"Mi sueño es el de la patria, el pan y la justicia para todos los españoles, pero especialmente para los que no pueden congraciarse con la patria, porque carecen de pan y de justicia.". JOSÉ ANTONIO

29 de enero de 2014

En la muerte de Blas Piñar. Por José Utrera Molina


Reproduczo a continuación, en su integridad, el artículo publicado hoy en ABC bajo el título 

"Prototipo de una España desconocida"

Ha muerto Blas Piñar. Estoy seguro que para muchos españoles habrá muerto también el resto de ilusiones que él mantuvo por encima de cualquier dificultad, haciendo frente a ataques injustos y a críticas demoledoras.

Ahora, caliente aún su cadáver, muy cerca de él y de los suyos, proclamo aunque mi voz sea siempre un grito solitario, que Blas Piñar no fue uno de los mejores españoles de nuestro tiempo, sino el mejor.

Reunía una serie de cualidades excepcionales: la primera, el valor, la segunda, la increíble resistencia al cambio ventajoso y acomodaticio. Su corazón latió siempre con el nombre de España. No hubo para él ningún descanso, ningún silencio y por supuesto, ninguna cobardía. Amó a España hasta la extenuación viviendo su sacrificio personal alentado siempre por la alegría de servir permanentemente a su nación y a su patria. Hubo un tiempo en que hasta el mismo ABC le prestó en muchas ocasiones su Tercera. Sí, eran otros tiempos, pero Blas había levantado una bandera que no estaba dispuesto a arriar a pesar de dificultades, ataques, agravios e insultos.

Latía en su pecho un delirante amor a su patria. Nada podía suplirlo, nadie podía adelgazarlo. La verdad entera de España la guardaba en su alma de patriota ejemplarísimo. Pienso que frente a la dignidad suprema de este personaje, pocos hay que recibieran como él en vida la vil expresión que le alejaba de la nómina de los españoles de bien. Conocí a Blas cuando yo tenía 20 años. Un primo hermano mío, Ángel Molina -que firmó mi carta de afiliación a la Falange Española de las JONS y cuyo padre fue vilmente asesinado en Albacete-, me dio sus primeros consejos que estaban ya ungidos por su firme carácter de Alférez Provisional.

Me figuro la perplejidad de algunos que dirán: “ya se fue el fascista Blas Piñar” y posiblemente, en su desvío emocional y en su odio recalcitrante, serán incapaces de ver y conocer todo lo que representó la figura de Blas Piñar en la historia de España. Blas no fue nunca fascista, se comportó siempre como un soldado enamorado y ajeno a galas innecesarias.

Yo le conocí a fondo y sabía de sus afectos y fervores hacia mí, que por supuesto, yo no merecía en absoluto. En ocasiones critiqué algunas de sus posturas radicales; ahora entiendo mejor la radicalidad de su amor y de su actitud de permanente lealtad a la esencia de España que él soñaba.
Jamás dobló su espalda ante nadie, ni ante el mismo Franco Caudillo de España, al que sirvió con lealtad crítica e incomprendida y quien le alabó ante mí en más de una ocasión. Él, que no entendía de desvíos ni de alteración de circunstancias marcadas por un interés político, representó como ninguno la fidelidad a la egregia figura del Capitán de nuestra juventud, Francisco Franco, para deshonra de tantos aduladores provisionales que pronto le habrían de mirar con desprecio desde las poltronas del poder. Nadie, absolutamente nadie ofreció jamás un testimonio tan conmovedor, tan delirante en la lealtad a Franco y al movimiento nacional. Y no conozco a ninguna persona que haya sufrido con tanta entereza los viles ataques de sus enemigos. Yo le veía siempre en mis sueños como defensor del Alcázar, al que él amó de forma infinita y estremecida.

No era orgulloso, no presumía de ninguna clase de monopolio. Estaba radicalmente solo y aguantó la soledad como un héroe clásico. Jamás le vi con la mirada enturbiada por el rencor, jamás le vi cercano a cualquier clase de odio. El amor que sentía por España invadía todo su ser y hacía imposible una beligerancia hacia nadie. Sólo España era el rosario permanente de sus oraciones y la verdad estremecida de su esperanza. A ella consagró su vida, sin ayudas, sin prestaciones, sin limosnas que él rechazaba siempre con una suprema caballerosidad. Pero aceptó la soledad como un grado de dignidad y de honor y como una obligación que él sentía como la del más erecto soldado de España.

Nadie podía decirme que iba a ser yo quien trazara esas líneas necrológicas ungidas por la pasión y el dolor de su pérdida, pero él sabrá, allá donde los luceros nos alumbran, que su fiel camarada estuvo al pie de su cadáver con postura militar y ánimo de soldado saludando a quien había sido el mejor artífice de la lealtad de vida a un Capitán hoy maltratado.

