanos Macabeos en el premio eterno por su muerte martirial en defensa de la fe. “Dios quiere que todos los hombres se salven”, dice San Pablo. Y Jesús nos habla de la inmortalidad, pues Dios “no es Dios de muertos, sino de vivos, porque para Él todos están vivos”. Dios desea que todos podamos llegar a gozar de la visión de Él en el Cielo. La secta de los saduceos, que trataron de poner a prueba a Jesús, tuvo su origen precisamente en la época de los Macabeos: fueron los judíos helenizantes que colaboraron con las autoridades impías y aceptaron elementos provenientes del paganismo y del racionalismo. Serían unos de los responsables en llevar a Jesús al Calvario. Aquí entra la segunda consideración.

Los Macabeos son un ejemplo de martirio en tiempos de persecución religiosa. No tenían miedo a la muerte, porque creían en el premio eterno. Jesucristo ha culminado lo que ellos anticiparon y se ha convertido en el Gran Mártir de la verdad y del amor de Dios, la Víctima que se ha ofrecido al Padre para redimirnos del pecado y abrirnos las puertas del Cielo. Por eso todos los mártires han dado desde entonces su vida por Él y con Él.

Hoy vivimos tiempos difíciles para la fe en España y el testimonio de los mártires debe servirnos de estímulo frente a la adversidad. Ayer mismo celebrábamos la memoria de los mártires españoles del siglo XX. En el avión de venida, el Santo Padre Benedicto XVI dijo ayer que España está sufriendo una ofensiva laicista muy semejante a la de los años 30. Vosotros mismos lo podéis contemplar hoy en esta celebración, que a mí me recuerda a las misas del Beato mártir Jerzy Popieluszko en la Polonia de los años 80. Por ello, debemos mirar el valor de los mártires para llenarnos nosotros mismos de valor.

Traigamos a la memoria los cerca de 50 católicos asesinados esta semana en Irak por elementos islamistas. Ojalá los católicos españoles seamos capaces de decir con convicción lo que ha dicho el cardenal arzobispo de Bagdad: “No tememos la muerte”.

Es preferible una Iglesia mártir −y recordemos que la palabra mártir significa “testigo”− que una Iglesia connivente con el mal por temor a perder un bienestar temporal. A medio y largo plazo, la Iglesia que realmente pervivirá será la primera. Hoy no honramos a ciertos eclesiásticos que en los años de la persecución en México pactaron los denominados “arreglos” con el gobierno masónico, sino que veneramos como santos y beatos a los mártires cristeros, procedentes sobre todo del pueblo sencillo.

No tengamos miedo a defender la verdad de Cristo. San Juan Crisóstomo fue desterrado dos veces por denunciar públicamente la corrupción de la corte de Constantinopla, pero ante la persecución afirmaba: “Decidme, ¿qué podemos temer? ¿La muerte? ‘Para mí la vida es Cristo y una ganancia el morir’. ¿El destierro? Del Señor es la tierra y cuanto la llena’. ¿La confiscación de los bienes? ‘Sin nada vinimos al mundo y sin nada nos iremos de él’. Yo me río de todo lo que es temible en este mundo y de sus bienes. No temo la muerte ni envidio las riquezas. Yo leo esta palabra escrita que llevo conmigo: […] ‘Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo’”.

Evitemos el odio que pueda surgir en nuestro corazón hacia quienes persiguen la fe. Oremos por ellos y que el amor de Cristo venza el muro del odio. Pero, sin dejar de amarles, sepamos también mostrar nuestra firmeza, porque el Señor está con nosotros y tenemos que defender su heredad, de la que forman parte las iglesias y los lugares de culto. Que podamos decir con convencimiento las mismas palabras que el abad benedictino Santo Domingo de Silos dijera a un rey de Navarra en el siglo XI: “La vida podéis quitarme, pero no más”.

Quiero terminar extractando algunos preciosos versos de una canción que entonaban los cristeros mexicanos y que revelan el valor y el anhelo de eternidad que debemos tener. Dicen así: “El martes me fusilan / a las seis de la mañana / por creer en Dios eterno / y en la Gran Guadalupana. […] Matarán mi cuerpo, pero nunca mi alma. / Yo les digo a mis verdugos / que quiero me crucifiquen, / y una vez crucificado / entonces usen sus rifles. […] No tengo más Dios que Cristo, / porque me dio la existencia. / Con matarme no se acaba / la creencia en Dios eterno: / muchos quedan en la lucha / y otros que vienen naciendo. […] ¡Viva Cristo Rey!”

Que la Santísima Virgen nos alcance del Espíritu Santo el don de fortaleza y haga que la visita del Santo Padre traiga sobre nuestra querida y atribulada España frutos copiosos de una fe recia y de un espíritu ardiente.

5 de noviembre de 2010

6 de noviembre, día de los Mártires de la Guerra civil española



La Iglesia celebra mañana el día de los mártires de la Guerra civil española, recibiendo al Papa Benedicto XVI en Santiago de Compostela. Las cifras ponen de manifiesto la magnitud de la barbarie: fueron asesinados 12 obispos, más de 4000 sacerdotes, 2365 religiosos, 283 religiosas, y un número difícil de calcular de laicos católicos.

Hoy traigo aquí un ejemplo de familia cristiana propuesto por Benedito XVI, que fue martirizada por el odio y la sinrazón del marxismo.

