Superada la siempre traumática experiencia de ponerse nuevamente la corbata por obligación, los que tenemos trabajo y por tanto hemos disfrutado de vacaciones, no podemos sino dar gracias a Dios por lo que hoy, más que derechos, constituyen privilegios.
Como decía un primo mío, hoy es el mejor día del año, con todos los fines de semana y vacaciones por delante....
Laus Deo
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