Sé que todavía la ponzoña con que se le atacó tendrá sus grados de recuerdo, pero mi voz que está ya, sino cansada, avejentada por el paso de los años, estará siempre en pié junto a su recuerdo, firme ante el ejemplo que dio en su vida, alta mi frente para mirarle a los ojos sin que pudiera bajarlos en ninguna ocasión. Blas era el prototipo de una España ya desconocida que pasó a la historia, pero que un día volverá con resplandores, con canciones y con himnos a alegrar un poco nuestro corazón entumecido.

Te prometo Blas seguir tu ejemplo. Bendito sea tu patriotismo, bendita sea tu lealtad, bendita sea la entereza de tu ánimo y bendita la firmeza de tus convicciones y la elegante manera de tratar a los que eran tus enemigos. Tu amor a España lo invadía todo e invadirá las maderas de tu féretro hoy tendido. De él se desprenderá el amor que le profesaste, tú no puedes morir del todo porque eres la encarnación de la España moribunda, pero no muerta, y desde mi dolor, desde mi tristeza, grito en el umbral de tu muerte aquel grito que nos unió en vida y que nos abraza en la muerte: 

¡¡¡ Arriba España!!!  


JOSÉ UTRERA MOLINA

6 comentarios:

José Luis Ortiz dijo...

Que las personas y los camaradas se van, es cierto, pero no es menos cierto, también, que las ideas y los valores que ellos nos han transmitido perduran. Es decir, los principios, ideas y valores son eternos, inmortales. Recordemos a D. Blas Piñar como un gran camarada y patriota que fue y el enorme ejemplo que nos supo dar.
Descanse en paz D. Blas Piñar.
¡Camarada Blas Piñar, presente!
¡Arriba España!

Ángel Molina dijo...

Estoy seguro que mi abuelo Angel ya ha podido reencontrarse con su amigo intimo de la infancia y ya ambos comparten guardia junto a ese lucero que brilla en la eternidad de los que dieron su vida por España.
Descanse en Paz Blas Piñar ¡Arriba!

Anónimo dijo...

Saludos desde OBREROS PATRIOTAS ETNOSOCIALISTAS www.obrerospatriotasetnosocialistas.com

DESCANSE EN PAZ BLAS PIÑAR.

ARRIBA ESPAÑA

Pepo Piñar dijo...

Que emoción releerlo.

No podemos agradecer tanto cariño, se lo encomendamos a Dios, que os bendiga por vuestro apoyo.

Este artículo nos ayuda a sobreponernos tras la pérdida, y nos convierte en leales admiradores de tu padre, además de en deudores de vuestro cariño y amistad.

Bendita amistad, y bendito ejemplo de tu padre.

Gracias siempre.

José M Magallon dijo...

Tuve el honor de estar presente y conocerle el día que D. Blas inauguro nuestra sede en Madrid de Mejía Lequerica en aquel tiempo el 79 yo estaba en la Brigada Paracaidista III Bandera Ortiz de Zarate desde entonces he tenido el honor de haberle visto y hablado en algunas ocasiones, como español y patriota ha sido una gran perdida y no dudo el Señor lo tendrá en su gloria. VIVA ESPAÑA ARRIBA ESPAÑA

Anónimo dijo...

Tengo 50 años,y solo vivi doce el regimen de Franco cuando ya estaba en su agonia,pero es cierto y verdad,porque tengo memoria,que no se respiraba tanta dictadura como desde hace años se nos quiere hacer creer.Eso es falso,habria casos de gente chulesca,por cierto,al morir Franco todos esos eran mas antifranquistas que nadie,que abusaba de su poder,pero hoy dia España ha sido gobernada por canallas,corruptos,mentirosos y ladrones que no le llegan a la suela de los zapatos a un caballero como Blas Piñar,y que conste que no soy afiliado a Falange ni de Fuerza Nueva,pero admiro su lealtad,su integridad,su honradez y su valentia.En este mundo tan falso y putrefacto no se premia la honradez ni se valora la sinceridad,quizas en la eternidad si se premie,pero en esta España de hoy la estafa,la inmundicia y la traicion son superpremiadas.Blas Piñar amaba sinceramente a España,como Franco amo a los españoles,ahora gobernados por la partitocracia somos la ultima mierda de Europa,los payasos de quien todo el mundo se rie,y en los años 70 en que vivi,en Europa se nos respetaba mas que ahora y teniamos el orgullo de ser españoles y haber creado una nacion hermosa con el trabajo y el sacrificio de todos y sin ayudas exteriores.Descanse en paz don Blas y brille para el la luz perpetua.