"Mi sueño es el de la patria, el pan y la justicia para todos los españoles, pero especialmente para los que no pueden congraciarse con la patria, porque carecen de pan y de justicia.". JOSÉ ANTONIO
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17 de junio de 2019

"Sumisión" de Michel Houllebecq


Título: Sumisión
Autor: 
Editorial: Anagrama
Año: 2015

El protagonista de la novela ejerce de modesto profesor en la universidad francesa y es el vehículo para el retrato descarnado de una cierta clase intelectual y excusa para lanzar un vaticinio sobre el futuro de Francia y en cierto modo, de gran parte de Europa.

El mensaje nada complaciente de Houllebecq se vale de la descripción sin velos, ni edulcoraciones de la intrahistoria del profesor cuya brillantez intelectual parece simétrica a su sórdida condición personal. A este retrato se anuda un texto implícito en el que se perfila el sexo, más allá de un contacto de cuerpos, de una mera adicción como un artículo de justificado consumo, falso calmante y estéril esperanza para el sujeto común.

Sin embargo, nada más lejos que acusar de esquemática a esta novela, pues el nihilismo presente no está exento de una pujante y bien descrita tentación de dejarlo atrás, de superarlo con una mirada hacia el origen profundo de Francia que resulta conmovedora y resuelta de una manera cruel, pesimista y, sin embargo, perfectamente trabada en la narración.

No se trata de una novela distópica más. El autor no amaga con un supuesto tono profético más bien parece una autopsia anticipada de una sociedad que se dirige a la desaparición, hipótesis que resulta más verosímil de lo que nadie quiere admitir.

Sin duda este libro pesimista y perturbador tiene muchas lecturas, pero, indudablemente, una de ellas, constante en otras obras del autor, es el durísimo y despiadado ajuste de cuentas personal con la generación del 68, con sus modos de educar, con la cultura que generó y las consecuencias producidas en las relaciones personales.

Uno se pregunta de dónde procede la lucidez del juicio de muchas de las opiniones de este autodidacta, del enorme acierto con el que culmina los tres últimos capítulos y no parece difícil adivinar que el enorme dolor personal, infligido por sus padres que se desentendieron de él, puede ser la fuente que alimenta su juicio, el origen de una sensibilidad extraordinaria para percibir la realidad y sus direcciones, que explica la visión nada complaciente de sus textos.

En la novela encontramos al mismo tiempo que una fría distancia con lo verdaderamente humano y un materialismo envolvente, juicios estéticos afinados, análisis políticos reveladores junto con un depurado retrato de las tentaciones del alma del hombre contemporáneo. Casi ningún juicio deja de tener un poso amargo cuando no directamente vitriólico y a pesar de todo, resulta difícil no tomarlos en consideración. Es una novela notable pero también una advertencia y, por qué no, un pronóstico.  

César Utrera-Molina Gómez
Mayo 2019


24 de abril de 2019

"La Marina de Vichy"



Título: La Marina de Vichy.
Autor: Joaquín Ruíz Diaz del Corral.
Editorial: Actas.
Año: 2019.


La Marina de Vichy escrita por Joaquín Ruíz Díaz del Corral, coronel auditor procedente del extinto y prestigioso Cuerpo Jurídico de la Armada, no sólo es un excelente ejemplo de investigación histórica sobre un hecho poco conocido, también resulta una muy amena y rigurosa narración de hechos políticos y lances militares.

Los hechos que narra este libro de historia podrían considerarse marginales en el contexto de la II Guerra Mundial, pero no es menos cierto que los mismos determinaron, en parte, el futuro destino de millones de personas y de pueblos enteros de los 5 continentes que formaban parte del imperio francés antes de la Segunda Guerra Mundial. De hecho, no resulta difícil rastrear en el mapa mundial las cicatrices en forma de fronteras y conflictos que tienen que ver con el acontecer narrado en este libro. Véase el discurrir de Vietnam, Líbano o Siria.

Desde otro punto de vista, abordar la historia de la Marina de Vichy es escribir sobre los vencidos de los vencidos, sobre el destino de una realidad histórica (la Francia de Vichy) olvidada a conciencia por la propia Francia salvo para anatemizarla. El fil rouge de los distintos escenarios geográficos y temporales que describe el libro, lo que unifica situaciones y lugares tan lejanos entre sí, es la Marina de Guerra francesa, cuyos oficiales desempeñaron un papel muy relevante en todos esos lugares y asumieron un protagonismo en un momento poco propicio y estimulante para detentar cualquier tipo de responsabilidades políticas y militares.

Es preciso destacar que la pluma del autor consigue aunar un excelente ritmo narrativo, junto a una notable capacidad de síntesis y acierto descriptivo en los sucesos que narra, especialmente interesantes fueron los que transcurrieron en el norte de África. La batalla del Mers el Kebir, el acontecer de la flota francesa en Alejandría, la resolución de la invasión aliada en 1942 en el norte de África, la desconfianza de nuevos y antiguos aliados, las tensiones entre De Gaulle y el resto de militares franceses, ejemplifican la enorme dificultad política, social y militar que tuvieron que gestionar los marinos de guerra franceses. De alguna manera, parece deducirse del libro, éstos actuaron como un estado dentro de un estado provisional, en un momento de dificultad máxima en el que ninguna solución era fácil de adoptar y cuyas consecuencias tampoco parecían claras. En este sentido, resulta de gran valor humano e histórico el relato de la conducta sacrificada y ejemplar de estos marinos de guerra que acabaron tomando las decisiones que una sociedad derrotada no quiso tomar y afrontando las responsabilidades que nadie quiso aceptar.

La hecatombe social, política y militar de la Francia republicana en la II Guerra Mundial sigue ofreciendo multitud de jugosas lecciones a cualquier sociedad y, particularmente, a cualquier sociedad Occidental. Este libro da pistas del destino de una sociedad decadente y dividida social y políticamente; también describe con imparcialidad como las sucesivas clases políticas de la Francia de los años 30, no sólo fueron incapaces de gobernar con éxito la nación francesa, en un momento crítico, sino que aquella que administró la derrota también fue objeto de la avidez de poder y el oportunismo frente a pocas excepciones ejemplares.

En definitiva, este libro, más allá de su valor historiográfico por la novedad que aporta a la bibliografía española sobre el tema, rinde homenaje, imparcial y riguroso, a aquellos que supieron cumplir su deber en los momentos críticos para una nación como es el de su derrota militar y lo rinde desde la perspectiva de un marino de raza como, sin duda, es el autor, Joaquín Ruíz Díaz del Corral.

César Utrera-Molina Gómez


20 de diciembre de 2018

"El hombre que amaba a los perros" de Leonardo Padura


Título: El hombre que amaba a los perros.
Autor: Leonardo Padura.
Editorial: Tusquets.

Una estructura narrativa en espiral intercala y reúne con acierto y tensión narrativa el acontecer de un joven escritor cubano con la peripecia vital del comunista español Ramón Mercader del Río y el periodo final de la vida de León Trotski, desde su exilio de Rusia hasta su brutal asesinato.

