MARGARITA CUMPLE 80
No conocí tu época áurea: de
trenes especiales, toros con la mítica Grace
o la sobrevalorada Jackie, cocktails con los grandes de España.
Ninguna ha recogido, como tú, los frutos que sembraste.
Ninguna ha cumplido, como tú, con el cargo que le dieron.
o la sobrevalorada Jackie, cocktails con los grandes de España.
Ninguna ha recogido, como tú, los frutos que sembraste.
Ninguna ha cumplido, como tú, con el cargo que le dieron.
El Señor, previó tus
aptitudes de Reina
en el tablero de ajedrez de la vida.
Llegarías a todo y muchas veces.
Engendrarías 8 peones que mantendrían la partida abierta.
Te soñó Reina, que fuese madre, profesora, administradora, chófer, cocinera,
enfermera, Depósitum Fidei, abuela por décadas,
mástil en la tormenta, esperanza tras la derrota, asilo tras el combate.
Ahí estabas tú, diciendo sí, con las cuentas del Rosario
entre tus manos.
en el tablero de ajedrez de la vida.
Llegarías a todo y muchas veces.
Engendrarías 8 peones que mantendrían la partida abierta.
Te soñó Reina, que fuese madre, profesora, administradora, chófer, cocinera,
enfermera, Depósitum Fidei, abuela por décadas,
mástil en la tormenta, esperanza tras la derrota, asilo tras el combate.
Ahí estabas tú, diciendo sí, con las cuentas del Rosario
entre tus manos.
De tu primer nieto A. a tu
última nieta V. han pasado 30 años.
Testigo soy de tu entusiasmo invariable,
de tu sonrisa solar, de tu voz alborotada, de tu mesa bien provista,
de las tardes de domingo que pulverizan el viejo hogar,
todo, para deleite de ellos, tus nietos.
Testigo soy de tu entusiasmo invariable,
de tu sonrisa solar, de tu voz alborotada, de tu mesa bien provista,
de las tardes de domingo que pulverizan el viejo hogar,
todo, para deleite de ellos, tus nietos.
En tu sangre confluyen estirpes
probadas en la adversidad:
linajes de rara fidelidad religiosa, ingenieros en un país de hidalgos,
mercaderes ahítos de sierras frías. Todos buscaban la luz de Málaga
que perdura en tus ojos; su calidez mediterránea que tiene asiento en tu corazón,
inhábil a lo mezquino.
linajes de rara fidelidad religiosa, ingenieros en un país de hidalgos,
mercaderes ahítos de sierras frías. Todos buscaban la luz de Málaga
que perdura en tus ojos; su calidez mediterránea que tiene asiento en tu corazón,
inhábil a lo mezquino.
Más allá de la mirada
amable de la sangre,
emociona pensar la gratitud de tantos, acogidos en tu hogar,
atónitos espectadores de tu infinita hospitalidad, de tu gratuita entrega.
Algunos ya no están y te elogiarán ante tu Ángel Custodio,
que divertido, a fuerza de oírte,
habla alto, con acento de la calle San Lorenzo.
emociona pensar la gratitud de tantos, acogidos en tu hogar,
atónitos espectadores de tu infinita hospitalidad, de tu gratuita entrega.
Algunos ya no están y te elogiarán ante tu Ángel Custodio,
que divertido, a fuerza de oírte,
habla alto, con acento de la calle San Lorenzo.
Son sólo 80, pero se
antojan pocos.
César Utrera-Molina Gómez
Septiembre 2013
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