20 de octubre de 2010
El Valle de los Caídos, patrimonio de los Españoles
"El Gobierno de Zapatero -que desde el principio no ha ocultado su carácter jacobino, gobernando en contra de una parte de los españoles- ha dado sobradas muestras de su férrea determinación para impedir u obstaculizar el culto en el recinto como primer paso para cerrar el monumento, y por el momento lo ha conseguido -siquiera parcialmente- con los andamios colocados en la puerta del templo para las obras de “restauración” , hoy paralizadas, de la Piedad que la corona, pues sólo puede acceder a la Basílica quien quiere acudir a la misa conventual de las 11 de la mañana, para lo cual tiene que atravesar diversos túneles, pasadizos y ascensores, que convierten la visita en toda una aventura con el sabor emocionante de la clandestinidad. Es probable –dada la manifiesta ilegalidad con la que se ha procedido- que finalmente los Tribunales le obliguen a reabrir la Basílica, pero cada día que permanece cerrada –y la justicia no es precisamente rápida- es ya una victoria del resentimiento contra el derecho y la libertad.
Debemos exigir de quienes nos gobiernan que pongan su empeño al servicio del futuro de España y dejen para las generaciones venideras el juicio de la historia, huyendo de tentaciones iconoclastas más propias de civilizaciones instaladas en el arcano de la historia. Dejen en paz de una vez el Valle de los Caídos, que es patrimonio de todos los españoles –de los que les gusta y de los que no- y dedíquen esfuerzos y recursos a resolver los problemas que aquejan a una España menguante a la que quieren negarle el futuro precisamente los que se empeñan en aferrarse al pasado."
LFU
18 de octubre de 2010
José Antonio y el memo de Eduardo Mendoza
Aunque más bien debería llamarle mediocre. Acaba de «ganar» un premio tan digitalizado como el Planeta -este año fue "Público" quien filtró el ganador el día antes- porque Lara no sabía de ningún otro postulante que pudiera vender más libros y no ha tardado un minuto para procurarse unos cuantos titulares que le rescaten del olvido. Para Mendoza, José Antonio Primo de Rivera era un memo.
Y se pueden decir muchas cosas de José Antonio, pero llamarle "memo" sólo lo puede hacer un mediocre sin entrañas como Mendoza, que no le llega ni a la suela de los zapatos a un hombre que, sabedor que iba a ser fusilado a la temprana edad de 33 años precisamente por el odio marxista al execrable delito de su ardorosa inteligencia, la madrugada de su último amanecer escribía algo como lo siguiente:
«Ojalá fuera la mía la última sangre española que se vertiera en discordias civiles. Ojalá encontrara ya en paz el pueblo español, tan rico en buenas calidades entrañables, la Patria, el Pan y la Justicia.
Creo que nada más me importa decir respecto a mi vida pública. En cuanto a mi próxima muerte, la espero sin jactancia, porque nunca es alegre morir a mi edad, pero sin protesta. Acéptela Dios Nuestro Señor en lo que tenga de sacrificio para compensar en parte lo que ha habido de egoísta y vano en mucho de mi vida. Perdono con toda el alma a cuantos me hayan podido dañar u ofender, sin ninguna excepción, y ruego que me perdonen todos aquellos a quienes deba la reparación de algún agravio grande o chico.»
No merece mayor desprecio el rufián que el sonoro silencio de una sangre derramada con amor, grandeza y elegancia, palabras ciertamente ajenas al escritor barcelonés.
LFU
14 de octubre de 2010
Zapatero. Las razones de un abucheo (II)
Yo este año preferí irme a la playa a descansar. Pero hubiera hecho oir mi voz para pedir la dimisión del Presidente -pitar es que no sé- antes y después. Lo del "protocolo" de la Chacón para "blindar" la fiesta nacional es ya de aurora boreal....