Las historias entrecruzadas del narrador cubano, de Mercader y del famoso revolucionario son una formidable excusa narrativa para abordar una devastadora, en ocasiones algo ingenua pero interesante crónica del desengaño con el comunismo, en sus distintas formas, ora la estalinista, bien la trostkista o la vía cubana al socialismo. Distintas caretas de la religión laica que más asesinatos y devastación ha causado en el siglo XX y en parte del XXI.

Hay dos derivas de fondo en la novela, más allá del relato contado, discutible en alguna de sus aproximaciones históricas, por algunos acentos de la parte española o el benigno retrato de Trotski, por ejemplo, por lo demás resulta en momentos hipnótico por el valor histórico, concisión y dureza de los hechos narrados.  La primera. Los personajes principales de esta novela que profesaron la fe comunista y a la que dedicaron sus energías e ilusiones, más allá de todo cálculo humano y moral, van progresivamente haciendo cuentas con sus conciencias y todos, sin excepción, acaban participando e instalándose en la decepción, el arrepentimiento y la consiguiente e inevitable melancolía cuando no en un corrosivo cinismo.  Resulta una implacable descripción de las consecuencias de consagrar la vida a la utopía comunista, pero vale para cualquier ideología, si entendemos como tal, cualquier sistema cerrado de pensamiento que trata de explicarlo todo y no admite la crítica o la reforma.  La segunda. De un modo claro, en aquellos personajes de mayor fibra moral el proceso de decepción se acompaña de una necesidad obsesiva e insoslayable de contar la verdad de su acontecer vital. Tras haber participado en el Himalaya de mentiras organizadas por el Comunismo, surge la necesidad existencial y perentoria de contar al menos su verdad personal, la biográfica como una suerte de exorcismo personal tras habitar demasiado tiempo en las tinieblas de la mentira. Como si su capacidad de perseguir las verdades concretas a las que todo hombre aspira hubiese quedado fatalmente disminuida por participar en el fabuloso embuste, personal, histórico y social que fue el comunismo con consecuencias devastadoras no sólo para las víctimas sino también para los partícipes de este.  El autor deja atisbar que la esperanza de algunos personajes sumidos en un nebuloso proceso de redención comienza por contar con honestidad su vida, buscando la elemental verdad primera, la de su propia biografía.

Ojalá que Leonardo Padura no se pare en esta primera verdad hallada: contar con honestidad su vida a través de esta novela u otras. Es razonable entender un enorme cansancio vital y escepticismo cuando se abandona el aparente mundo de las grandes certezas con una gran decepción. Ojalá no censure su seguro deseo de seguir buscando del que este libro es una prueba cierta, pues hay una Verdad que tuvo y tiene lugar entre los hombres, que no los anula ni conduce a los callejones sin salida de cualquier utopía, que los enfrenta a su libertad, que reconcilia con la condición propia sea la que sea, en el horizonte de un amor luminoso y real, sobre todo real de una esperanza que llena la vida y hace entender al hombre.

Otoño 2018.
César Utrera-Molina Gómez     

4 de enero de 2017

"Patria" de Fernando Aramburu




“Patria”
de Fernando Aramburu

Fernando Aramburu compone una grandiosa novela que es una sinfonía afinadísima en la que cada instrumento, cada personaje, aporta un matiz, o más, a un resultado francamente redondo.

“Patria” no es sólo una gran novela, la mejor, sobre el terrorismo, sus causas y sus consecuencias; es mucho más que eso: es una grandísima novela sobre la culpa, la responsabilidad personal, la necesidad del perdón y de la redención. Sobre la necesidad de justicia, no sólo penal, sino, más importante, personal.

La novela narra unos acontecimientos y las vidas de unos personajes imaginarios, pero que han sido muy reales con otros nombres, y de las personas (no entelequias difuminadoras de culpas) que los hicieron posibles, que ampararon y estimularon a unos en su locura criminal, y trataron de doblegar a otros, mediante la eliminación, física en unos casos, social en otros. La acción transcurre fundamentalmente en un pueblo cuyo nombre no se menciona porque podría haber sido cualquiera.

En particular, resulta especialmente interesante el enfoque que el autor da a la necesidad del perdón para seguir adelante, a la falta de rencor como elemento imprescindible para alcanzar la paz y con ella la felicidad, unida a la necesidad de justicia, que es requisito y condición de la verdadera paz.

La estructura de la novela es moderna; no sigue un relato lineal. El autor prefiere proponer capítulos de duración reducida en los que a modo de flash-back se revelan las circunstancias de la vida de los personajes, se explican sus razones (o sus sinrazones) y se profundiza, sin aburrir nunca, en su psicología. Los diálogos son de frases breves y directas, aspecto que refleja la forma de hablar característica de los vascos y que el autor demuestra conocer perfectamente. Las descripciones son las justas para ambientar la obra y el autor incluye muchos personajes secundarios que representan distintas actitudes y reacciones ante un mismo hecho, y que completan el mosaico de la novela.

El ambiente en el que transcurren los acontecimiento es a menudo muy lluvioso, no sólo para reflejar el clima del escenario en el que transcurren los hechos, sino también como un elemento simbólico.

En definitiva, “Patria” es una grandísima novela, que no sólo resulta imprescindible para entender una parte de nuestra historia que muchos tienen demasiada prisa en olvidar sino también arroja luz para comprender los resortes del alma humana.


Lezo

19 de abril de 2016

Palomas y Serpientes. Un regalo de García-Máiquez

Gracias a la hospitalidad de un amigo común, conocí por fin hace unos meses, en carne mortal, a Enrique García-Máiquez, a quien llevaba tiempo admirando y leyendo como magnífico prosista en su extraordinario blog Rayos y Truenos, en su “no-blog” El Trampolink  (con su columna diaria en el Diario de Cádiz) y como enorme poeta: Casa propia (Renacimiento, Sevilla, 2004) y Con el tiempo (Renacimiento, Sevilla, 2010), mis preferidos.

En aquella cena de diciembre en la que ya conjeturábamos sobre los pronósticos electorales –qué tiempos-  salió a relucir Don Colacho y sus escolios a un tiempo implícito. Disfrutamos con los aforismos del genial colombiano y no fuimos capaz ni David ni yo de darle la musa que EGM esperaba para escribir, en la soledad de su hotel, la columna de mañana.