María Teresa Ferragud, nacida en Algemesí en 1853, fue asesinada en Alzira en 1936 -a los 83 años- tras ver cómo martirizaban a sus cuatro hijas religiosas, que se habían refugiado en la casa familiar al comenzar la Guerra Civil. Los milicianos arrestaron a las cuatro hijas, pero la madre “quiso seguirlas para no abandonarlas” diciendo a los verdugos: “Donde van mis hijas voy yo”.

En 1931 al llegar la República, las 3 primeras hermanas, del Monasterio de Agullent debieron permanecer en su casa dos meses. Regresaron al monasterio hasta la revolución de 1936, cuando nuevamente se refugiaron en su casa de Algemesí, hasta que fueron detenidas el 19 de octubre de 1936 junto con su anciana madre, B. María Teresa Ferragud Roig y otra hija suya religiosa agustina, B. Josefa Massiá, estuvieron en prisión en el convento de Fons Salutis), y fueron asesinadas el 28 de octubre de 1936, día de Cristo Rey. Los milicianos quisieron dejar a la madre, pero ésta se opuso y quiso acompañar a sus hijas para animarlas en la hora suprema. Fueron martirizadas y asesinadas en Cruz Cubierta de Alzira.

La sangre de los mártires es semilla de cristianos.

Bienvenido a España, Santidad.

LFU

4 de noviembre de 2010

Prohibido oir misa


En la España de las «libertades» cualquier prohibición resulta verosímil y cualquier mentira encuentra fácilmente su indulgencia. Como informa hoy la prensa, la Guardia Civl, cumpliendo órdenes de la Delegación del Gobierno, impidió ayer la entrada a la Basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos a decenas de fieles que querían asistir a la misa funeral que allí se celebraba por todos los muertos de la guerra civil.

Primero se les dijo que no había ninguna misa, falsedad que quedó al descubierto al confirmar lo contrario con el Abad del Valle de los Caídos. Después, se alegaron motivos de seguridad, lo cual resulta alarmante para los fieles que hemos acudido durante estos meses, sin impedimento, alguno a la misa conventual de las 11 de la mañana, sin que nadie nos advirtiera de los riesgos que corrían nuestras vidas -y las de nuestros hijos- al acudir a misa.

El Gobierno parece decidido a pisotear la ley y los derechos fundamentales, con el beneplácito silente de la oposición y con la jerarquía de la Iglesia Católica mirando para otro lado. Si esto es un Estado de Derecho, que venga Dios -ya que no nos dejan ir a verlo a su casa- y lo vea. Y, como dejó escrito Bécquer, ¡Dios mío qué solos se quedan los muertos!

LFU

29 de octubre de 2010

Razones para afrontar el cambio de hora


Salvo para los que madrugan en exceso, el cambio de hora de otoño no es motivo de alegría sino todo lo contrario. Sin embargo, hay varias razones que considerar para aceptarlo con buena cara:

1.- Tendremos una hora más para descansar.
2.- Ya queda menos para uno de los mejores días del año, el 13 de diciembre -Santa Lucía- que acorta las noches y alarga los días.
3.- Amanece más temprano, aún para los adictos al mucho madrugar.

Y la última, y más importante, que cada día que amanece, es un regalo del Cielo que no tenemos derecho a desperdiciar.

Feliz fin de semana de todos los Santos.

LFU

27 de octubre de 2010

«Muero porque vuestros hijos sean mejores que vosotros»







En la madrugada del pasado 24 de octubre unos miserables profanaron el cementerio de los mártires de Aravaca, en vísperas de la celebración de la misa que en sufragio de las almas de los que allí cayeron bajo las balas de la infamia marxista en la primera saca de presos de la cárcel modelo madrileña que tuvo lugar en la madrugada del 28 de octubre de 1936. Junto a las tapias del camposanto asesinaron a más de 400 españoles, entre los cuales estaba el gran intelectual español Ramiro de Maeztu. Cuando éste se enfrentó con dignidad al pelotón de milicianos que iba a asesinarlo, les espetó: «Vosotros no sabéis por qué me matais, pero yo sí sé por lo que muero: porque vuestros hijos sean mejores que vosotros».

La sangre de Maeztu, como la de Ledesma y demás compañeros de martirio no fue en vano, pero Maeztu no pudo imaginar que los nietos de aquellos que le iban a matar repetirían la infamia de sus mayores sobre el silencio de sus sepulcros.

Ramiro de Maeztu, Ramiro Ledesma y demás mártires de Aravaca ¡PRESENTES!

LFU

26 de octubre de 2010

Rubalcaba toma las riendas


Aunque en realidad ya las tenía hace tiempo –el mismo que llevaba desaparecida la ex Vicepresidenta- Rubalcaba ha asumido de forma pública todos los resortes del poder ante la impotencia de un Zapatero inerme, noqueado por las encuestas y cuestionado por los propios, al que ya empiezan a no reírle sus vacuas y temerarias ocurrencias.

En el fondo, Zapatero sigue confiando en que la recuperación económica asome la patita en 2012 y le permita tomar oxígeno para las generales, pero cada día que pasa y cada dato económico que conocemos convierte su sueño en inalcanzable quimera.

Nos espera año y medio del más puro agit prop capitaneado por Blanco y Rubalcaba, que en eso tienen acreditada pericia. Lo del arrabalero alcalde de Valladolid sólo ha sido una muestra. Rubalcaba –al que sólo le falta algo de camaleón para emular a Fouché- tiene a su servicio las fuerzas de seguridad, los servicios de inteligencia y todo el aparato del poder, munición más que de sobra para prepararse con ciertas garantías al asedio de la oposición. Que se amarren los machos, que, además de la ETA, Rubalcaba tiene otros conejos que sacar de la chistera.

LFU