LFU
"Es natural que Rodríguez Zapatero quiera restar importancia a los abucheos que año tras año –desde que accedió a la presidencia- acompañan su llegada y partida de los actos del desfile de la Fiesta nacional del 12 de octubre, relegándolos a la categoría de ritual.
El Presidente –el único, por cierto, en los últimos treinta años que ha sido sonoramente abucheado en tales ocasiones- nunca ha querido serlo de todos los españoles. La tónica de su mandato ha sido la de dividir a los españoles en buenos y malos, reservando la última calificación a los que se resisten a comulgar con las ruedas de molino de sus iniciativas estrella de la memoria histórica, del aborto y de la educación para la ciudadanía.
El público que asiste a los desfiles no es precisamente el adicto a la ideología de género o a la memoria histórica; carece de dudas sobre el concepto de nación en lo tocante a España y quiere y respeta a su ejército y a su historia. No es, por tanto, el perfil del votante del socialismo representado por Zp. Y ese mismo público, que grita Viva España al paso de las unidades militares, y se comporta con dignidad al paso de las banderas de las naciones aliadas, se siente profundamente herido por la insolvencia de un gobernante que ha jugado peligrosa y ligeramente con la unidad de España, que ha socavado los cimientos del estado de derecho cuando le ha convenido, ha tirado por los suelos el prestigio internacional de nuestra patria y ha querido convertir en «criminales fascistas» a la mitad de los españoles que lucharon en nuestra guerra fraticida. Por eso, precisamente, a Rodríguez le dan absolutamente igual, porque sabe que no es más que la manifestación del mismo desprecio que él siente por los que le abuchean.
Ningún otro gobernante ha crispado más a los españoles; ninguno ha reabierto tantas heridas; ninguno ha despreciado tanto a la mitad de España y ninguno ha recibido semejantes abucheos.
Los abucheos, por tanto, son tan comprensibles como merecidos. Pero, ¿es ese el lugar adecuado?. Sin ningún género de dudas, la respuesta es sí. En primer lugar, porque los abucheos se produjeron en la vía pública antes y después del acto en sí -que comienza con la llegada de la Bandera Nacional y la revista a las Fuerzas por parte del Jefe del Estado- y en ningún momento durante su celebración, durante la cual los asistentes mantuvieron una actitud de respeto ejemplar. Si aún así se entendiese que los prolegómenos o momentos posteriores del acto en sí deben tener la consideración de “acto de Estado”, no lo es menos que los desfiles se hacen en la vía pública para solaz y orgullo de la gente y no en un recinto cerrado para consumo de las autoridades. Jamás admitiría ni disculparía un abucheo en un funeral de Estado o en un acto solemne en el que el Presidente esté representando a nuestra Nación. Pero no era el caso. En el desfile de la Fiesta nacional, España estaba representada, primero, por el Jefe del Estado y después, por los representantes de los tres poderes del Estado, pero también por el pueblo para el que se organiza el despliegue de tropas. Y si lo que se quiere es que la gente acuda y aguante dos horas de espera en la calle con mordaza, lo mejor es eliminar los desfiles, pero no se puede pretender invitar a todo un pueblo a celebrar los actos de la fiesta de todos y pedirle que antes y después del acto muestren respeto a quien no sólo no se lo ha ganado, sino que no ha sabido respetar a la gran Nación que representa."
LFU
6 de octubre de 2010
El Abad del Valle de los Caídos demanda al Gobierno por el cierre injustificado de la Basílica
Era una noticia esperada por muchos (Ver aquí). La Comunidad benedictina de la Abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos con su Abad Mitrado al frente ha interpuesto recurso contencioso-administrativo contra la resolución por vía de hecho adoptada por el Gobierno de la Nación consistente en el cierre de la Basílica pontificia, arbitraria y carente de cualquier clase de justificación.
El incumplimiento por parte del gobierno de todas las promesas formuladas con el intento de dilatar el cierre, han decidido a la Comunidad benedictina, respaldada por el Arzobispado, a tomar esta decisión, que culmina por el momento uno de los mayores episodios de acoso contra una comunidad religiosa del presente siglo en un estado que se pretende de derecho.