Días después, recibí por correo Palomas y Serpientes, su libro de aforismos, a raíz de cuya lectura comencé a admirarle también como aforista.  Carezco de otra formación para ser crítico literario que mi afición a la lectura, por lo que me limitaré a decir que el libro es extraordinario, que pasé buenísimos ratos con su lectura –que se me hizo corta- y que mi mejor recomendación está en traer aquí, como aperitivo para abrir el apetito del lector, algunos de los aforismos que señalé en el libro por su brillante sencillez o por su sencillez brillante:

La manera más rápida de irritar a alguien es sugerirle que no se irrite.
A los que nos mienten lo que no podemos perdonarles son los detalles.
Lo interesante de los que hablan mucho de sí mismos es lo que se callan.
Cuando uno se arrepiente de haber sido bueno, fue tonto, no bueno.
La imaginación: memoria más amnesia.
Yo, cuando me abandono en los brazos de la melancolía, me siento adúltero.
Acabar con principios.
Sólo podemos hablar con quien podemos estar en silencio.
El tiempo es la paciencia de Dios.
Le temo al pasado. Ataca por la espalda
A la brújula lo de la veleta le parece una frivolidad: ella no pierde nunca el norte.
Clásico es el libro al que siempre tendríamos que haber llegado antes.

Enrique García-Máiquez es un verdadero lujo para las letras españolas. No sólo escribe bien, sino que piensa mejor y encierra en párrafos prodigiosos lo que muchos querríamos decir y no sabemos hacerlo.  El pasado ataca por la espalda, pero EGM tiene un futuro brillante y yo ya presumo, ufano, de su amistad.

LFU


26 de mayo de 2015

"Coptos. Viaje al encuentro de los mártires coptos."

Autor: Fernando de Haro
Encuadernación: Tapa blanda
Editorial: ENCUENTRO
ISBN: 9788490550878

Un documental, dirigido y producido por el periodista Fernando de Haro, sobre los coptos, la comunidad cristiana más numerosa presente en Egipto, parece el detonante para escribir este libro. Walking next to the Wall, es el título del documental que ha contado con el patrocinio y la asistencia de la Fundación Ignacio de Larramendi y el Instituto de Estudios Históricos de la Universidad San Pablo CEU y que ha permitido profundizar en la situación de los cristianos perseguidos con un segundo documental, esta vez relativo a los cristianos sirios.

El libro que comentamos discurre a caballo entre el libro de viajes, el reportaje largo y una crónica introspectiva. El tono personal, sobrio y descriptivo que Fernando de Haro utiliza resulta un recurso eficaz para acercarnos a la realidad de estos cristianos insertos en un país milenario. En definitiva, se ofrece no sólo un atinado reflejo de los coptos como minoría en la compleja sociedad egipcia sino un curso acelerado de historia política y social del Egipto contemporáneo. Ampliando algo más el foco, también el libro aborda cómo la modernidad tecnológica y digital de nuestro presente influye sobre cualquier realidad que existe, moldeamiento del que no se libra ni la sociedad egipcia, ni esta minoría cristiana. Sin duda, la obra es una buena fuente para comenzar a conocer a los coptos, para ser consciente de su tenso y esforzado existir en la sociedad egipcia y reconocer y admirar los elementos de su identidad, irreductible al Islam, pero perfectamente compatible con la identidad nacional egipcia.

Quizás lo más interesante de la lectura de estas páginas es la subrepticia y natural invitación a meditar sobre la dificultad de mantener y vivir una identidad distinta y ajena –la cristiana– a la que la mayoría profesa en un cuerpo social. El ejemplo de fidelidad hasta el martirio que los coptos ofrecen supone un acicate para la vivencia de nuestro cristianismo en nuestra sociedad secularizada. ¿Estamos dispuestos a reconocernos cristianos del modo que estos hermanos lo hacen? ¿Aceptamos las consecuencias para nuestra vida que la confesión de cristianismo supone?


César Utrera-Molina Gómez

18 de mayo de 2015

"La aventura de vivir". Alfonso de Zunzunegui

Título: Alfonso de Zunzunegui. La aventura de vivir.
Autor: Iñigo Ybarra Mencos.
Editorial: de buena tinta.
Año 2013.

En un tiempo tan cambiante como el que vivimos no es fácil encontrar ejemplos rotundos e indiscutibles que iluminen los caminos de la vida.  

“La aventura de vivir” es un acercamiento ameno, cercano, quizás demasiado breve, a la vida de este español notable, monárquico convencido y católico sin fisuras: Don Alfonso de Zunzunegui Redonet. Subrayo el don, pues se me hace difícil encontrar a alguien con una hidalguía tan bien ganada, acreedora de los más altos títulos, como la de Don Alfonso.

El centenar largo de páginas que tiene el volumen nos acerca a un tiempo y a un lugar, la España que hubo que reconstruir y en la que todo estaba por hacer y levanta acta, sobre todo, de la peripecia vital un hombre. Un hombre en cuyas venas latía el mejor espíritu emprendedor de la tierra vasca de sus ancestros, que impulsado por una mente lúcida y un corazón arrojado y generoso, supo desde muy joven aceptar el riesgo de dirigir, crear y gestionar con éxito empresas, liderar con responsabilidad hombres y formar una familia superlativa, de la que quien esto escribe se precia en conocer y admirar.

Sirvan estas modestas palabras de homenaje a un representante aventajado de la generación de los que fueron niños en nuestra guerra civil, que sin duda, fue un ejemplo indiscutible de empresario, módelico Pater Familias y un monárquico leal y comprometido al servicio de España cuando serlo y demostrarlo no daba ventajas. Todo lo anterior, parte de una clave esencial que completa el retrato del biografiado: su fe cristiana, probada en la adversidad y vivida en cada escenario de su vida explica la solidez de su trayectoria, la seriedad de sus compromisos sociales y políticos y, sobre todo, la alegría inconfundible que regalaba a quien tuvo la fortuna de tratarlo o conocerlo.


César Utrera-Molina Gómez.
Mayo 2015.

2 de enero de 2015

La Cruz y el Puñal

Título: The Cross and the Switchblade.
Autor: Reverendo David Wilkerson.

Se trata de unos de los libros fundacionales del movimiento carismático cristiano en Estados Unidos y por extensión en el resto del mundo. La Renovación Carismática, potente motor en la actualidad dentro de la Iglesia Católica reconoce, sin embargo, como uno de lospioneros de la experiencia carismática al reverendoprotestante Wilkerson y sus seguidores que a finales de los 50 surgen en las barriadas más castigadas por la droga, la violencia y la exclusión en Nueva York.

Es una narración autobiográfica centrada en el nacimiento de la experiencia de redención personal y espiritual de los jóvenes miembros de las bandas delictivas que surgen en la periferia del sueño americano, precisamente en el lindero más cercano del American Dreamen el Bronx y en ciertas zonas de Brooklyn, en las zonas suburbiales de Nueva York, dónde las condiciones de vida de los inmigrantes venidos de Puerto Rico, República Dominicana y las comunidades negras más humildes convivían en unas circunstancias de enorme precariedad, en vecindad dolorosa y contradictoria con la gran opulencia de la ya entonces, capital del mundo a fines de la década de los 50.

También es un relato de conversión y seguimiento interior a la llamada del Señor. Ése y no otro es el leit motiv del relato. Escrito con sencillez es difícil no sintonizar y emocionarse con la obediencia valiente y humilde a la llamada que el reverendo recibe y la tenacidad llena de fe con la que prosigue su obra en la confianza que la Providencia es la que guía sus pasos. Asimismo resulta no poco chocante y sorprendente, para la mirada racionalista y analítica del europeo actual (creyente o no),la invocación al Espíritu Santo y su manera de manifestarse que el reverendo y sus seguidores plantean como elemento medular de su predicación y experiencia religiosa.

