No cabe duda de que la política, entendida como un noble ejercicio del servicio a los demás, hace décadas que cayó en desuso. Vivimos tiempos recios, en los que la actividad pública está tristemente desacreditada por el abandono absoluto de principios y valores y por el efecto nocivo de una oligarquía partitocrática que, lejos de premiar la excelencia, adjudica destinos y cargos en función de la componenda y el servilismo. Tal vez por ello, se manipula y borra con más ahínco la historia reciente de España para evitar comparaciones que resultan especialmente odiosas a quienes no ofrecen a los demás más que los desechos de su rencor y de su mediocridad. Pero al olvido y la mentira no podemos oponer la indiferencia o la resignación. Estamos obligados a rescatar la verdad y a airearla aunque ello implique ser desterrados a la caverna y sufrir el acoso de los miserables.
Por eso las imágenes que hoy rescato del archivo de mi padre cobran especial significado. Hace ahora 55 años, el pueblo de Ciudad Real se echó literalmente a la calle para despedir a un Gobernador de 36 años que abandonaba la capital manchega. Las imágenes no mienten. El día 2 de marzo de 1962 amaneció frío y lluvioso, pero eso no evitó que miles de manchegos llenasen la Plaza de Cervantes para dar su adiós a un joven gobernador que había entregado su juventud a aquella tierra con verdadera pasión y eficacia.
"Aquí nos tienes a todos los trabajadores desde el más potente empresario hasta el más modesto productor, para decirte con emoción y sencillez adiós. Un adiós profundo y sentido que nos entristece cuando con tus actos y servicios tan hondo has calado en el corazón de la Mancha; de esta Mancha que escuchó de los labios de este caballero andaluz, las frases más bellas y los cantos más sonoros (...)como un nuevo Don Quijote, Utrera Molina paseó nuestros pueblos, recogió sus inquietudes y por todos y cada uno de ellos, esparció con sus cálidas palabras y consejos, esperanzas y alientos que cuajaron en nuevas escuelas, viviendas, teléfonos, abastecimientos de aguas, electrificaciones, et..,. fruto todo ello de sus constantes desvelos."
Para terminar, voy a dar ese grito que tantas veces he oído de personas vistiendo ropa de pana y abarcas, cuando te hemos acompañado en tu caminar por las rutas polvorientas de nuestra tierra: ¿Viva nuestro Gobernador Civil!"
Y también, de su discurso de despedida:
"Os puedo decir que he amado esta tierra con delirio. Mis hijos han crecido aquí. Y he estado abierto a todos porque nuestra causa es una causa abierta a todos los españoles, y por ellos, sin discriminaciones sobre el color de cada cual, el despacho de un hombre de la Falange ha estado abierto a todos los que a el acudieron.
Lo importante no es vivir, sino llegar al alma de los demás. M
e llevo el recuerdo de las piedras viejas de Calatrava, del azul intenso de las Lagunas de Ruidera, de los pueblos pequeños, de las iglesias, de los escudos de las casas...todo lo llevo dentro de mi corazón en visión perpetua e irrevocable.
He conocido de vuestra lealtad castellana y manchega y sobre todo he aprendido mucho de vuestra humildad y sencillez, humildad que es precisa para que los hombres se entiendan.
Siento que mis hijos no tengan más edad para poder decirles: "Hijo levanta tus ojos y besa esta tierra que tiene un fondo milagroso de esperanza y eternidad."
40 años después de aquella despedida, un grupo de manchegos se trasladó a Madrid para entregarle la medalla de oro de la Ciudad que nunca se le había llegado a entregar. Mi padre sintió hasta el final un especial amor por aquella tierra manchega en la que lo dio todo siendo el gobernador más joven de España.
Mi gratitud y homenaje a los muchos ciudadrealeños que aún le recuerdan con cariño.
Luis Felipe Utrera-Molina
El Nuevo Estado y con el nuestro camarada José Utrera Molina, ejemplo de militante del Movimiento Nacional, con justicia social acabaron con el egoísmo de productores propietarios y el rencor de productores asalariados. Al volver nuestra Patria al antiguo régimen liberal de partidos políticos se ha vuelto al todo vale y a los partidos por encima de los intereses sociales de los españoles.
ResponderEliminarDelegado Territorial APUN de Falange.
Estimado Sr. D. Luis Felipe Utrera-Molina:
ResponderEliminarPuede parecer extraño, pero me siento muy orgulloso de haber sentido un profundo aprecio y cariño por D. José Utrera Molina y, no como otros, sin haberlo conocido personalmente ni haber entablado conversación alguna con él. Como ya manifesté en el blog, este sentimiento nació después de la lectura de "Sin cambiar de Bandera". La narración de lo acontecido en su despedida de Ciudad Real viene a confirmarme todo lo que sobre él pensaba y sentía. Un fuerte abrazo.
Bellísimo hallazgo. Nunca había leído sobre la pasaje de su padre por el Gobierno Civil de Ciudad Real. Es conmovedor e inspirador saber que ya en aquella fase de su carrera José Utrera Molina tenía la dedicación a su trabajo por lo qual se haría justamente famoso en Sevilla.
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