Si patética resulta la estampa de mamá Bardem, Llamazares y Cayo imprecando al Tribunal Supremo por "fascista" por juzgar al inefable Garzón -y no menos lamentable el saludo sonriente de éste a tan patibularia claque- es de aurora boreal la manifestación de la ex-ministra de Defensa del Gobierno de España y aspirante al liderazgo del PSOE Carmen Chacón acusando sin ambajes al Tribunal Supremo de prevaricar.
Esto es un verdadero escándalo. Lo que se nos pretende decir por parte de la izquierda ultramontana -que ya no sé si lo es casi toda ella- es que la persona de Baltasar Garzón debe ser inviolable e irresponsable, es decir, como dice la Constitución que es el Rey y que, por tanto no es que no pueda ser condenado, sino que ni tan siquiera puede abrirse un proceso judicial contra el insigne, por muchos indicios de delito que haya, que, por cierto, los hay a borbotones en los tres casos.
Cierto es que Garzón siempre se ha considerado por encima de la ley, a la que ha estrujado y utilizado torticeramente ad maiorem gloriam suam pero resulta absolutamente bochornoso e intolerable que el sólo hecho de sentarle en el banquillo pueda generar un debate más propio de una república bananera -que es lo que sería España de ser gobernada por sus amiguitos- que de un Estado de Derecho serio.
Dicho ésto, confieso que he sentido especial satisfacción al verle sentado en el banquillo despojado de su toga y escuchar al Presidente espetarle -con algo de retintín- ese "¿Se llama Usted?" que venía a ser algo así como un monumento al principio de igualdad ante la ley. Confío en que tenga un juicio justo con todas las garantías y también que caiga sobre Garzón todo el peso de la ley, pues como jurista considero inaceptable su actuación, tanto en este como en la pretendida causa general contra el "franquismo", lamentando que, sobre todo en el caso de las escuchas, el Decano de mi Colegio haya quedado como Cagancho en Almagro dejando a la interperie a unos profesionales que han sido gravemente violados en el ejercicio de su actuación profesional.
LFU
4 comentarios:
Es un delincuente de altura. Desde su posición privilegiada y por motivos ajenos a la justicia, privó a los acusados del derecho mas elemental de la justicia, el derecho a la defensa, al margen de la culpabilidad o inocencia de los imputados.
Espero que su destino, al igual que el resto de delincuentes, sea la cárcel.
Se va a condenar a Garzón. La gravedad de los hechos y la pena a sufrir se están discutiendo al estilo "justicia"©, pero no os quepa duda de que se le va a condenar. Eso os lo garantizo, ya veréis las noticias dentro de poco.
El juez Garzón es el paradigma del control del Poder Judicial y de la Justicia por parte del PSOE. Es totalmente incompatible en un estado de derecho que un juez sea al mismo tiempo juez y parte, valga la redundancia. Y lo ha sido en muchos de los casos en los que ha prevaricado descaradamente. Es el brazo ejecutor del control del Poder Judicial por parte de los socialistas. Y es un personaje cuya ambición es desmedida, siempre buscando aumentar su poder e influencia através de los casos en los que ha intervenido como juez. Y también mediante el "terror" psicológico, intimidatorio, que, desgraciadamente, sabe hacer cuando interroga a los inculpados de un caso que instruye.
Por tanto, es un peligro que un juez como éste ejerza en un país como el nuestro que presume de ser un estado de derecho.
Al igual que tú, LFU, siento también satisfacción viéndolo sentado, aunque no exactamente en el banquillo de los acusados, literalmente, haciendo valer su privilegio de no hacerlo, como juez inculpado, como acusado en este proceso. Ojalá la justicia española actúe como debe, con equidad e imparcialidad y, si las pruebas son concluyentes, sea condenado a la pena que la Ley establezca en estos casos.
Saludos y un abrazo, LFU.
¡Arriba España!
El juicio, o mejor, los tes juicios que debe afrontar este individuo son más importantes de lo que puedan parecer a primera vista, puesto que, siendo él el imputado, se debe seguir la investigación para esclarecer todos los apoyos que ha tenido, y aún tiene, en la trastienda, sin los cuáles no podría haber emponzoñado la actualidad nacional desde que el PSOE le diera el poder que ha tenido y que el PP no le quitó.
Una vez condenado en firme hay que ir a por los demás, claro está, si se quiere regenerar la justicia en España.
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