Me consta que más de un Abogado del Estado ha pedido que pase de él tan espinoso cáliz, por lo que es de esperar que la defensa del Estado caiga en manos de uno de los «elegidos».
Ojalá se haga justicia, de una vez.
LFU
4 de octubre de 2010
Blood Money
LFU
29 de septiembre de 2010
Aguirre, en favor del «matrimonio» homosexual
Lo leo en La Razón de hoy y, aunque no me sorprende en absoluto, creo que merece la pena dejar constancia aquí para mis amigos «aguirristas» (que también los tengo), pues conviene que también vayan cayéndose del guindo.
Vaya por delante que el recurso del Partido popular no era precisamente una muestra de heroísmo cívico, pues su oposición se basaba más en cuestiones semánticas que de fondo, pero algo es algo, sobre todo si por ahí se evitaba la injusta equiparación de derechos entre el matrimonio, como unión de hombre y mujer y, por tanto, germen de la familia -una de las instituciones básicas y más necesarias de cualquier sociedad- y la unión de personas del mismo sexo, cuya regulación, en su caso, no puede ni debe implicar el disfrute de derechos tales como el de la adopción, obviando de forma irresponsable el derecho natural de cualquier niño a tener un padre y una madre.
Y si por esto me gano el calificativo de homófobo -de dudosa interpretación demántica- qué le vamos a hacer. Yo no estoy en contra de los homosexuales, pues esto sería tanto como estar en contra de la parra virgen, pero sí de que se les reconozcan unos derechos que, por derecho natural, no les corresponden. Al pan, pan y al vino, vino. Aguirre seguramente se ha ganado el premio Chueca, sin tener presente el daño que posiciones «liberales» como la suya puedan hacer. Ahí la tienen.
LFU
28 de septiembre de 2010
Sánchez Dragó y la España de Franco
Por Fernando Sánchez Dragó
Publicado en "El Mundo" Lunes, 20 de septiembre de 2010
Soy testigo presencial de los supuestos delitos que se juzgan y de la época en la que se cometieron. No pueden decir otro tanto Almodóvar, Javier Bardem, Juan Diego Botto o Almudena Grandes, y menos aún los bisnietos de las presuntas víctimas. Recuerde asimismo que mis palabras no son fruto de ideología, por carecer yo de ella, ni del afán de medro. “Vengo aquí por la indignación de tanta mentira. Las cosas no fueron como se cuentan” Al contrario: pueden costarme caras.
Nada tengo que ganar y sí mucho que perder. ¿Por qué, entonces, me meto en la boca de lobos que no son feroces, pues con sus plañidos sólo quieren estar cara al sol que más calienta? Se lo explicaré: vengo aquí movido por la indignación que tanta mentira me produce. Las cosas no fueron como sus testigos las cuentan. Yo estuve muchas veces en Correos y nadie me torturó.
Todos los españoles, todos, fueron víctimas de una guerra cuya estúpida crueldad se divide a partes iguales entre los Hunos y los Hotros. Y en cuanto a la posguerra, cierto es que los años del franquismo lo fueron de sombras para algunos, sobre todo al principio, pero también de luces para muchos. Y aun me atrevería a decir, jugándomela, que las segundas fueron más que las primeras. En la España de Franco que conocí sólo sufrían persecución quienes desde posturas radicales -las mías, por ejemplo- y buscando pelea se enfrentaban al Régimen. Créame si le digo que éramos pocos. Mis recuerdos lo son de un país abierto, alegre, divertido y más libre, en lo menudo, que el de ahora. Basta de mentiras. No reabra trincheras. No dé vivas a la República, que lo fue de infamia. Sobresea al asunto. ¿Habeas corpus? Pues aquí está el mío, señor juez. Ecce homo.»