Sólo por ver la primera escena ya merece la pena haber ido. Como los buenos aficionados que después de ver una buena verónica se levantan del tendido y se van a casa porque lo demás no puede superarlo.
El musical, con sus licencias históricas, que las hay, es un canto a la verdad y al amor en la vida de un José Antonio desconocido por la España de hoy.
Me quito el sombrero ante quienes han puesto su afán, su dinero y su vida por dignificar a uno de los mejores políticos que han nacido en España. Sólo por eso ya tendrían mi apoyo. Pero además, el musical contiene sorpresas y temas de altura. Merece mucho la pena, de verdad.
LFU
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