Quien quiera conocer esta realidad emergente en el Cristianismo actual, que tiene una fuerza notable, aparentemente destinada a seguir creciendo y a jugar un papel importante en la unidad de los cristianos de todas las confesiones, éste es un buen libro para comenzar a conocer a la Renovación Carismática, cálida e inconfundiblemente cristiana. 

César Utrera-Molina Gómez

3 de febrero de 2014

La Soledad de Alcuneza

Título: La soledad de Alcuneza.
Autor: Salvador García de Pruneda.
Editorial: Renacimiento. Colección Espuela de Plata.
Año: 2013 (Reedición).

Una novela apenas conocida sobre la Guerra Civil pisa fuerte, en su quinta reedición, reclamando su sitio entre los mejores títulos escritos sobre ella. La reedición nos regala quinientas y pico páginas de enorme e indiscutible talento y belleza. Estamos ante un libro mayor, que nada tiene que envidiar a clásicos como las memorias bélicas de Jünger o la Caballería Roja de Babel y entronca con una larga tradición en la cultura hispánica, la del hombre de letras en guerra, que encabezan Garcilaso y Cervantes.

El tono autobiográfico de la narración parece templado por el tiempo. El autor dejó pasar 18 años desde la Guerra hasta su redacción. Los materiales del libro transitaron de unas memorias de guerra a una novela, ganando como el buen vino con los años de cuidado y silencioso reposo. Prescinde con acierto de plasmar al detalle los lugares de operaciones, para centrarse en el paisaje que le circunda, los colores, los ruidos y aromas del campo, para que nos dejemos llevar por la sensual evocación que genera. Sabemos que está en Aragón, que pasa a Castilla que vuelve al Ebro catalán, pero de una forma confusa y premeditada, como la propia guerra que nos narra. Con acierto, García de Pruneda expurga lo irrelevante para dar énfasis a lo esencial: a aquellas operaciones que sintetizan tres años de guerra; a los personajes que aportan definición y tono a cada situación narrada; a las reflexiones que destilan la esencia de su experiencia militar.

García de Pruneda compone en el acontecer de la narración un vibrante y esmerado homenaje a la milicia, y en especial a la caballería. A ese estoico y peculiar modo de entender la existencia que procede de la vida militar. Los versos de Calderón, “Este ejército que ves/vago al yelo y al calor/la república mejor y más política es/ del mundo (…)” parecen ser el hálito que estructura el relato, que explica a los personajes, que descubre las motivaciones o el desnortamiento de muchos en el acontecer duro y exigente de la guerra. El protagonista, un hombre con estudios clásicos, se incorpora como oficial a una unidad de zapadores en un regimiento de caballería. La disciplina, la esforzada observancia de las ordenanzas, el trato con la humanidad diversa de la tropa, el poderoso vínculo entre animal y jinete, la acrisolada profesionalidad de los veteranos de carrera van ganando poco a poco, el ánimo y el corazón del civil que se torna, emulando el ejemplo y el sacrificio de sus superiores en un auténtico soldado. No se encuentra aquí una superficial glorificación de la violencia o una adolescente idealización de la vida de acción, sino que hay una sutil y progresiva comprensión y reconocimiento de que las virtudes del mundo castrense no sólo humanizan al torbellino atroz y caótico del conflicto armado sino también generan hombres ejemplares. La milicia como civilización de la guerra, como antídoto al caos que asedia siempre a la violencia desatada. Así lo atestiguan los preciosos ejemplos del cuidado de la tropa por oficiales al mando, la forja de amistades que no caducan, el común desprecio de todo auténtico soldado al oportunismo y al ventajismo, el natural respeto al adversario al que se le combate sin odio o cómo ante la proximidad de la muerte, sólo procede el silencio o las palabras verdaderas ante Dios o los camaradas de armas. 

Otra virtud no pequeña del texto, un medido tono nostálgico y elegíaco, a veces, se abre paso: no sólo en los fragmentos descriptivos del paisaje; sino en las marchas de aproximación; en los escuetos diálogos que el servicio provoca o en los momentos de ocioso esparcimiento. Así percibimos -con una tristeza compartida con los protagonistas de la obra- que la caballería, por su aristocrática idiosincrasia, por la fusión del jinete y bestia, de caballero y soldado, resulta un anacronismo vivo en las guerras del siglo XX, que nuestro conflicto ya prefigura. La simbiosis de jinete y animal se corresponde con un mundo que desaparece a toda velocidad, la dolorosa belleza de la carga a caballo resulta un sinsentido atroz y brutal ante la ventaja de las máquinas automáticas, de los blindados que acabarán por proliferar.

Tampoco falta como en toda historia verdadera de guerra: aventuras, humor y amor. La mirada del autor, consciente de la dolorosa circunstancia que supuso nuestra guerra, acoge con generosidad e ingenio, lo anecdótico, lo inusual, los caracteres que dan color y gracia al discurrir de la azarosa vida del hombre en armas. No se sobrevive en guerra, sin abordar la realidad inmediata con la distancia inteligente y lenitiva que da el humor. Capítulo aparte merecen el relato vibrante, humanísimo y dolorido de las aventuras galantes, lejos de una exhibición vanidosa están teñidas de la punzante urgencia del superviviente, de la tristeza de las promesas incumplidas. 

No quería terminar sin hacer una pequeña advertencia. No se trata de una novela neutral políticamente, no lo es en absoluto sin ser una novela politizada. Hay críticas que le asignan esta asepsia, como si les ofendiera que este libro, raro y valioso, se escribiera en el bando vencedor. No la han leído bien o faltan a la verdad, me atrevo a decir. En esto como en lo demás, el autor sintetiza con altura, la del diplomático que fue, uno de los significados de nuestra guerra, en España se jugó otra vez –como en la Reconquista, como en Lepanto- la partida de Occidente contra sus adversarios. Occidente ganó y se aplazó, un poco, su ocaso.

César Utrera-Molina.




20 de diciembre de 2013

«La Era Argentina» de Aquilino Duque

Título: La era argentina.
Autor: Aquilino Duque.
Editorial: Encuentro.
Año: 2013.

En el panorama actual encontrar una voz que disienta del discurso impuesto por el poder es raro, más aun si es una línea de disentimiento razonada y rigurosa, pues resulta una nota de esperanza. Si son pocos los que piensan, aun menos son los que lo hacen bien.

