"Mi sueño es el de la patria, el pan y la justicia para todos los españoles, pero especialmente para los que no pueden congraciarse con la patria, porque carecen de pan y de justicia.". JOSÉ ANTONIO

4 de marzo de 2009

Una victoria moral contra un gobierno que desprecia el derecho



La Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid declarando la nulidad de pleno derecho de la arbitraria decisión de la Ministra de Fomento al retirar la estatua de Francisco Franco de la Plaza de San Juan de la Cruz pone al descubierto la forma de actuar de un gobierno para el que el respeto a la ley tiene los límites de su propio interés.

La Sentencia -que reconoce la catalogación de la estatua como elemento singular con nivel de protección 1 histórico-artístico- en el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid, pone en evidencia no sólo al gobierno sino también al resto de las administraciones públicas madrileñas que no movieron un dedo para denunciar la flagrante ilegalidad cometida.

Sólo la Fundación Nacional Francisco Franco, como voz que clama en el desierto, se atrevió a denunciar -en medio del conformismo de la mayoría- la arbitrariedad cometida por la infable Ministra de Fomento. Ahora, cuatro años más tarde, se le da la razón, aunque el Tribunal Superior de Justicia de Madrid parece no atreverse a cargar sólo con el mochuelo de la única consecuencia juridica que conlleva la declaración de nulidad, que no es otra que la obligatoria reposición de la estatua. En primer lugar, el Tribunal no puede suplantar la voluntad del ejecutivo y presumir -aunque no le falte visión de futuro- que el Gobierno volvería a retirarla y que tal retirada es acorde con la Ley de Memoria Histórica (ya que ésta exceptúa claramente los casos en los que exista un interés artístico o histórico protegido por la ley). ¿Y si mañana hay un cambio de gobierno?. Pero además, es que el Gobierno tendría que seguir el procedimiento legalmente establecido para la retirada -que entonces incumplió- y entonces a la Fundación o a cualquier interesado le cabría el derecho a recurrir judicialmente la actuación administrativa, derecho del que la Sentencia está privando a todos los administrados causando una evidente indefensión. El argumento es tan peregrino que hace pensar en que el TSJ de Madrid ha querido mandarle la pelota al Tribunal Supremo, para que se moje.

En cualquier caso, se trata, por ahora, de una victoria moral contra un gobierno acostumbrado a hacer lo que le da la gana sin que nadie le tosa. Pues ahora le han tosido, y parece que bien fuerte.

¿A qué espera Maleni para dimitir?

LFU

28 de febrero de 2009

Homenaje a José Utrera Molina. Málaga, febrero 2009

Lo prometido es deuda. Para los que quisieron y no pudieron estar allí, el sonido y las imágenes de una noche para el recuerdo, que debo agradecer a mi querido sobrino Rodrigo:






27 de febrero de 2009

Memoria histórica de Cataluña




Curiosa placa conmemorativa que dice mucho de la llamada "persecución" del catalán durante el régimen anterior y que sin duda desaparecerá en breve por aplicación de la estúpida Ley de Memoria Histórica.

LFU

25 de febrero de 2009

Su propia medicina



Esto es lo que pasa cuando el Estado hace dejación de sus funciones. El Estado tiene el monopolio del ejercicio de la violencia y el deber de procurar el bienestar y la justicia para sus administrados. Esto es precisamente lo que no sucede en el País Vasco.

La imagen de este joven, no ya valiente, sino temerario teniendo en cuenta el ambiente que le rodea, es la del hartazgo de quien observa desde hace muchos años como quienes ostentan el monopolio de la violencia con el beneplácito más o menos explícito de los poderes públicos son los terroristas de ETA y su brazo político. En esta ocasión, a este joven le han destrozado su casa recién puesta y posiblemente le han arruinado su futuro puesto que ya le han puesto en el punto de mira los asesinos de siempre.

Al final, tendrá que irse de su tierra, pero ha dado una magnífica lección a sus anestesiados vecinos, acostumbrados ya a convivir con el miedo y la amenaza por compañeros inevitables. Porque, al igual que todos ellos, sabe perfectamente quienes son los que ponen las bombas, los que les aplauden y los que les ayudan. Sabe donde toman sus copas y celebran sus sangrientos akelarres protegidos por el miedo y la complicidad de un poder político que rentabiliza sus acciones. Y ha decidido administratles, por una vez, su propia medicina.

Si esta escena se repitiese cada vez que los asesinos golpean con su habitual cobardía, algo empezaría a cambiar en esa tierra tan querida de España.

LFU

23 de febrero de 2009

Garzón y la instrucción del Sumario sobre Pilatos


Como prueba de que el ingenio español no descansa nunca, quiero compartir el chiste que recibí al poquísimo tiempo de hacerse público el vahío del Juez titular del Juzgado de Instrucción nº 5 de la Audiencia Nacional -de cuyo nombre no quiero acordarme- como explicación de su ansiosa indisposición:

Está el juez Garzón, en la soledad y silencio de su despacho de la
Audiencia Nacional, redactando una providencia de 400 folios, cuando,
de repente, se ve interrumpido por un extraño sonido, como de alguien
que chista:

- "Chisssss, chissssss"

Garzón levanta la vista de las cuartillas, pero no puede ver a nadie:
está solo.
Al cabo de unos segundos, se repite el sonido

- "Chisssss, chissssss"

Perplejo, vuelve a extender la vista por todo el despacho: nada,
nadie...
Una tercera vez, se repite el fenómeno:

- "Chisssss, chissssss"

Se levanta de la silla dispuesto a lavarse la cara y entonces se
percata de que el Cristo del crucifijo que preside su despacho ha
soltado una mano y le hace gestos para que se acerque. Garzón,
perplejo, se pone enfrente de él y le oye decir:

- "¿Y de lo mío, qué?, ¿Cuándo procesamos a Pilatos?"


