«La Pascua es la ocasión para
los cristianos de celebrar el triunfo definitivo del amor sobre la muerte, con
ocasión de la resurrección de Jesús. Y para todos nosotros es un ocasión de
reflexionar sobre el papel del cristianismo en la vida de nuestra nación»
Con estas palabras comenzaba el primer Ministro británico David Cameron su discurso con motivo de
la festividad del Domingo de Pascua.
Confieso que, tras escuchar las palabras
del primer Ministro felicitando la Pascua y denunciando la cristianofobia, he sentido una enorme envidia. No imagino a nuestro Presidente pronunciando un
discurso para felicitar la Pascua de Resurrección, la festividad más importante del
mundo cristiano, y aún menos denunciar públicamente la trágica situación de tantos cristianos perseguidos en Oriente y
África. En cambio, le falto tiempo para desplazarse a
París y asistir a una manifestación denunciando el ataque yihadista contra el semanario satírico francés Charlie Hebdo. Desgraciadamente, han brillado por su ausencia palabras de denuncia de nuestros representantes políticos tras
el asesinato de los cristianos coptos ejecutados al poco tiempo, o los 148 cristianos masacrados hace unos días en Kenia entre otras
víctimas de la sinrazón.
Y en esta semana, después
de oír a Cameron, también echo en falta la presencia en nuestro panorama
político de estadistas que no se avergüencen de nuestro pasado y traición común y sean capaces de defender la
civilización cristiana, base de nuestra cultura y de todo futuro en paz y
prosperidad.
Feliz Pascua de
Resurrección
1 comentario:
Me ha encantado el artículo. Sólo añadir que, dado que la envidia no es buena consejera, he dejado predominar el sentimiento de vergüenza:
Vergüenza de que no haya sido el presidente del gobierno de España el que diga la verdad.
Muchas gracias.
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