Aunque me declaro alérgico a las tertulias televisivas, su
insoportable omnipresencia en casi todos los canales dificulta la labor de evitarlas,
por lo que el pasado domingo caí en la tentación de ver una durante un rato,
animado por la siempre interesante presencia de Pío Moa y también de mi joven
amigo Blas Piñar que, como decimos por el sur, no da puntada sin hilo.
Resulta regocijante contemplar como Pío, con su aplomo, seguridad,
valentía y ausencia de complejos logra sacar de sus casillas no sólo a la caverna
social-comunista –de la que procede- sino también a los papanatas de la derecha
liberal a los que la sola mención del nombre de Franco les produce sarpullidos y
entusiastas adhesiones a los más rancios postulados de la izquierda.
Recordaba Moa con la parsimonia que le caracteriza, que la
ETA (si, la ETA) y los socialistas han tenido diversas cosas en común a lo
largo de su historia, entre ellas su carácter socialista y su condición antifranquista.
A pesar de lo incontestable de tal verdad -que no quita que existan diferencias
entre unos y otros- saltaron de sus asientos los cavernícolas de la izquierda
anatemizando al sosegado historiador por recordar una obviedad. Fue entonces cuando el aguerrido Miguel Ángel
Rodríguez (más conocido como MAR), abriéndose el pecho en generoso holocausto saltó de su asiento para pronunciar
una frase que quedará esculpida en el aire para la historia: “Quiero que conste
que yo también soy antifranquista”.
Olvidó el felón aclarar el carácter retrospectivo de su heroica
condición, pues nacido en 1964, no parece factible reconocer el marchamo de
luchador antifranquista a un retoño que tenía 11 añitos cuando Franco nos dejó.
Pero para los restos queda su inefable valor y gallardía al declarar, 38 años
después de la muerte de Franco y de su régimen, su condición antifranquista.
Conociendo al personaje, experto muñidor de alcantarillas y
sutil propagador de rumores y maledicencias, tengo para mí que de haber tenido Rodriguez
una edad lozana en vida de Franco, habría medrado en el movimiento y en su
contrario para ver por donde salía el sol con más fuerza y muy probablemente
habría servido al insigne estadista Suárez con camisa azul y también sin ella
en el rápido desmontaje de su trampolín. Lástima no haber podido comprobarlo.
En cualquier caso, confieso que tras escuchar la ardiente proclama
de Rodríguez apagué la televisión para no tener que escuchar más gilipolleces y
entregarme sosegado en los brazos de Morfeo.
LFU
Francamente bueno: Si el recién estrenado antifranquista se dejara de bravuconadas absurdas que sólo demuestran como bien dices que se arrima al árbol que más sombra da, y de corruptelas varias, este país no tendría que conformarse con trepas y nos libraríamos de la lacra de parásitos viviendo de la política.
ResponderEliminarTambién habría tertulias de mejor calidad intelectual , ya que estos parásitos viven de ir a dichos programas para subsistir.
Al final optaste por la mejor solución: El descanso.
Pepo
Gracias, amigo
ResponderEliminarMiguel Ángel Rodríguez tiene la cara de cemento.
ResponderEliminarAlgo similar le escuché no hace mucho a Isabel San Sebastián, que fue de clase social privilegiada durante el franquismo.
Verdadero pánico a que los puedan relacionar con el franquismo. Pero durante el franquismo no decían nada de nada, ni con 11 años ni con 20.
Unos hipócritas.-
Extraño complejo de inferioridad tienen la mayoria de estos personajes de la derecha liberal. Dice el refran que es de bien nacidos ser agradecidos y parece que a estos se le olvida lo segundo, por lo que evidencian carecer de lo primero.
ResponderEliminarPor favor, no sabes la alegría que me he llevado con esta entrada tuya. cuando escucho cosas como lo que comentas pienso e como pudo durar tanto en su sabio gobierno de España si no tenía a nadie a su favor.
ResponderEliminarAbomino de los valientes que después de 38 años de su muerte se declaran antifranquistas, sobre todo los que ellos o sus padres vivieron provechosamente a su sombra.
A Pio Moa, precisamente por lo que fue, da gusto escucharle.
Gracias por tu entrada.