Por cierto, son las ocho de la tarde, a Bermejo lo han dimitido y, que se sepa, su compañero de montería, paradigma de la imparcialidad y del buen gusto en la indumentaria cinegética, sigue en su puesto. Entre tanto, la nación entera, preocupada por su salud, hace votos para que decida de una vez descargarse del enorme peso de la justicia universal que tantos desvelos le provoca y opte por un merecido retiro recorriendo los campos de España con su preciosa gorra de bolchevique.

LFU

20 de febrero de 2009

Barcelona despide a José Antonio

Otro monumento derribado por la furia iconoclasta de la izquierda.

Esta vez le ha tocado en suerte a José Antonio Primo de Rivera, en Barcelona. Un José Antonio tocado -paradójicamente- por la varita putrefacta de la Ley de Memoria Histórica, ya que no tuvo siquiera la posibilidad de ser sospechoso de franquista, represor o contendiente, porque ya se ocupó el gobierno del Frente Popular de fusilarlo "democráticamente" con la debida antelación y arrojarlo a una fosa común.

Un hombre que escribió en el umbral de su muerte el mejor de los testamentos políticos que jamás se han podido leer: "Ojalá fuera la mía la última sangre española que se vertiera en discordias civiles. Ojalá encontrara ya en paz el pueblo español, tan rico en buenas cualidades entrañables, la Patria, el Pan y la Justicia".

Una palabra limpia que no encaja en esta atmósfera turbia, ya cansada, como de taberna al final de una noche crapulosa, que preside nuestra existencia.

Posiblemente su lugar será ocupado, ahora, por otro monumento a Companys que como todo el mundo sabe, era el epítome de la moderación y del respeto al adversario. O mejor, por el torturador Julián Grimau, ejemplo de concordia para los catalanes a muchos de los cuales facilitó el eterno descanso. En todo caso, algo que enaltezca más la pútrida estela de una sociedad mayortariamente envilecida.

Recomiendo la carta que un catalán, Francisco Requena Paredes, ha enviado a diversos foros. Una voz que clama en el desierto para que no pueda decirse que todo es silencio, indignidad ni deserción.

LFU

17 de febrero de 2009

La vida no hará más que revelar la fotografía

"Si formamos a los niños con sencillez, si los hacemos amar las alegrías profundas y elementales, avanzarán por la vida conservando en sus ojos la luz de la vida interior, equilibrada, sin sobresaltos. pero si deformamos su infancia, si los niños han oído o visto demasiado, si los dejamos arrastrar por el torbellino vital, si los años de una niñez en calma no han fortificado en ellos la frágil dicha de su inocencia, entonces su vida será lo que ha sido su infancia y en vez de irritarse ante el desorden, serán ellos mismos desorden. Como sus gustos, sus sentimientos, sus pensamientos, fueron siempre inestables, estarán para siempre a la merced del vendaval d las turbias alegrías que consumen al alma y se escapan de nuestras manos y crean, a expensas del sufrir de los demás, el propio sufrimiento.

Después ya es tarde para cambiar.

No se endereza el arbol endurecido. Todo lo más que podremos hacer para intentar que sea diferente, es podarle. Cuando era joven, hirviente de savia, se le hubiera podido doblar con un dedo experto, orientarle y ayudarle a desarrollarse.

Cuando los niños parece que están jugando y mirando sin más, al gorrión o a la alondra que pasan, cuando comiezan a hablar y a besar, cuando fotografían en su corazón, en su imaginación, el espectáculo exacto que somos los mayores, esa es la hora de poderlos modelar.

La vida no hará más que revelar la fotografía. Los ácidos de la existencia imprimirán en ellos las imágenes hermosas y pujantes o atormentadas y entristecedoras, que habíamos ofrecido a sus ojitos avidos de curiosidad y a su corazón impoluto, como una hoja de papel.

Todo aquello de que les privamos por nuestro orgullo, por nuestra agitación, o ¡ay! por nuestras pasiones, todo ello tendremos que pagarlo cruelmente más tarde, viéndoles inquietos, insatisfechos, el alma sin aliento o arrasada por nuestra grandísima culpa."

De "Almas ardiendo". L. Degrelle (1954). Traducción y Prólogo de Gregorio Marañón.

.....Y leyendo tan hermosas palabras, me acordé de los sujetos que mataron y arrojaron al río a una niña en lo mejor de su vida. Es probable que la vida no haya hecho más que revelar la fotografía de su infancia.

Requiem aeternam dona ei, Domine; et lux perpetua luceat ei.

LFU