Este libro recoge artículos del autor que acumulan diversos méritos no sólo por estar bien escritos sino por evitar y denunciar la componenda de lo "políticamente correcto", por ser descarnadamente incisivos en el análisis y en algunos casos por anticiparse al momento actual cuando no era tan fácil predecirlo. La temática de los artículos es variada. Política internacional, actualidad política y social nacional, reflexiones filosóficas, literarias o geopolíticas tienen encaje y abren perspectivas a veces incómodas, pero en todo caso lúcidas de las últimas décadas nuestro mundo. Una de las singularidades de esta colección de ensayos radica en su enfoque poco habitual: conservador y reaccionario, tributario del espíritu de Burke y de la brillantez, combativa y afilada, del maestro colombiano Gómez Dávila, consiguiendo con brillantez que no haya oposición entre ambas actitudes sino más bien complemento. Esta perspectiva trata de salvar lo aceptable del presente pues la realidad inmediata siempre tiene valor, y que, precisamente por ello, para salvarla y abrazarla reacciona frente a sus ídolos de barro, valorando el legado del mejor pasado que la hace posible. Esta propuesta es una eficaz vacuna frente a las estafas de las abstracciones y los trampantojos de las utopías que pese al dolor y destrucción que causaron en el siglo XX y en los albores del nuevo, algunos siguen sin reconocer su rostro inhumano.

Aquilino Duque, desde el magisterio de sus 81 años, es en el universo hispánico de las letras –uno de los pocos que lo promueven de verdad–, un espíritu libre, independiente, de talante liberal, nada adulador de modas o tendencias en boga –la liberal, entre ellas–y, por ello, destinado al aislamiento, propio de quien no entra en el circuito de dádivas que para los intelectuales reserva el “establishment”. Prueba fehaciente de ello fue la presentación del libro en Madrid: en condiciones de cuasi clandestinidad; sin casi publicidad; con la significativa ausencia del editor en una noche fría de noviembre. A cambio, los que asistimos, pudimos admirar la brillantísima y discutible presentación del Profesor Ayuso y la no menos luminosa réplica de Aquilino Duque  Este es el precio y el premio por ser un pensador tan lúcido como libre, por pertenecer a la “inmensa minoría”.

César Utrera-Molina Gómez

Diciembre 2013.

30 de julio de 2013

"El despertar de la señorita Prim"

Título: El Despertar de la señorita Prim.
Autora: Natalia Sanmartín Fenollera.
Editorial: Planeta.
Año:2013.



Resulta difícil calificar en justicia esta novela, pero dado los buenos ratos de lectura que me ha brindado, sería ingrato por mi parte no proclamar que parece haber sido escrita en un permanente e insólito estado de gracia.

El hilo conductor -una aparente amable historia de amor y costumbres- alberga, premeditadamente, ovillos que conducen a cuestiones de mucha altura, certeramente enredados en un argumento claro y bien escrito, desarrollado no sólo con inteligencia, más aún, con un muy acabado encanto femenino. 

La autora dosifica con gracia e ingenio la trama: sencilla, lineal, razonablemente previsible pero no por ello sin interés.  El acontecer de la protagonista en el peculiar pueblo, plantea hábilmente, sin pedantería y con una dosificada pertinencia cuestiones claves de la vida moderna y de toda época: la educación de los hijos, la libertad educativa, el trabajo de las mujeres, las relaciones entre hombres y mujeres, el matrimonio, en fin, aborda con naturalidad las bases de la organización de toda comunidad. 

Y todo ello, sin que la trama argumental se resienta, sin que las erudiciones literarias, litúrgicas, gastronómicas, teológicas y de toda índole que pueblan el texto resulten inapropiadas o pesadamente discursivas, sino por el contrario, acaban resultando perfectamente naturales y adecuadas a la realidad que la novela plasma.

Lo ignoramos todo de la autora, salvo que su talento es innegable y que ha tenido el acierto de plantear con belleza, clara razonabilidad y encanto innegable una cosmovisión alternativa, la tradicional católica, al discurso que Occidente lleva insuflando desde la Revolución Francesa y que, definitivamente, parece que ha perdido parte de su capacidad de seducción, pese haberse impuesto al no existir, de momento, alternativas viables.

La cuestión que no resulta fácil de dilucidar es si la novela plantea una utopía arcaizante y atractiva como un refugio o huida de la modernidad (concepto en sí antitradicional y opuesto a un entendimiento católico del mundo) o por el contrario es una acertadísima y audaz llamada de atención del malestar que sienten muchas mujeres y hombres del presente, que no se resignan a aceptar las servidumbres de nuestra sociedad opulenta, desigual e infeliz. No sería exagerado decir que el texto admite más sugerencias e interpretaciones a las aquí expuestas y que seguro que pueden ser tanto o más pertinentes.

Juzguen ustedes mismos y disfruten de esta obra femenina y singular, que está llamada a ser un clásico de nuestro tiempo.

César Utrera-Molina Gómez


Julio 2013.

26 de septiembre de 2012

Quo vadis?

Autor/es   Sienkiewicz, Henryk
Editorial:    Anaya, Madrid, Octubre - 2000.
Edición:     1ª ed., 3ª imp.
Dimensiones: 190 mm. X 130 mm.
Nº de páginas: 224
ISBN(10): 84-207-3383-0

Más allá de una muy buena novela histórica, de ser el título estandarte del premio nobel polaco, Henryk Sinkiewicz, este libro es un brillante relato de cómo se conquista un corazón.

¿Y cómo se gana un corazón? Sin duda, por la belleza, por el don concentrado en la juventud de una mujer (Ligia) que trastoca, muda y horada la coraza de soberbia y altivez del poderoso –Vinicio, patricio romano– hasta hacerle sentirse vulnerable y débil y ,por ello, por primera vez en su vida verdaderamente humano; también hay otra vía, la del ejemplo, la de una conducta que derriba prejuicios, agrieta defensas hercúleas y torres de marfil por la irresistible inercia aparentemente inofensiva e ineficaz pero cálida e irresistible del amor, la entrega y el sacrificio que todo corazón, vulnerable o no, termina por reconocer y que un nazareno insertó en un mundo que estaba sediento de ésta, su buena noticia.

Quo Vadis? Sigue siendo una actualísima pregunta para España, para Europa y Occidente, la cuestión es si la respuesta ofrecida en el marco de la Roma de Nerón, esto es, la novedad cristiana, sigue siendo válida. En el estado de disolución y decadencia actual, esta novela es un buen espejo para los que somos cristianos. ¿Somos los cristianos 2000 años después una novedad? ¿Acaso nuestro ejemplo puede cambiar corazones? Cuestionarlo es un modo de comenzar a responder esa pregunta.

César Utrera-Molina

P.S. Dedicado a mi sobrino Ignacio, que parece haber encontrado a su Ligia, en la esperanza de que ambos se merezcan y ganen que el camino que comienzan no tenga fin, con la convicción de que la belleza de ese camino es el trasunto de algo más grande.

5 de julio de 2012

Juicio a Franco. De J.J. Esparza


Título: Juicio a Franco
Autor: José Javier Esparza.
Editorial: Libros Libres
Año: 2011

Los últimos 8 años del socialismo español capitaneados por la figura de Rodríguez Zapatero han estado preñados de polémicas iniciativas, hijas en su mayoría de diversas y, probablemente, de las peores influencias ideológicas que anidan en la izquierda española. Sin duda, la denominada “Memoria Histórica”, ha sido una de las herramientas más significadas de la lucha política del extinto ya, último periodo socialista, que desembocó -¿casualmente?- en la crisis política y económica más aguda de la democracia española.

