Cura que a su barrio entero
trata de escandalizallo,
ya no es Cura, sino gallo
de todo aquel gallinero;
que enfermó por su dinero
a las más que toca el preste
ya no es cura, sino peste
por tan mala cualidad.
Cura que en la vecindad
vive con desenvoltura,
¿para qué le llaman cura,
si es la misma enfermedad?
D. Luis De Góngora, en la más rabiosa actualidad.
¿Qué puede decirse del vergonzoso espectáculo los curas guipuzcoanos repudiando a su pastor?. Es evidente que la cosecha que durante tantos años sembró Setién y abonó Uriarte está dando sus frutos podridos. Estos miserables con sotana jamás han firmado un manifiesto para condenar a los asesinos de ETA y mucho menos a sus cómplices; estos cabrones consagrados han conseguido vaciar sus Iglesias tras haberlas convertido en refugio de pistoleros, pesebres del odio y batzokis de pacotilla.
No podía esperarse otra cosa de semejante calaña. Pero bien pensado, su gesto es muy de agradecer. Acaban de justificar de un plumazo el aplauso merecido que a la Curia Vaticana se le debe por el nombramiento de Monseñor Munilla, un vasco de los de toda la vida, vasco y español y un sacerdote valiente que está dispuesto a pastorear a sus ovejas sin preguntarles el color de su bandera ni el RH de su sangre. A Monseñor Munilla le han facilitado el censo los miserables, con su estúpida protesta. Ya sabe con quien se juega los cuartos. El camino será duro, pero estoy seguro de que, con la ayuda de Dios, monseñor Munilla prestará un inigualable servicio a la Iglesia y también a España.
LFU
D. Luis De Góngora, en la más rabiosa actualidad.
¿Qué puede decirse del vergonzoso espectáculo los curas guipuzcoanos repudiando a su pastor?. Es evidente que la cosecha que durante tantos años sembró Setién y abonó Uriarte está dando sus frutos podridos. Estos miserables con sotana jamás han firmado un manifiesto para condenar a los asesinos de ETA y mucho menos a sus cómplices; estos cabrones consagrados han conseguido vaciar sus Iglesias tras haberlas convertido en refugio de pistoleros, pesebres del odio y batzokis de pacotilla.
No podía esperarse otra cosa de semejante calaña. Pero bien pensado, su gesto es muy de agradecer. Acaban de justificar de un plumazo el aplauso merecido que a la Curia Vaticana se le debe por el nombramiento de Monseñor Munilla, un vasco de los de toda la vida, vasco y español y un sacerdote valiente que está dispuesto a pastorear a sus ovejas sin preguntarles el color de su bandera ni el RH de su sangre. A Monseñor Munilla le han facilitado el censo los miserables, con su estúpida protesta. Ya sabe con quien se juega los cuartos. El camino será duro, pero estoy seguro de que, con la ayuda de Dios, monseñor Munilla prestará un inigualable servicio a la Iglesia y también a España.
LFU