Me dicen esta mañana que la Diputación de
Sevilla ha decidido con el voto a favor de los partidos de izquierda y la
abstención cobarde del Partido popular, retirarte los honores que esa misma
institución te concedió allá por el año 1979, por los servicios prestados a esa
tierra que está en lo más profundo de tu corazón.
Dicen que te retiran los honores como si pudieran hacerlo, como si en
esa institución quedase una brizna de honra que poder administrar. No hay honra
alguna en el odio de quienes pretenden insultarte sin conocerte. Y menos aún en
la cobarde y vergonzosa abstención del Partido popular. Porque esa abstención
no es sino un lavado de manos propio de aquél gobernador de Judea, cuyas
iniciales coinciden con las del partido que fundó Manuel Fraga.
Se contaron por miles las viviendas nuevas que entregaste a los más
humildes. Creaste barriadas nuevas, pasaste noches a la intemperie junto a
familias sin techo tras las inundaciones del Tamarguillo hasta conseguirles un
alojamiento digno, peleaste para recuperar empresas hundidas y conservar los
puestos de trabajo. Te entregaste en cuerpo y alma a los sevillanos, sobre todo
a los más humildes, le robaste horas a la noche, a tu salud y a tu familia para
estar disponible siempre a una Sevilla que, como sigues diciendo, es el paisaje
que mejor te sonríe.
No estés triste. Allí en Sevilla hay mucha gente que te quiere. Ya te lo
escribió De Prada hace unos pocos años cuando otra diputación, la de tu Málaga natal
decidió otro tanto de lo mismo: “Las mezquindades de los miserables no logran
sino aquilatar el honor de los hombres buenos».
Jamás el odio podrá borrar la huella de tu generosa entrega. Los que carecen de honor jamás podrán quitarte la honra. Porque tu honor y tu amor siempre han sido y será mucho más fuerte que el odio mezquino de unos y
la vergonzosa cobardía de otros.
Un beso fuerte, papá, de tu hijo sevillano, que te quiere, admira y siempre llevará con orgullo tu apellido.
Luis Felipe Utrera-Molina Gómez
5 comentarios:
Querido Luis Fernando:
El HONOR acumulado por tu padre aplasta a los enanos, ciega a los rencorosos y permanece para siempre en él, en los suyos y en todos los españoles que agradecemos su amor inquebrantable y leal a España.
Un abrazo fuerte, con mi agradecimiento eterno a tus apellidos,
Miguel Menéndez Piñar
Apreciado Luis Felipe:
Con éstas sencillas líneas, hago testimonio público de mi afecto y mi cariño hacia la persona de tu insigne padre, cuyo testimonio personal en sus Memorias "Sin Cambiar de Bandera" - obra escrita que leí por 1º vez hace ya 21 años, cuando tenía 14 - exponiendo sus lealtades, me influyó notablemente, después de mi propio padre, a descubrir a asimilar que eran exactamente las mismas que las mías.
Como dijo el Caudillo "Ellos lo tienen todo, menos la razón". Pues yo añadiría que, en este caso, también carecen de Honor.
PORQUE "El HONOR SE LLAMA FIDELIDAD".
Un fuerte abrazo para ti, y para tu Señor (con mayúsculas) Padre.
¡ Arriba España !
Juan Antonio Lamarca
Quienes no conocen ni han tenido honor no son nadie para quitarlo.
Ya quisieran ellos haber contribuido en algo para el bienestar del pueblo como lo hizo tu padre y con los pocos medios y recursos que habían. Nada,ni caso a esta gentuza,solo quieren hacer daño.
Un vecino de vuestro pueblo de Nerja.
Diego Sánchez López.
Quienes no conocen ni han tenido honor no son nadie para quitarlo.
Ya quisieran ellos haber contribuido en algo para el bienestar del pueblo como lo hizo tu padre y con los pocos medios y recursos que habían. Nada,ni caso a esta gentuza,solo quieren hacer daño.
Un vecino de vuestro pueblo de Nerja.
Diego Sánchez López.
Enhorabuena por esos sentimientos que dedicas hacia tu padre que sin duda te honran tanto a ti como hijo, como a tu padre por sus hechos. Los hijos y nietos de aquellos que obtuvieron la gracia de tu padre ya sea en forma de trabajo, pisos o lo que fuera, hoy son los que aprueban tal absurdo disparate por una parte pero tan doloroso por otra. No hay nadie más desagradecido que quien olvida o esconde su pasado.
Es muy curioso cómo a pesar de todos los insultos y vejaciones que oigo en boca de aquellos que han vivido gracias al esfuerzo de aquellos que como tu padre trabajaron por el engrandecimiento de España, no han obtenido en boca de tu padre ninguna otra reprobación más que el lamento y la incomprensión. Para mí es una lección más que nos da un hombre cabal y leal como tu padre. Ellos insultan, gritan, amenazan.... y mientras eso ocurre, tu padre les responde hablando de paz y reconciliación. Me quito una vez más el sombrero y le brindo de nuevo mi admiración y cariño.
Un fuerte abrazo
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