Enrique
Sotomayor que fue sin duda un prototipo de rigor falangista y por tanto, amante
con delirio y rigor de una España que a él no le gustaba, lanzó a los vientos
la denominación de Frente de Juventudes, que allá por los años 40 ocupó calles
y plazas con canciones que aún perduran en nuestros oídos y en nuestras almas.
Creo
sinceramente que esta organización que surge de las nobles ideas de este
falangista que he nombrado, tuvo una enorme repercusión en la vida española. El
Frente de Juventudes fue una llamada a la unidad de la juventud española, sin
distinción de ideologías ni de clases. Todos los valores hispánicos resucitaron
al compás de las canciones que poblaban el aire de España. La exaltación de la
patria como factor esencial, el sentido del honor, la verdad del sacrificio, el
ajuste anti retórico que su organización tenía, dieron a España un nuevo
mensaje de juventud decidida y vibrante. Todos los pueblos de nuestra geografía
conocieron la bravura de aquellas gentes
que componían el Frente de Juventudes. Bravura y dignidad en sus gestos, seria
profundidad en sus objetivos, sueños prometedores en sus múltiples horizontes,
poesía y amor en su entrega fervorosa a una España que todavía no nos gustaba.
Franco,
Caudillo de España fue exaltado y alzado en el aire por las canciones que
hablaban de él. Recuerdo una frase de una de las canciones: “Franco a ti te
juramos seguir hasta la victoria o morir”. Estas expresiones verbales estaban
encarnadas en la memoria y en la acción de aquella juventud inolvidable. Cuando
muchos seguían anclados en el rencor y volvían la cabeza a la historia, el
Frente de Juventudes levantó banderas de emoción, de esperanza y de fe donde
había depresión y cansancio, el Frente de Juventudes elaboró y sirvió una
doctrina que agrupaba al común de todos los españoles. Yo recuerdo haber
mandado y fundado la primera centuria de Andalucía, que llevó el título de
Cardenal Cisneros y fue la primera en inaugurar una actividad sugestiva y
alentadora como eran las llamadas “marchas volantes”. Al son de las canciones,
con la vista puesta en el futuro, levantando un ánimo fraterno frente a los que
todavía propiciaban la dejadez y el desentendimiento, el Frente de Juventudes
cubrió una etapa inolvidable y fecunda de la vida española. Hoy cuando están
tan lejos aquellos primeros tiempos vuelven a nuestra memoria y encogen nuestro
corazón aquellas canciones y aquellos gestos. El principio de la camaradería
servido con un aire de hermandad y casi de delirio fraterno, agruparon con la
camisa azul las tierras de España. Sin odio al enemigo, sin rencor al
adversario, llevando nada más en los macutos almacenados la voluntad de
servicio de una nueva gente.
Estos recuerdos
están tan vivos en mi corazón que a veces perturban la tranquilidad de mi
presente, pero lo alteran con gozo y libertad, con poesía y voluntad de
servicio. El Frente de Juventudes fue un bloque de sueños apretados y
apasionadoramente servidos. Ahora ya tan lejanos aquellos tiempos, todavía se
conservan sus guiones, sus recuerdos y sus banderas. Ahí están todavía tensos y
no arrugados los uniformes azules de los montañeros de Madrid, que aún se
reúnen rindiendo culto a la amistad antigua. No con el estímulo de la nostalgia
sino con una determinación que llega hasta la muerte de servir pensando en una
Patria unida en un afán común. ¿Cuánto debe a España aquel esfuerzo por muchos incomprendido
de lo que fue el Frente de Juventudes?
A veces pienso
que estoy viviendo una alucinación perturbadora. En otras ocasiones siento el escalofrío que me
proporcionan los recuerdos de las altas montañas, de los largos ríos, de las
playas inmensas, del calor y el frío, la cara de muchos campesinos asombrados,
el tono de aquellas canciones que nos daban la vida y nos trasladaban a tierras
ideales de comprensión y de fe. Aquellos que servimos hace ya tantísimos años
en el Frente de Juventudes, estamos ya de retirada, camino de los luceros, pero
aquella doctrina de amor y de esperanza sigue floreciendo cada día en el
corazón de sus miembros y hoy como un mensaje a nuestros nietos y a nuestros
hijos se alza de nuevo en nuestro corazón la bandera roja y negra que servimos
y el ímpetu que llenó nuestras vidas de servicio y de verdad.
JOSÉ UTRERA MOLINA
Antiguo Jefe de la Centuria Santa María, Cardenal Cisneros y Garra
Hispánica del Frente de Juventudes.
QUE TIEMPOS AQUELLOS, CON UN MACUTO A CUESTAS, RECORRIENDO ESPAÑA CON ALEGRIA Y MIL CANCIONES !!!
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