Lo más sensato que he leído sobre el asunto Carlos Divar lo ha escrito Requero en La Razón .
Confieso que me asquea el espectáculo bochornoso de los sabuesos progres encabezados por el nauseabundo ¿periodista? José María Calleja -y azuzados desde la sombra por el delincuente Garzón- haciendo pedazos la fama y la honorabilidad personal de su víctima en forma tan grosera que no pienso glosar en esta página.
Hipócritas y fariseos volentes, populo contribuyente, Divar dimite por lo mismo que han venido haciendo los Presidentes y vocales del CJPJ, del Tribunal Constitucional y de muchos organismos nacionales y autonómicos durante décadas, que ahora se considera piedra selectiva de escándalo y se utiliza como munición apropiada para abatir la pieza.
Si indecente era el manejo alegre del gasto público por parte de la mayor parte de los organismos públicos, queremos luz y taquígrafos para depurar responsabilidades desde el año 1985 hasta hoy, en un lado y en otro. Lo demás, es pura hipocresía.
LFU
Ojalá hubiese justicia y se depurasen responsabilidades de la corrupción genética que rige en nuestra España, pero me temo que eso es tanto como pedir lo imposible. A los españoles que aborrecemos este sistema corrupto solo nos queda resignación, valorar y agradecer a los que como Vd denuncian y luchan por denunciarlo.
ResponderEliminarSiento discrepar del fondo de esta entrada. Divar debería no solo serlo sino parecerlo, y parecerlo no lo parece. No me inspira compasión.
ResponderEliminarQue otros (muchos, muchísimos) sean golfos no justifica lo que parece ser un abuso por parte de este señor. No tiene mi simpatías y me duele más la golfería (si es que la hubo) de gente en la que he depositado mi confianza que en el resto.
El comportamiento intolerable del Sr. Dívar con lo que respecta al uso ilegítimo de fondos públicos no admite discusión. El hecho de que otros responsables judiciales y políticos hayan venido haciendo algo similar, en el pasado y de manera habitual, no hace sino socavar aún más la autoridad moral de quienes deberían darnos ejemplo de integridad y corrección.
ResponderEliminarPersonalmente el Sr. Dívar me parece uno más de los servidores indecentes del poder político, especialmente del de la izquierda y los separatistas antiespañoles. No siento por él el menor respeto.
Hasta que los españoles no nos libremos de esta casta de mangantes y vividores, auténtico cáncer provocado por esta democracia infecta y podrida, no estaremos en condiciones de rehacer España y salir del lodazal en que nos hemos metido por nuestra propia indolencia y cobardía.
Es posible que no me haya explicado bien. No defiendo a Divar, pero me repugna el linchamiento personal al que se le ha sometido por hacer lo mismo que sus antecesores. Donde esta Pascual Sala? Donde Chaves? Todos callados cuando son aves del mismo corral.
ResponderEliminarLo dicho por mí reza para todos los Pascual Sala, Manuel Chaves y Juan Carlos o como se llamen. Esta chusma vive como vive por el sentimiento de impunidad absoluta que se ha creado en las castas del poder. Los banqueros ponen a los políticos y éstos a los jueces y fiscales. Así todo es a su medida y conveniencia y en contra de los intereses de España y de la decencia más elemental.
ResponderEliminarLa separación de los tres poderes del Estado en España, en la práctica, brilla por su ausencia, por mucho que los que alardean de demócratas quieran convencernos de lo contrario. Cuando el Poder Judicial está a merced de los intereses políticos, poca credibilidad podemos esperar de él. Tanto políticos como jueces y banqueros están inmersos en un putrefacto poder, donde reina la arbitrariedad favorable a intereses partidistas. Flaco favor hacen así a nuestro país. Es necesario que nos planteemos como ciudadanos una nueva organización y estructura estatales. No funcionan en España ni las autonomías ni los tribunales de justicia. Si el sistema judicial y político no funciona, lo lógico y razonable es cambiarlo, conforme a las necesidades de los ciudadanos. No nos valen, por tanto, tantos jueces y políticos inútiles, que suponen un dispendio para el erario público.
ResponderEliminarUn abrazo, LFU y ¡arriba España!