Lo curioso de esta desdichada iniciativa política es que ha brindado una oportunidad extraordinaria a través del libro de Esparza para entender no sólo este fenómeno en sí, sino también determinadas claves esenciales y ocultas pero tremendamente vivas del escenario político español. El breve, pero muy fecundo, ensayo de Esparza aporta una serena y rigurosa reflexión, no exenta de amenidad, imprescindible para explicar la realidad española de los últimos 70 años.

El Juicio a Franco de Esparza se vale de diversas y muy variadas aportaciones intelectuales: desde la teoría freudiana de la muerte del padre a la teología política de Carl Schmitt; desde las categorías filosófico-políticas jüngerianas a las contribuciones intelectuales de Gonzalo Fernández de la Mora y con ellas proporciona una razonada explicación a la insólita vigencia del debate político sobre Franco a casi 40 años de su desaparición, a su incómoda y compleja pervivencia en sus detractores y herederos; y no sólo eso, sino que aporta una muy cumplida e inédita explicación al decurso y sentido no sólo de la Era de Franco sino también del propio personaje.

Se trata de una obra rara por lo original y sintética pese abordar una realidad compleja, pero en todo caso resultará indispensable para todo aquél que sin complejos ni filtros ideológicos previos quiera enfrentarse a nuestra historia y por ello a las claves que explican el presente de nuestra amada y doliente España.

César Utrera-Molina Gómez

10 de mayo de 2012

Las Memorias de Joselito




Anoche terminé de leer un libro ciertamente recomendable, tanto para amantes como para detractores e indiferentes del mundo del toro. Se trata de un libro en el que el torero José Miguel Arroyo, Joselito, narra con especial crudeza y abierta sinceridad una trayectoria vital en la que se aprecian ciertos paralelismos con la vida del gran Juan Belmonte, espléndidamente narrada en su día por Manuel Chaves Nogales.

Confieso que la noche que comencé a leerlo tuve problemas para conciliar el sueño y es que la crudeza descarnada con la que el autor describe su terrible infancia parece sacada de la más inquietante de las pesadillas. Abandonado por su madre y separado de sus dos hermanos, su infancia transcurrió, junto a su padre en una buhardilla de diez metros cuadrados de la calle Cartagena compartida con papelinas, farlopa y hachis que constituían, junto con el juego y la bebida, la principal ocupación de su padre cuyo complejo retrato psicológico resulta paradójicamente benigno a la postre en comparación con el de su madre biológica, que no resiste el menor análisis desde el punto de vista de la moral humana.  

La historia de Joselito es de quitarse el sombrero. Como recalca en reiteradas ocasiones, el mundo del toro fue el que impidió que acabara en la cárcel o muerto por sobredosis como la mayor parte de sus compinches de la Guindalera. Es la historia de una admirable superación personal que le llevó a las cimas más altas del toreo, a base de esfuerzo, ilusión y seriedad, resultando especialmente emotiva la narración de sus grandes triunfos en Madrid.....y en Sevilla, donde hasta entonces le llamaban despectivamente, "Pepito". 

El libro muestra las grandezas y también las miserias de tan apasionante mundo, constituye una espléndida reivindicación de la fiesta nacional. Pero, más allá de esto, impresiona cómo un hombre que careció de infancia –o quisiera olvidarla- a causa de una familia desestructurada, sin un espejo donde mirarse, de espaldas a Dios, va descubriendo poco a poco, a través de sus padres adoptivos, su mujer y sus hijas el valor de la familia, de la vida, del amor y a la postre, de Dios, al que recibió por fin cuando hacía tiempo que había tocado la gloria en la tierra y que sin duda evitó que su historia acabase como la de Belmonte.

Imprescindible.

LFU

24 de enero de 2012

Legionario en España, de Peter Kemp


Titulo original: Mine were of trouble
(traducido como "Legionario en España".
Autor: Peter Kemp.
Año 1ª edición: 1957

Peter Kemp, inglés y estudiante universitario de la universidad de Cambridge durante los años 30 del siglo pasado, decide alistarse en el ejercito nacional en nuestra guerra civil en el convencimiento de que en España se estaba dirimiendo algo más que un incivil y sangriento enfrentamiento interno. De nuevo España, volvía a ser frontera para las amenazas de Europa. Una civilización y un modo de vida, el occidental y cristiano, volvían a ponerse en peligro en España, llevaron a este joven recién licenciado inglés a cruzar el estrecho, atravesar Francia y presentarse voluntario en los primeros tercios formados del Requeté al inicio de la contienda y terminar como teniente en la Legión. Todo esto sin saber una palabra de español.


Documento extraordinario sobre nuestra guerra civil, fecundo homenaje a la Legión Española, es también una suerte de retrato de algo intemporal. De la mejor juventud, la más idealista y valiente, la que deja los libros o las expectativas de una vida confortable y se va a combatir lejos por algo hermoso pero ajeno: en este caso, por la mejor España.

Mi mayor admiración y respeto por este Peter Kemp que enlazó sin solución de continuidad, dos guerras formidables y al que la Providencia salvó la vida, que generosamente derrochó en combate, para poder contarnos sus avatares. Sirva esta recensión como homenaje y agradecimiento a este ilustre hijo de la nación inglesa.



César Utrera-Molina

7 de abril de 2011

«Añoranza de Guerra»



Título: Añoranza de guerra Autor: Blanco Corredoira
Web: www.blancocorredoira.com
Editorial: La Esfera de los Libros, 2011
Páginas: 398 páginas
Precio 24 euros

Resulta difícil encontrar una novela histórica con un tono equilibrado entre la ficción y la histórico. Historia y novela parece que dan lugar a hijos bastardos, ayunos de las virtudes que cada uno de los géneros posee. Sin embargo, Añoranza de guerra es una muy buena novela histórica. Con equilibrio, sin alharacas combina: sencillez, tono directo, ritmos narrativos de recuerdos, acción y reflexión acompasados al hilo argumental, verosimilitud y rigor.



Aborda Añoranza de Guerra un episodio militar excepcional de la historia española. La intervención de los voluntarios españoles junto al ejército alemán en el frente ruso durante la II Guerra Mundial. Su autor, José María Blanco Corredoira, profundo conocedor de este controvertido episodio de nuestra historia, evita tanto la exhibición pedante de conocimientos como la glorificación vana de la guerra. El autor con una sencilla brillantez construye una historia personal, creíble y de hondura de un divisionario, combatiente, preso en la URRS, vuelto a la patria que hace cuentas de su vida, de sus recuerdos, combates y amores en la España que fue y la que es.

