“Divorcio Express” Todo incluido. Su convenio en 24 h. Divorcios con hijos o bienes 490 €”. Es el primer vínculo que aparece en Google si tecleamos las dos palabritas mágicas.
Ya sabemos que el PP no piensa modificar la actual legislación del divorcio, modificada por el PSOE con la introducción del “divorcio Express”. Así lo ha confirmado Rajoy en una entrevista radiofónica. Nada nuevo bajo el sol, pues el PP en el Congreso no se atrevió a votar en contra de esta ley, pese a constituir una legislación sin parangón en los países de nuestro entorno, que no en vano el Consejo General del Poder Judicial, calificó como inspirada en el repudio islámico al alcance tanto del hombre como de la mujer.
El alarmante y exponencial incremento del número de divorcios en España desde la aprobación de la citada ley es un dato que debería preocupar, y mucho, a alguien que tiene la intención de gobernar esta nación. La institución de la familia ha quedado a la intemperie con una legislación que promueve e incentiva la falta de compromiso y seriedad que deben exigirse a los que contraen matrimonio, lo cual por otro lado, está en consonancia con el espíritu nihilista y hedonista y la ausencia total de valores que imperan en España.
Las estadísticas nos ofrecen datos para la reflexión y para la preocupación. No era ni mucho menos marginal el número de matrimonios que durante el año que debía mediar entre la separación y el divorcio, alcanzaban la reconciliación desistiendo de la demanda. Hoy, por el contrario, la irresponsable facilidad y rapidez con la que se obtiene el divorcio, priva a los matrimonios con problemas de dicho período de reflexión, que reconducía muchas veces situaciones nacidas en un momento de tensión y ofuscamiento de la razón.
Los más perjudicados, los niños, que contemplan impotentes como en sólo unos días se derrumba el castillo de su seguridad y da comienzo de una nueva vida no querida ni buscada, en la que deberán repartir su cariño al albur de un convenio regulador. Resultado: los índices de fracaso escolar se disparan en los niños de familias desestructuradas. Su felicidad es la principal víctima del egoísmo y la falta de espíritu de sacrificio de unos padres educados bajo la ley del mínimo esfuerzo y el engañoso canto de la libertad. ¿Sólo 490 €?
Consideraciones religiosas aparte, la crisis de la familia debería hacer reflexionar a quienes aspiran a gobernar España. Una educación en valores como el sacrificio, la fidelidad, el perdón, la entrega y la generosidad es más que nunca necesaria en nuestra sociedad.
Pero el PP está tan interesado en captar votos por donde sea, que no duda, con tal de molestar lo menos posible, en dejarse arrastrar por la miseria moral de una sociedad sin rumbo y abocada a su definitiva decadencia.
LFU
Ya sabemos que el PP no piensa modificar la actual legislación del divorcio, modificada por el PSOE con la introducción del “divorcio Express”. Así lo ha confirmado Rajoy en una entrevista radiofónica. Nada nuevo bajo el sol, pues el PP en el Congreso no se atrevió a votar en contra de esta ley, pese a constituir una legislación sin parangón en los países de nuestro entorno, que no en vano el Consejo General del Poder Judicial, calificó como inspirada en el repudio islámico al alcance tanto del hombre como de la mujer.
El alarmante y exponencial incremento del número de divorcios en España desde la aprobación de la citada ley es un dato que debería preocupar, y mucho, a alguien que tiene la intención de gobernar esta nación. La institución de la familia ha quedado a la intemperie con una legislación que promueve e incentiva la falta de compromiso y seriedad que deben exigirse a los que contraen matrimonio, lo cual por otro lado, está en consonancia con el espíritu nihilista y hedonista y la ausencia total de valores que imperan en España.
Las estadísticas nos ofrecen datos para la reflexión y para la preocupación. No era ni mucho menos marginal el número de matrimonios que durante el año que debía mediar entre la separación y el divorcio, alcanzaban la reconciliación desistiendo de la demanda. Hoy, por el contrario, la irresponsable facilidad y rapidez con la que se obtiene el divorcio, priva a los matrimonios con problemas de dicho período de reflexión, que reconducía muchas veces situaciones nacidas en un momento de tensión y ofuscamiento de la razón.
Los más perjudicados, los niños, que contemplan impotentes como en sólo unos días se derrumba el castillo de su seguridad y da comienzo de una nueva vida no querida ni buscada, en la que deberán repartir su cariño al albur de un convenio regulador. Resultado: los índices de fracaso escolar se disparan en los niños de familias desestructuradas. Su felicidad es la principal víctima del egoísmo y la falta de espíritu de sacrificio de unos padres educados bajo la ley del mínimo esfuerzo y el engañoso canto de la libertad. ¿Sólo 490 €?
Consideraciones religiosas aparte, la crisis de la familia debería hacer reflexionar a quienes aspiran a gobernar España. Una educación en valores como el sacrificio, la fidelidad, el perdón, la entrega y la generosidad es más que nunca necesaria en nuestra sociedad.
Pero el PP está tan interesado en captar votos por donde sea, que no duda, con tal de molestar lo menos posible, en dejarse arrastrar por la miseria moral de una sociedad sin rumbo y abocada a su definitiva decadencia.
LFU