15 de julio de 2013

El Descrédito de todo un sistema

Los españoles asistimos atónitos al lamentable espectáculo de la decadencia de un sistema partitocrático, cuyas grietas, cada vez más amplias, amenazan la ruina definitiva del precario edificio constitucional consensuado por los «próceres» de la patria en 1978.

¡Qué ingenuidad la de quienes pensaban de buena fe que la corrupción anidaba en exclusiva en las filas de la izquierda!.  Las últimas revelaciones del caso Bárcenas, la instrucción del caso de  los ERE, Mercasevilla, Gurtel, Noos,  etc.. nos demuestran que para muchos «demócratas de toda la vida» de uno y otro lado, el estado de derecho solamente vale mientras les sirva para mantenerse en el poder o para salvaguardar intereses crematísticos procedentes del cohecho y de la corrupción.

A una y otra orilla del poder anidan la podredumbre y la desvergüenza. La más absoluta ausencia de valores. Para exigir sacrificios a los españoles antes hay que dar ejemplo de honradez y limpieza, cualidades que, hoy por hoy, brillan por su ausencia.

Para colmo de males, hoy los españoles tienen la impresión -sobradamente justificada- de que el gobierno está en manos de un solo periodista, que se frota las manos mientras tiembla todo un sistema tras la publicación de cada titular, esté o no soportado por pruebas fehacientes. Por eso, si el Partido Popular no anuncia hoy mismo la presentación de una querella contra “El Mundo” por delito de calumnias por las acusaciones de chantaje que aparecen en su portada, Rajoy y Cospedal no deberían permanecer en su puesto ni un día más.

¡Qué pena me da España!


LFU

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