"Mi sueño es el de la patria, el pan y la justicia para todos los españoles, pero especialmente para los que no pueden congraciarse con la patria, porque carecen de pan y de justicia.". JOSÉ ANTONIO

19 de junio de 2012

Ante el derrotismo, fe en España


Hastiado del panorama derrotista español,  que arrastra los pies cada mañana en pos del desolladero mundial, vapuleado por intereses especulativos de los mercados,  la impune desvergüenza de las agencias de calificación -antaño ciegas ante gigantes con pies de barro- desorientado por la colosal disparidad de diagnóstico y pronóstico de nuestros más preclaros economistas e impotente ante la numantina resistencia de una mastodóntica clase política a adelgazar de verdad un Estado inviable desde el punto de vista histórico y económico,  urge más que nunca recuperar el aliento nacional para reafirmarnos en nuestras enormes posibilidades como Nación.

El grito de "Arriba España" no era sino un ferviente anhelo revolucionario de superación del pesimismo noventayochista. No podemos resignarnos y ofrecer un espectáculo de brazos caídos a nuestros hijos. No lo hicieron nuestros mayores que ante peores escenarios sacaron adelante España con esfuerzo e ilusión, pero sobre todo, con fe en España. No tenemos derecho a aniquilarles su esperanza y para eso nada mejor que buscar en las raíces de nuestra Historia para levantar la cabeza ante las dificultades.

«No servimos para cosas bajas, pequeñas o menudas. No servimos más que para las cosas altas y grandes. Por eso cuando decimos "Arriba España", en esas dos palabras, a un tiempo, resumimos nuestra Historia y ciframos nuestra esperanza. Porque lo que queremos es que España vuelva a "su sitio": al sitio que la Historia le señala. Y el sitio es ese: "Arriba". Es decir, cerca del espíritu, del ideal, de la fe... Cerca, sobre todo, de Dios.»

José María Pemán, 1939

Pues eso, ante el desolador panorama de los cenizos y fáciles profetas de la desgracia, ante la indignidad de los que se aprestan a expatriar su dinero al tiempo que se quejan porque nadie confía en nuestra nación, hoy me apetece lanzar al viento un enorme  ¡Arriba España!

LFU

18 de junio de 2012

El caso Divar y la caza mayor

Lo más sensato que he leído sobre el asunto Carlos Divar lo ha escrito Requero en La Razón .

Confieso que me asquea el espectáculo bochornoso de los sabuesos progres encabezados por el nauseabundo ¿periodista? José María Calleja -y azuzados desde la sombra por el delincuente Garzón- haciendo pedazos la fama y la honorabilidad personal de su víctima en forma tan grosera que no pienso glosar en esta página.

Hipócritas y fariseos volentes, populo contribuyente, Divar dimite por lo mismo que han venido haciendo los Presidentes y vocales del CJPJ, del Tribunal Constitucional y de muchos organismos nacionales y autonómicos durante décadas, que ahora se considera piedra selectiva de escándalo y se utiliza como munición apropiada para abatir la pieza.

Si indecente era el manejo alegre del gasto público por parte de la mayor parte de los organismos públicos, queremos luz y taquígrafos para depurar responsabilidades desde el año 1985 hasta hoy, en un lado y en otro. Lo demás, es pura hipocresía.

LFU

12 de junio de 2012

Basagoiti ofende a la bandera


He ido aparcando la entrada por falta de tiempo, pero no quiero dejar pasar más días sin denunciar públicamente la indecencia del presidente del Partido popular vasco, Antonio Basagoiti al calificar despectivamente la bandera nacional que ha estado vigente en España desde 1938 a 1981, como “la bandera del pollo”.

Tenía al Sr. Basagoiti por hombre algo más versado y prudente, por lo que sus declaraciones –hechas en el marco de la polémica que antecedió a la pitada nacionalista en la final de la Copa del Rey- me sorprendieron desagradablemente. 

Mucho me temo que la cultura de Basagoiti no le alcanza para conocer que el Águila de San Juan ha formado parte de la historia heráldica del escudo de España desde que Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, la incorporasen al escudo real como símbolo de la catolicidad de la nación Española a finales del siglo XVI.


El Régimen surgido del 18 de julio de 1936, al recuperar la bandera bicolor, lejos de hacer del escudo nacional señal de banderías partidarias o excluyentes, recuperó para nuestra bandera nacional la heráldica de los Reyes Católicos, sustituyendo el cuartel de Dos Sicilias por el de Navarra, incorporando el del reino de Granada, las columnas de Hércules y la cinta con el lema ”Plus Ultra” –tomadas de la heráldica de Carlos I- y sustituyendo la divisa de los Reyes Católicos, “Tanto Monta”, por "Una, Grande y Libre", única aportación heráldica del nuevo Estado.


