En un 29 de octubre, a uno se le ocurre releer el discurso de La Comedia y descubrir de nuevo su vibrante actualidad. Pero me topé hace unos días con una conferencia de Enrique de Aguinaga que definía, muchísimo mejor de lo que podría hacerlo yo, lo que significa ser «joseantoniano»:
«Si por joseantoniano se entiende la persona que, en el estudio actualizado, por encima de factores circunstanciales, secunda el pensamiento de José Antonio Primo de Rivera, en cuanto arquetipo español y paradigma de hombría, me declaro joseantoniano.
Lo joseantoniano implica el conocimiento de la obra escrita de José Antonio (no solo dos o tres frases sueltas), esa obra completa ante la que Rosa Chacel exclama: Dos cosas son increíbles: una, que todo esto haya podido pasarme inadvertido a mi, en España; y otra, que España y el mundo hayan logrado ocultarlo tan bien...Leyéndole con honradez se encuentra el fondo básico de su pensamiento... fenómeno español por los cuatro costados.
Ser joseantoniano es saber que la recurrente y primeriza frase de la dialéctica de los puños y de las pistolas (Teatro de la Comedia, 29 de octubre de 1933) se clarifica inmediatamente , del modo que merece la pena transcribir al pie de la letra: La posición de Falange Española no es mantener el statu quo económico y social, con medidas coercitivas, por un procedimiento fascista, mussoliniano o hitleriano, o por un fascismo desvanecido o desvaído, ni tampoco propugnamos la revolución del puñetazo y de la pistola: vamos a una revolución más honda y trascendental no solo en la parte moral de los hombres sino en la política económica, aunque no se enteren los dirigentes socialistas ni dejen que se enteren las masas (Consigna, semanario FE, núm. 1, 7 de diciembre de 1933).
Ser joseantoniano es entender a José Antonio, por encima de cualquier bandería, como patrimonio de todos los españoles, fuente de ética, que nos propone, sobre las accidentalidades políticas, una profunda manera de ser, un estilo de vida, en el que la acción se somete a la inteligencia y se proclama el antiguo e ilustre sabor de la norma. Y todo ello, encuadrado en una portentosa personalidad, concentrado en una brevísima vida pública y culminado por un testamento estremecedor.»
Enrique de Aguinaga
Y yo, tras leerlo, no albergo ninguna duda de que que lo soy y conmigo, muchos miles de españoles que no saben que también lo son.
LFU
Yo tambien soy y me declaro Joseantoniano. Hoy en su recuerdo ... Jose Antonio. ¡¡¡Presente!!!
ResponderEliminarEl problema es que los ideales Joseantonianos no se pueden defender desde la CEDA hoy llamada PP. Por eso Jose Antonio fundó FE de las JONS. Y aun existe este partido legado por el a la sociedad española. Me alegrará el día en que los Joseantonianos que se reconocen así. Se unan en la casa que edificó Jose Antonio aunque solo sea con su voto y no en ese conglomerado seminacionalista llamado PP.
ResponderEliminarMartin RKRT
LA LUZ
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Sólo cerca del final acierta uno a ver en qué instante se decidió su vida de manera indomeñable, salvo falta de decoro. Para mí fue aquel lejano 29 de octubre de 1933, como para otros muchos, al correr del tiempo, hasta llegar a los emocionantes jóvenes y adolescentes de hoy, que han recogido el relevo sin temblarles el pulso, con la exactitud de un buen atleta, y que conocen la doctrina y hasta la manera de ser que se anunció aquel día, cincuenta y un años hace, mejor que nosotros los viejos, porque nosotros todo aquello lo vimos nacer y crecer junto a las aulas, los campos de España, los talleres y las fábricas, primero en el corazón de manera abrumadora y luego más intelectualmente. Pero estos jóvenes que a veces aparecen por mi casa ha elegido la doctrina falangista, la doctrina joseantoniana –y en ella resumo todas las aportaciones originales de otros compatriotas- de un modo intelectual, preferentemente, aunque luego les ha desbordado el corazón, eligiendo entre otras muchas y cómodas ofertas y en instantes, ya largos, ya demasiado largos, de abatimiento nacional, cuando España agoniza.
Si repaso mi vida, como quien hace examen de conciencia, veo que todo su acontecer transcurre como un río brotado de aquel lejano nacedero, en razón de aquel domingo, de aquellas palabras y de las que sucesivamente fue predicando José Antonio por España, durante tres años, hasta su muerte, que aún duele y angustia como si fuese hoy. Las riberas de este río han visto mucha historia, rebeliones, guerras, Itálicas destruidas fulminantemente e Itálicas renacientes, ordenadas, florecidas al sol, y esto sólo con una pequeña brisa procedente de aquel nacedero, no con el viento varón que pudo haber engendrado o que no se aprovechó del todo para mover los molinos de la Patria, no sólo los del bienestar, sino aquellos que engendran los bienes del espíritu, de la fortaleza del país que fue llamado a cumplir una misión tal día como hoy.
Ya vivo en pleno invierno, en esa soledad reflexiva y tierna que da el vestíbulo de la vejez. Y si hay algo de lo que me sienta contento es de mi fidelidad a aquel hombre y a aquella fecha y de esa candela abrasadora que me ilumina en esta oscuridad y que un día será luz de la madre España.”
Rafael García Serrano
El Alcázar (dietario personal)
29 de octubre de 1984.
Me es imposible pasar el artículo entero de García Serrano porque excede del espacio del comentario. El artículo entero es una joya. Yo podría pasar mi archivo en doc a algún correo por si alguien interesado no lo encuentra.
ResponderEliminarJosé Manuel Sánchez del Águila Ballabriga
AE
Por favor, José Manuel, envíamelo a lfutrera@gmail.com. Muchas gracias y un abrazo a tu padre
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