Autor: José Javier Esparza.
Editorial: Libros Libres
Año: 2011
Los últimos 8 años del socialismo
español capitaneados por la figura de Rodríguez Zapatero han estado preñados de
polémicas iniciativas, hijas en su mayoría de diversas y, probablemente, de las
peores influencias ideológicas que anidan en la izquierda española. Sin duda,
la denominada “Memoria Histórica”, ha sido una de las herramientas más
significadas de la lucha política del extinto ya, último periodo socialista,
que desembocó -¿casualmente?- en la crisis política y económica más aguda de la
democracia española.
Lo curioso de esta desdichada
iniciativa política es que ha brindado una oportunidad extraordinaria a través
del libro de Esparza para entender no sólo este fenómeno en sí, sino también
determinadas claves esenciales y ocultas pero tremendamente vivas del escenario
político español. El breve, pero muy fecundo, ensayo de Esparza aporta una
serena y rigurosa reflexión, no exenta de amenidad, imprescindible para
explicar la realidad española de los últimos 70 años.
El Juicio a Franco de Esparza se vale
de diversas y muy variadas aportaciones intelectuales: desde la teoría
freudiana de la muerte del padre a la teología política de Carl Schmitt; desde
las categorías filosófico-políticas jüngerianas a las contribuciones
intelectuales de Gonzalo Fernández de la Mora y con ellas proporciona una
razonada explicación a la insólita vigencia del debate político sobre Franco a
casi 40 años de su desaparición, a su incómoda y compleja pervivencia en sus
detractores y herederos; y no sólo eso, sino que aporta una muy cumplida e
inédita explicación al decurso y sentido no sólo de la Era de Franco sino
también del propio personaje.
Se trata de una obra rara por lo
original y sintética pese abordar una realidad compleja, pero en todo caso
resultará indispensable para todo aquél que sin complejos ni filtros
ideológicos previos quiera enfrentarse a nuestra historia y por ello a las
claves que explican el presente de nuestra amada y doliente España.
César Utrera-Molina Gómez
1 comentario:
No he tenido la oportunidad de leer el libro. Sin embargo me voy a permitir exponer mi propio juicio sobre Franco:
Francisco Franco Bahamonde fue uno de esos hombres que Dios envía a los pueblos de vez en cuando, cuando se necesita un espíritu superior y una voluntad firme para reconducir los destinos y salvaguerdar lo más preciado que posee el hombre: La Fe y La Patria.
Sin buscar por sí mismo ningún protagonismo en el Alzamiento pronto se encontró al frente de una empresa titánica, pero apasionante, que sólo podía tener éxito si era dirigida por un hombre de categría superior. La Guerra Civil fue el paso inevitable (porque inevitable lo hicieron aquellos politicuchos de medio pelo, junto a un rey cobarde) que salvó a España de caer bajo la bota de Stalin, lo que habría supuesto la nuerte de cientos de miles de españoles decentes y la desaparición de la Fe Católica de España, país que ha sido siempre el baluarte último de su defensa y difusión mundial.
La victoria del 1 de abril de 1939 marcó el principio de la reconstrucción nacional, de la vuelta a la decencia, el orden y el sentido común necesarios para la paz y el progreso verdadero.
Los años de gobierno del Caudillo trajeron consigo el despegue de España desde una economía de subsitencia, agrícola y atrasada, hacia una economía de potencia mundial. La justicia social y la culturización de los españoles encontraron su lugar bajo su dirección, y hoy España se encuentra entre las primeras naciones del mundo en cuanto a desarrollo económico se refiere, a pesar de la actual situación que atravesamos.
La obra del Caudillo y de los hombres que sirvieron a España bajo su dirección constituye una de las proezas españolas, pues las condiciones de aislamiento y hostigamiento internacional hicieron más meritoria, si cabe, aquella gestión.
No cabe duda de que la supresión de partidos políticos fue uno de los pilares que posibilitaron la paz y el progreso. Observando la miseria moral, política, social y económica que hoy padecemos, de nuevo, gracias a esta maldita democracia corrupta y decadente, fruto de la "pluralidad política", del "multiculturalismo" y de la renuncia a nuestras esencias religiosas y patrióticas, no hace sino dar la razón al análisis que expongo en estas líneas.
Los enemigos de España y de la Fe, ecuadrados en todos, sin excepción, los partidos políticos actuales, han vuelto a auparse al poder y a la dirección de nuestros destinos. Pero no vale con lamentarse de ello. Hemos de reconocer nuestra culpa por haber renunciado a seguir el ejemplo de entrega y sacrificio de aquellos hombres, por no haber valorado en su justa medida la importancia de permanecer fieles a un ideario y a una forma de gobernar, de gestionar, de administrar España.
Muchos de los que vivían EN el régimen de Franco cambiaron de bandera rápidamente, buscando el medro personal y renunciando a la defensa de España y de la Fe, cosas éstas que no pueden disociarse jamás.
El libro de su distinguido y por mí muy admirado padre, don José Utrera Molina, "Sin cambiar de Bandera" es la narración exahustiva y detallada de estas afirmaciones, que no son mías, sino de cualquier español bien nacido que observe la realidad y conozca la historia reciente.
Un afectuoso saludo y
¡ARRIBA ESPAÑA!
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