Confieso que inicialmente pensé mientras la leía, que la novela acusaba en exceso un testimonio biográfico que de soporte a la historia. No es así, con rara habilidad el autor consigue crear esa atmósfera de crónica autobiográfica que permite dar pábulo a la novela, al mismo tiempo que construye un fresco generacional, social y político lleno de interés, exento de rencor retrospectivo, alejado por su elegancia de las novelas que están surgiendo al calor de la iniciativa social-comunista de la “Memoria histórica”. Encontramos en el relato la altura de miras de quien admira el valor, sacrificio y el idealismo de los mejores españoles que allí fueron y también la sabiduría prudente de quien intuye de la amargura, dolor y sombras que todo hecho de armas implica.

Novela muy recomendable para quien no conozca el episodio de la llamada “División Azul”, pero también para todo aquél que quiera indagar en esta buena introspección novelesca de la figura eternamente repetida del soldado retornado a la vida civil en un país muy distinto de aquél que abandonó por aventura e idealismo.

César Utrera-Molina

8 de marzo de 2011

Historia de las formas de Estado


Historia de las formas de Estado
Dalmacio Negro Pavón
Precio: 23,50€
Páginas: 424
ISBN: 978-84-93-77891-0
Fecha: Abril de 2010

Si existe una realidad política que suponga a la vez una realidad extendida en todo Occidente y, por contagio febril, en todo el mundo; y también un problema crítico y esencial de la vida política y social actual, éste es el Estado.

Dalmacio Negro aborda el primer tratamiento integral de esta realidad política, partiendo de la descripción de sus orígenes históricos y sus presupuestos filosóficos, seguido de un cuidadoso análisis de su evolución concreta en la historia, haciendo para ello un exhaustivo inventario de sus distintas manifestaciones, hasta su rostro actual: el Estado Minotauro.

Éste es un libro de hallazgos continuos, pues explica y muestra con una visión integradora el porqué profundo del estado actual del mundo occidental. Especial mención merece su síntesis de la Monarquía Hispánica y de su proceso de estatalización, así como la tratamiento de la relación entre Estado e Iglesia. En definitiva, el Profesor Dalmacio Negro plantea como el Estado, de ser una forma política más ha pasado a ser «la categoría occidental», el marco de toda actuación política anulando no sólo la riqueza de la tradición política que le precedía sino también las energías, iniciativa y creatividad de una sociedad asfixiada, que a cambio de seguridad se ha dejado debilitar de forma inversamente proporcional al fortalecimiento progresivo y siempre creciente del Estado.

Lejos de ser un mero ejercicio académico, este libro aporta las claves necesarias para toda tarea política, de cualquier tendencia, que tenga a la libertad política como un prius, única receta verdaderamente alternativa al forzado ocaso, ya anunciado por el autor, de este modo asfixiante de hacer política que nos ha tocado a los hombres del mundo Occidental.

Dalmacio Negro es un representante de lo mejor de la Universidad española pues su erudición muestra la existencia de una sabiduría que parecía reservada a tiempos pasados. Sin duda es un pensador original y profundamente independiente y por ello, rara avis, libre.
César Utrera-Molina Gómez

14 de febrero de 2011

Esperar lo inesperado


"Heráclito, que era un tipo muy simpático, extraño como pocos, un filósofo de hace veinte siglos, de mote «el Oscuro», se retiró a la montaña para contemplar el «logos», cediendo a su primo sus títulos de nobleza. El filósofo dice en una de sus frases, que a mí me gusta mucho, que «el que no espera lo inesperado, no lo encontrará». De´sgraciadamente, nosotros esperamos ´solo lo que esperamos, esperamos lo esperable.

Eso es lo que nos pasa cuando atravesamos una situación difícil y decimos: «Vamos a rezar». Pero en el fondo no estamos convencidos. ¿Por qué no esperamos lo inesperado? ¿Por qué no aumentan los milagros? Es como cuando alguien le comenta a otro: «¿Sabes?, este ha abandonado a su mujer y se ha ido de casa, vamos a rezar». Y el otro dice: «¡Bah, es imposible...!».

Hay que esperar lo inesperado, porque si no esperamos lo inesperado, no lo encontramos. Y eso pasa entre nosotros, que a veces pactamos con la mediocridad o pensamos que las cosas no puyeden cambiar, porque eso parece totalmente inesperado. Pues eso es lo que hay que esperar: lo inesperado.

Y eso pasa también en nuestra vida interior, porque el que no espera lo inesperado, no lo encuentra."


«Hasta la cumbre»
Pablo Dominguez Prieto (Testamento espiritual)
Ed. San Pablo, 2009

(Transcripción de los Ejercicios espirituales que dirigió el Sacerdote Pablo Dominguez a las monjas cistercienses de Tulebras, Navarra el día antes de morir en el descenso del Moncayo.)

Pensé en hacer una crítica del libro -es una delicia que se lee en dos horas- pero qué mejor que dejaros un aperitivo como éste pasaje, tan actual, tan palpable, tan prodigiosamente humano, en el que uno ve reflejado el tamaño de una fe que ya nos gustaría que fuera del tamaño de un grano de mostaza.

LFU

23 de septiembre de 2010

Memorias de guerra: Divisionario versus Brigadista.



Memorias de un soldado de la División Azul de Jose María Blanch Sabench (año 2010)
La Guerra es Bella de James Neugass (año 2010).


«…Puestos a ver similitudes entre los testimonios que comento, en ambas memorias encontramos un testimonio de heroísmo que no es posible pasar por alto. Una juventud de ambos signos entregó sus años decisivos en la experiencia total que es la guerra y con una exhibición de generosidad, que está por encima de las propias causas que defienden»



Según pasan los años soy más partidario del género memorialista. Especialmente de las memorias de guerra, preferiblemente de soldados más o menos anónimos. No me valen las de generales o estadistas que están llenas de compromisos, cautelas u omisiones interesadas. Asumo con cierto optimismo dos factores inherentes al subgénero que garantizan el interés de todo lector. El primero, la fuerza de un buen argumento está servido, de oficio, por las circunstancias que rodean a toda guerra; como segundo factor, el itinerario del superviviente, sólo por el hecho de sobrevivir, aventura que hay algo extraordinario en su acontecer personal durante la contienda. Lo cierto es que estas dos condiciones no bastan por sí solas para dar empaque a unas memorias, porque toda buena historia necesita ser bien contada, sino, no luce lo que vale y no hay quien la lea, estudiosos aparte.

En el último mes, he podido leer dos libros apreciables de éste género, con algunas semejanzas notables y diferencias no menores. Memorias de un soldado de la División Azul de Jose María Blanch Sabench (año 2010) y La Guerra es Bella de James Neugass (año 2010).

Jose María Blanch Sabench, gerundense de 85 años, con 18 años se alistó voluntario en la División de voluntarios españoles que lucharon con el ejército alemán en el frente ruso en la II Guerra Mundial, conocida como División Azul. Recibió instrucción de artillero y desempeñó funciones como tal, combatiendo en varios frentes. Superviviente de una de las acciones más encarnizadas del frente ruso, la batalla de Krany Bor. Dada su capacidad para los idiomas ejerció también como traductor el alemán y ruso, recibiendo, por ello, formación especializada del ejército alemán.

