En el panorama actual
encontrar una voz que disienta del discurso impuesto por el poder es raro, más
aun si es una línea de disentimiento razonada y rigurosa, pues resulta una nota
de esperanza. Si son pocos los que piensan, aun menos son los que lo hacen
bien.
Este libro recoge artículos
del autor que acumulan diversos méritos no sólo por estar bien escritos sino
por evitar y denunciar la componenda de lo "políticamente correcto", por
ser descarnadamente incisivos en el análisis y en algunos casos por anticiparse
al momento actual cuando no era tan fácil predecirlo. La temática de los
artículos es variada. Política internacional, actualidad política y social
nacional, reflexiones filosóficas, literarias o geopolíticas tienen encaje y
abren perspectivas a veces incómodas, pero en todo caso lúcidas de las últimas
décadas nuestro mundo. Una de las singularidades de esta colección de ensayos
radica en su enfoque poco habitual: conservador
y reaccionario, tributario del espíritu de Burke y de la brillantez, combativa
y afilada, del maestro colombiano Gómez Dávila, consiguiendo con brillantez que
no haya oposición entre ambas actitudes sino más bien complemento. Esta perspectiva
trata de salvar lo aceptable del presente pues la realidad inmediata siempre
tiene valor, y que, precisamente por ello, para salvarla y abrazarla reacciona
frente a sus ídolos de barro, valorando el legado del mejor pasado que la hace
posible. Esta propuesta es una eficaz vacuna frente a las estafas de las
abstracciones y los trampantojos de las utopías que pese al dolor y destrucción
que causaron en el siglo XX y en los albores del nuevo, algunos siguen sin
reconocer su rostro inhumano.
Aquilino Duque, desde el
magisterio de sus 81 años, es en el universo hispánico de las letras –uno de
los pocos que lo promueven de verdad–, un espíritu libre, independiente, de
talante liberal, nada adulador de modas o tendencias en boga –la liberal, entre
ellas–y, por ello, destinado al aislamiento, propio de quien no entra en el
circuito de dádivas que para los intelectuales reserva el “establishment”. Prueba
fehaciente de ello fue la presentación del libro en Madrid: en condiciones de
cuasi clandestinidad; sin casi publicidad; con la significativa ausencia del
editor en una noche fría de noviembre. A cambio, los que asistimos, pudimos
admirar la brillantísima y discutible presentación del Profesor Ayuso y la no
menos luminosa réplica de Aquilino Duque Este es el precio y el premio por ser un
pensador tan lúcido como libre, por pertenecer a la “inmensa minoría”.
César Utrera-Molina Gómez
Diciembre 2013.
El 6 de enero cumpliré los 63. Gracias infintas por tu cimpletísimo comentario y felices fiestas y mejor año nuevo.
ResponderEliminarQuise decir 83, pero los números nunca fueron mi fuerte.
ResponderEliminar