Por esa bandera -que usted señor Basagoiti ha despreciado e insultado con su estúpida gracieta, equiparando a quien le lleva con quienes insultan y vejan nuestro himno y al Jefe del Estado- han entregado su vida muchos españoles. Ese escudo –que, por cierto, preside el único ejemplar firmado de la Constitución Española- ha cubierto los féretros de muchos españoles asesinados por ETA.  Esa bandera, jurada con unción por tantos miles de españoles antes de que el señor Basagoiti tuviera uso de razón, merece un enorme respeto que el presidente del Pp vasco no ha sabido guardar, en un alarde de ingenuo progresismo que seguramente habrá arrancado la sonrisa sarcástica de los que le quieren a usted fuera de Vascongadas, con bandera o sin ella.

Me viene a la memoria aquella placa que figuraba en uno  los muros del Alcázar toledano,  dedicada por la Academia de Infantería Turca y decía: «Un estandarte no es una bandera si no se ha derramado sangre por ella. Una tierra no es una patria si no se ha muerto por ella».  

Se ha rebajado usted, señor Basagoiti, para solaz de sus adversarios, insultando a una bandera que –como muchas otras en nuestra historia- ha sido de todos, por la que se ha derramado mucha sangre e ingentes dosis de heroísmo, desde nuestras fronteras a las lejanas estepas de Rusia, en las que cayeron bajo esa bandera cinco mil jóvenes españoles.

Así que desde aquí le pido y le exijo una decorosa rectificación y una disculpa pública. Su agravio es doble por lo que usted representa. Mientras no lo haga, sólo merecerá para quien esto escribe el mayor de los desprecios como indigno hijo de España.

LFU


8 de junio de 2012

El Valle de los Caídos, abierto otra vez




Zapatero, con todo el aparato del poder a su servicio, no pudo acabar con el Valle de los Caídos. Despreció a la mayor Cruz de la Cristiandad, erigida para enterrar por fin bajo sus brazos a todos los españoles que se enfrentaron en la Guerra, y pensó que, ahogando económicamente a la Comunidad Benedictina que la custodia, lograría cerrar para siempre el sagrado lugar.

No contaba con el poder de la oración y la fuerza de millones de cristianos que no estaban dispuestos a asistir impasibles a un asedio injusto y procaz que ha durado 30 meses, desde aquella misa de campaña del 7 de noviembre de 2009 que jamás olvidaré. Si el Alcázar de Toledo fue bombardeado y minado en su día con saña, el Valle de los Caídos lo fue con mentiras y amenazas. Y la Verdad, como no podía ser de otra forma, se ha impuesto, una vez más a la barbarie.

Sigue en pie la Cruz y el lugar, sagrado para todos, que debe sellar para siempre la reconciliación entre hermanos bajo el signo sublime de de la Cruz, ejemplo supremo del perdón.

LFU


6 de junio de 2012

Mi hermana Rocío




Siguiendo el criterio inexorable del calendario y como regalo de cumpleaños, hoy quiero dedicar esta página a mi hermana Rocío, sin duda, la menos convencional de mis hermanas.

Curtida por una infancia de «cascarilla» tras la estela de los tres mayores, fue labrándose una personalidad bien definida, encontrando su sitio -como los buenos toreros- entre destellos de azul mahón y rosas de primavera. Alérgica a la alienación y enemistada con lo prosaico, un fuerte impulso de rebeldía fue moldeando su carácter atemperado por un derroche de bondad que acabó de imponerse a lo revolucionario.

Aunque vio su primera luz en Burgos, siempre ha sido el cielo de Sevilla su mejor cobijo, su tierra de adopción y de emoción, el paisaje que anhela y al que escapa su pensamiento envuelto en aromas de incienso y azahar cuando consigue por fin robarle al tiempo unos segundos de tranquilidad.

Alguien tan poco común no podía unir su vida al estereotipo. Así que tuvo que casarse con el más peculiar y menos encasillable de mis amigos, y es que Nacho –cuyo fervor cinegético supera los límites de lo ponderable- sabe muy bien que se cobró la pieza de su vida cuando la conoció, pues sin ella al frente de su prole no hubiera podido dar rienda suelta a su pasión depredadora que encuentra en Rocío comprensión, apoyo y generosa admiración.

Ha heredado de nuestra madre su amor por la naturaleza y, sobre todo, su desprendido afán por tener abierta de par en par las puertas de su casa, que se ha convertido -con la paciente tolerancia de su marido- en alegre lugar de acogida y encuentro de nuestra numerosa y alborotadora tribu.

Belleza, naturalidad, sencillez y bondad -aderezadas con ese toque divertido de colosal despiste que siempre le acompaña- son virtudes que adornan a mi hermana Rocío, la tercera de mis hermanas y cuarta de la casa, a la que profundamente quiero y sinceramente admiro.

Que Dios te guarde, querida hermana.

LFU