A punto de regresar al trabajo, trato de aislarme de las noticias recurrentes con las que, cada año por estas fechas, llenan periódicos e informativos. Más que una frivolidad, hablar del síndrome post-vacacional con cinco millones de parados y tantos jóvenes sin esperanza, es de una colosal insensibilidad.
Este verano he tenido la suerte de conocer a un matrimonio admirable. Ingenieros de Caminos los dos, él perdió su trabajo hace cinco años con el inicio de esta maldita y eterna crisis. Decidieron ambos que, ante las escasas perspectivas de trabajo, él estudiaría la dura y dificil carrera de farmacia con el fin de lograr a medio plazo un sustento para la familia y quizás, un futuro para sus hijas. El pasado mes de julio, con 49 años, términó la carrera de farmacia en cuatro años y con treinta matrículas de honor y con el cariño y enorme admiración de su mujer y de sus hijas y se puso manos a la obra enviando su currículo por doquier. Ni que decir tiene que mi amigo vuelve de sus exiguas "vacaciones" con el depósito lleno de esperanza y deseando abrir el buzón por si ha recibido alguna contestación a su ofrecimiento que haga que sus mañanas sean más luminosas y sus atardeceres, menos inquietantes. Para personas como él, oír hablar del síndrome post-vacacional, debe resultar más que un sarcasmo, toda una crueldad.
Así qué yo, tras unas privilegiadas vacaciones en las que he podido disfrutar de toda mi familia cruzando la piel de toro de norte a sur, tras haber navegado a placer con mi pequeño Azorín y haber leído tres libros que merecen la pena, sólo tengo motivos de alegría y esperanza para entrar mañana en mi despacho y dar muchas gracias a Dios por saber que la luz que entra por mi balcón cada mañana viene a iluminar la tarea justa que me ha sido asignada en la armonía del mundo.
Un abrazo a todos
LFU
Me gusta el nombre de tu embarcación...y tu armonía.
ResponderEliminarSañudos.-
Estas hecho para grandes tareas, que aunque parezcan pequeñas en su desempeño, acabaran superandonos, y las estas desarrollando de manera impecable. Mi admiración, ya que para mi eres un ejemplo, así que pido a Dios que la luz no sea justa sino generosa.
ResponderEliminarPepo
Gracias Luis, y gracias Pepo. Disto mucho de ser ejemplo de nada, tan sólo espero poder devolver a los demás, al menos un diezmo de lo mucho que he recibido.
ResponderEliminarUn abrazo
qué bonito post Luis!!!
ResponderEliminarNo obstante tu trabajo te ha costado y tu persistencia, de la cual doy fe, tras conocerte a nivel profesional desde hace, quién lo iba a decir, más de quince años.
Cada vez creo más en la ley de atracción: trabajadores constantes atraen trabajos acorde a sus esfuerzos.
Gracias, Ismael. Tal es el secreto de tu éxito,
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