James Neugass (1905-1948), procedente de una acomodada familia de Nueva Orleans recibió formación universitaria y con 32 se años y se alistó voluntario para ir al cuerpo auxiliar médico de los voluntarios comunistas llamados por Stalin de todo el mundo que lucharon junto al ejercito republicano, las llamadas Brigadas Internacionales. Durante los escasos 5 meses que estuvo en España fue conductor de ambulancias. Estuvo en el frente de Aragón hasta la retirada en 1938 del ejército rojo tras perder Teruel.

Las memorias del Divisionario, escritas recientemente, tienen un tono sencillo. Con objetividad relata los sucesos habituales que tan bien dibujan la rutina del soldado: las marchas de aproximación, los traslados de frente, el contacto con las unidades alemanas circundantes, la ocasional toma de contacto con el enemigo. Tampoco, le falta pulso literario para contar aquello extraordinario y singular. Escueto pero muy emocionante es el relato de la batalla de Krasny Bor en la que hizo gala de un heroísmo sobrio y en el que la Providencia le echó un capote formidable. Resulta curioso, como apenas hay juicios de valor y sí una transcripción fiel de todo aquello que a la impresionable edad de 18 años quedó grabado para siempre en el corazón y memoria del Divisionario: la entrega de los que se alistaron voluntarios; la conexión cordial de los soldados españoles con el pueblo ruso o la extraordinaria organización del ejército alemán. No menos interés, tiene su frecuente trato con los prisioneros del Ejército Rojo. Sin duda, Jose María Blanch tuvo y tiene una mirada libre de prejuicios y un corazón generoso, eso le hizo comportarse con la caballerosidad y nobleza del mejor soldado español. Con 18 años, el idealismo y un afán aventurero le impulsaron a devolver la visita en el año 42 a los comunistas rusos que vinieron en el 36 a España. Sus memorias atestiguan que se hizo hombre siendo soldado en el frente más duro de la II Guerra Mundial.

El relato de Neugass, tiene una marcada vocación literaria y en el mismo se nos revela que la visita a España tenía entre otros objetivos, el de acumular experiencias que le sirvieran para escribir. Sin duda, Neugass tuvo talento para la descripción y una sensibilidad afinada por su origen y estudios, pero la ideología que abrazó lastra de prejuicios su mirada sobre la realidad que presenció y el valor literario del relato. Éste quedó trufado de consignas políticas del momento que el autor machaconamente introduce cuando no narra los sucesos concretos en los que está envuelto. Su visión de la España nacional es maniquea y simplista (Iglesia cómplice del capital, nobleza explotadora, militares fascistas y moros a su servicio…), sus juicios sobre los prisioneros nacionales que fueron asistidos en los hospitales de las Brigadas resultan tan esquemáticos y pueriles que resultan contradictorios con el talento del autor y sólo se explican por el potente filtro y control ideológico que acompañaba a los Brigadistas. En algún momento, sus elogios del espíritu de las Brigadas resultan tan excesivos que suenan a las obligadas declaraciones de ortodoxia del Partido tan frecuentes en esa época. No obstante, sería injusto negar que Neugass tenía una indudable sensibilidad social y humana, y su relato lo trasluce. De hecho, procediendo de un ambiente acomodado, renunció a una existencia acomodada por un anhelo legítimo de reforma social y, equivocadamente, abrazó al comunismo como solución de los problemas sociales. Resulta reveladora una frase de sus memorias, ante la constatación de la dureza de la contienda, se interroga obsesivamente por los motivos de su venida a España y se responde “que no vino por amor sino por asco” a una España, la nacional, que, sin embargo, estaba lejos de conocer. Neugass, por su origen y formación, debió ser un comunista ortodoxo pero algo tibio para la época, que sin embargo creyó en la redención mesiánica de la humanidad que prometía el comunismo sin querer vislumbrar el sendero de destrucción que sembraba a su alrededor. Aventuro que esa es la razón y no otra, la que explica que el texto haya permanecido inédito hasta ahora. Neugass no fue un comunista suficientemente comprometido, no odió sin contemplaciones a su enemigo de clase, así sus memorias permanecieron sin publicar durante tantos años, porque, probablemente, a juicio del mandarín de turno que recibió el texto en su momento, no daban el tono requerido para la propaganda comunista, esa mezcla indisoluble de odio y mentiras.

Puestos a ver similitudes entre los testimonios que comento, en ambas memorias encontramos un testimonio de heroísmo que no es posible pasar por alto. Una juventud de ambos signos entregó sus años decisivos en la experiencia total que es la guerra y con una exhibición de generosidad, que está por encima de las propias causas que defienden. Asimismo, en ambas relatos, se detecta algo natural e inevitable, la sublimación de los recuerdos. Supongo, que es inevitable que la mente humana sólo pueda custodiar lo mejor de la experiencia guerrera, pues el reverso tiene tanta oscuridad que toda mente sana, debe, naturalmente, blanquearla. Asimismo, ambos lucharon con los bandos que perdieron sus respectivas guerras algo que puede ser anecdótico, pero que no lo fue para ellos, en absoluto.

Concluyo confrontando la diferencia esencial entre ambas memorias. Me arriesgo a explicarla por la distinción entre idealismo e ideología, o dicho de otro modo, entre unos valores o ideas que se confrontan con la realidad y los esquemas ideológicos que se imponen sobre la misma y la interpretan deformándola. Esta disquisición puede parecer algo abstracta, pero aventuro que se entiende mejor si uno escruta, mínimanente, la trayectoria vital posterior de ambos. Ambos resultaron perdedores de la contienda. En sus respectivos países, fuera de un breve momento de reconocimiento inicial, sus causas se volvieron indefendibles políticamente, caso de Neugass. Condenadas al olvido, para el Divisionario. Sin embargo, la experiencia de guerra de Blanch, parece resultar claramente un revulsivo, una suerte de catalizador para salir adelante en la empobrecida y convulsa posguerra española y europea, pues su génesis responde al entusiasmo juvenil y al idealismo de una época, libre de una rígida ortodoxia ideológica que la asfixiara. Para Neugass, en cambio su compromiso político comunista en España no encontró acomodo vital en la América de la II Guerra Mundial y en la posguerra posterior, de suerte que ni a sus hijos pequeños les pudo hablar con franqueza de ello. Y no, no fue sólo por la presión anticomunista ambiental del momento como se insinúa en el prólogo (que, por otro lado, empezó prácticamente con la muerte en 1948 de Neugass, al emperzar la guerra de Corea), lo terrible es que la experiencia decisiva de Neugass no pudo amoldarse a las exigencias de la ortodoxia estalinista de la época por su fuerte dosis de subjetividad, pero tampoco a las exigencias de libertad política de su país pues su visión política sectaria despreciaba, profundamente, las bases políticas de la democracia americana, revelando así la letal esterilidad de toda experiencia vital sometida al tamiz rígido de cualquier ideología, la comunista, en este caso.

César Utrera-Molina Gómez.