Responde al nombre de Viviana o Bibiana -lo he visto escrito de las dos formas- y para nuestra desgracia, es "miembra" del gobierno, pese a no conocérsele mérito alguno más allá de su filiación política socialista. Su ministerio de "Igualdad", creado por la estulticia del infame nos cuesta a todos los españoles un mínimo presupuestario anual de 40 millones de euros, no menos vergüenza y, para colmo de males, el único "proyecto" que ha dado a luz -valga la maldita paradoja- es el de la nueva ley del aborto que hará las delicias de los fabricantes de trituradoras humanas.
No nos engañemos. Con la nueva ley que sacará adelante el gobierno con el apoyo de los grupos "progresistas", lo único que se eliminan son los papeles que hoy hay que firmar para poner en marcha la trituradora. A partir de ahora bastará con decir "vengo a abortar" para que nadie pregunte nada más, siempre que el bebe no tenga más de tres meses y medio. Después, bastará como ahora con rellenar el papelito diciendo que existe peligro para la salud psíquica de la madre, motivos socio-culturales, etc..., para poder matar legalmente al bebe un poquito más mayor. Es decir, se producirá un ahorro de costes en papel y se evitarán las denuncias por abortos ilegales antes de los tres meses y medio, es decir, más ahorro de papel.
La principal y trágica novedad de la ley es que las niñas de 16 años puedan abortar sin autorización de sus padres. Lo ha dicho Bibiana así de clarito: "si pueden casarse, pueden abortar". Pues esto no es así, mameluca. El artículo 45 del Código civil sólo permite contraer matrimonio a las menores emancipadas, pues en otro caso su matrimonio sería nulo (ex artículo 75 del mismo texto legal), así que, siguiendo la tesis de la ministra al menos confío en que tan siniestra facultad se reserve a las menores emancipadas y de esta manera podamos poner coto a tan terrible sangría.
Precisiones legales al margen, que a la ministra bien poco le importan, lo más triste es que una menor que no puede conducir, que no puede votar, que no puede comprar tabaco, que no puede acceder a determinados contenidos en internet, que no puede comprar una cerveza ni consumir alcohol, que necesita la autorización de sus padres para hacer un viaje de ski, pueda sin embargo acudir a una clínica a deshacerse de su bebé con la complicidad del legislador y sin contar con la autorización de sus padres y tutores. ¿Acaso no se trata de proteger a los menores dando por sentada su inmadurez?.
Esto es algo trágico y absolutamente intolerable. Estamos ante una suplantación de la patria potestad por el Estado en una materia sumamente grave y con muchísimas consecuencias de diversa índole para la vida de una menor por las que la Administración -ergo todos los contribuyentes- podría acabar teniendo que responder judicialmente para indemnizar los eventuales daños causados por semejante intervención. Pero no confío mucho en que el principal partido de la oposición se atreva a poner el grito en el cielo tampoco en ese tema. Hay muchos votos en juego y estar en contra del aborto no vende.
Es la sociedad civil la que debe movilizarse contra esta barbaridad. Y yo desde aquí os invito a todos a no desfallecer en defensa de la vida de los más necesitados, los que no pueden valerse por sí mismos, embriones y ancianos, que al parecer no son dignos de protección por esta sociedad tan macabramente "avanzada".
LFU