El título de esta entrada no debería llamar la atención de nadie, pues no constituye ninguna novedad tras seis años de ignominia, en los que el Gobierno ha negado más veces que San Pedro hasta la crisis que padecemos.
El Gobierno español ha incumplido el compromiso contraído con el Abad del Valle de los Caídos de reabrir el recinto a la visita pública el 1 de marzo, desde que fuera ordenado su cierre en el mes de noviembre de 2009. Para ello, siempre de forma verbal, se refugia ahora en la mendaz justificación de peligro que supone la escultura de la Piedad situada sobre la puerta de acceso a la Basílica y exige su retirada fulminante para ser restaurada en los talleres de Patrimonio Nacional. Lo hace contra los reiterados estudios técnicos de la Fundación Juan de Ávalos –propietaria de los derechos de autor de las esculturas- y de otros arquitectos e ingenieros de reconocido prestigio, que advierten, primero, de la inexistencia de riesgo alguno y, después, de que la retirada de la escultura supondría su total destrucción puesto que fueron concebidas para ser reparadas in situ.
No menor gravedad reviste el permanente y vergonzoso hostigamiento, por parte de diversos altos funcionarios adscritos al Ministerio de la Presidencia, –cuya titularidad ostenta la Vicepresidenta del gobierno, Doña María Teresa Fernández de la Vega-, fundamentalmente por parte del Subsecretario Sr. D. Juan José Puerta, quien, al parecer, ha llegado en algunos momentos a ofender la dignidad episcopal de que está investido el Padre Abad, así como su dignidad como persona.
¿Qué quiere el Gobierno? Por un lado, alargar el cierre del Valle de los Caídos de forma indefinida para tratar así de que la Comunidad Benedictina acabe por tirar la toalla y abandonar el monasterio y la Basílica Pontificia (algo que no pueden hacer sin una orden expresa del Vaticano y que, desde luego, no están dispuestos a hacer voluntariamente), para obtener su propósito de desacralizar el recinto e instalar el “Museo de los Horrores” del régimen franquista, en consonancia con la estrategia falaz y manipuladora de su Presidente. Por otro, buscan la mediática foto de una grúa retirando la escultura como excusa para su cierre definitivo. El Gobierno, desde hace más de cinco años ha incumplido sistemáticamente su obligación de mantener el Valle de los Caídos para poder cerrarlo y ahora pretende justificar el cierre por el supuesto estado de deterioro y abandono que presenta y del que él mismo sería el único responsable.
Todo es mentira. Los informes que sobre la estructura del Valle de los Caídos acaban de realizar un equipo de los más insignes ingenieros y arquitectos españoles, que han trabajado desinteresadamente para defender el lugar sagrado de la ofensiva talibán del Gobierno, demuestran que la estructura del Valle de los Caídos goza de una salud envidiable y que no existe el menor peligro sobre la misma. Lo mismo cabe decir de las esculturas que abrazan la base de la Cruz, sobre las que la Fundación Juan de Ávalos ha realizado un informe exhaustivo.
El gobierno, por su parte, no se ha atrevido a dictar orden alguna por escrito, temeroso de la flagrante ilegalidad en la que podría incurrir, a la vista de los estudios técnicos existentes, que no han sido contradichos por ningún otro, ya que el Gobierno no ha encargado estudio o informe pericial alguno en el que sustentar sus delirantes intenciones. Su estrategia es la de los hechos consumados, es decir, la vía de hecho, que tan buenos réditos le ha dado hasta la fecha.
La batalla, por tanto, se presenta ardua y seria y desgraciadamente tendrá que ser librada en sede diplomática y en los tribunales, pues la actuación del gobierno atenta contra numerosas disposiciones legales tales como: Código Penal (Arts. 522, 523, 524, 525), de la Ley Orgánica de Libertad Religiosa (Arts. 1,2 y 3), de la Constitución Española (Arts. 14 y 16), de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (Art. 18), del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (Art. 18, 20), de la mismísima Ley de la memoria histórica (Art. 16) que define al Valle de los Caídos como lugar de culto, y el artículo 1 del Concordato entre el Estado Español y la Santa Sede, que declara expresamente la inviolabilidad de los lugares de culto.
Los españoles cristianos tenemos la obligación de defender el lugar sagrado del ataque injusto del que está siendo objeto. Desde aquí pido a todos, vuestra oración y que, los que podáis, os acerquéis con vuestras familias a la misa de 11 de la mañana, único acto litúrgico para el que se permite el acceso a la basílica, y que no cejéis en reivindicar el derecho a rendir culto al Santísimo, ahora injustamente cercenado, ante cualquier instancia.
No podemos dejar que se salgan con la suya. Hay que defender el
Valle de los Caídos.
LFU