El proceso de degradación y ruina al que el peor gobierno de la historia de España ha sumido a nuestra nación parece llegar a su fin, como también se diluye progresivamente el apoyo popular del que de forma inexplicable -o tal vez demasiado explicable- ha gozado en estos ocho años. La severa derrota cosechada en el mes de mayo ha supuesto para el PSOE una pérdida significativa de poder territorial con el consecuente problema interno de buscar recolocación a tanto político profesional en paro.
El partido socialista tiene descontada una severa derrota el próximo 20 de noviembre y navega a la deriva hacia una catarsis interna de proporciones difíciles de adivinar. Ante esta perspectiva, su estrategia es la de lanzarse a la calle para advertir a la derecha que podrá conquistar el poder pero que la calle es y será suya. Para ello, ha seguido hasta fechas muy recientes alimentando a los Sindicatos desvergonzados (CCOO y UGT) con ayudas millonarias a la formación, verdadero cajón de sastre bajo el que se camufla el pago de la mordida sindical.
Estos sindicatos, que guardaron un silencio sepulcral ante la bajada de sueldos a los funcionarios y otros recortes que el infame no ha tenido otra que acometer bajo la presión comunitaria, anuncian un otoño de enorme agitación que comienza con la protesta sindical en Madrid ante el aumento de dos horas de trabajo para los profesores y que tendrá su máxima expresión tan pronto el Partido popular acceda al gobierno y adopte medidas impopulares para salir de esta caótica situación económica, como el co-pago sanitario, modificación del sistema de dispensa de medicamentos, y otras muchas medidas que han provocado el adelanto electoral para que las tomen otros.
La izquierda echará a la calle a los paniaguados Sindicatos -¿se atreverá Rajoy a meter mano de una vez por todas a su financiación?- y a los "perroflautas" dirigidos desde hace meses con mano experta por los expertos en agit-prop de la izquierda, para tratar de deslegitimar al gobierno de la derecha -ya lo hicieron en los años 1933 y 1934- mediante el ruido callejero. Ante ello, sólo cabe firmeza, determinación y pedagogía, con todo el poder del aparato del Estado y seguir con el levantamiento de alfombras municipales y autonómicas que promete más de un escándalo. Veremos el resultado.
Con esta estrategia de alboroto, el PSOE tratará de salvar Andalucía -su último bastión-llevando las elecciones al momento de máxima agitación y mayor desgaste del Partido popular que aprovechará el primer año de legislatura para adoptar las medidas más impopulares.
Preparémonos.
LFU
El 15-M no es más que una estratagema para hacer creer a los crédulos que las masas pacíficas pueden cambiar la sociedad. ¿Por qué será que ya no se les da tanta repercusión como antes?
ResponderEliminarNo nos quepa duda de que la izquierda sindical, la mediática, la funcionarial y la de los perro-flautas, junto a los I.P.A. (término éste último que me he inventado, que significa: Idiotas Progres Agradecidos) aprovecharán la coyuntura de que al PP le tocará tomar medidas impopulares, para salvar esta caótica sitación, que ellos, los sociatas han provocado, para crispar el ambiente social y político y luego, bajo la dirección del perverso y maquiavélico Rubalcaba, virar la tortilla y echar la culpa al PP y al Franquismo de todos los males de España. Menos mal que ya los vemos venir. No nos sorprenderán en lo más mínimo.
ResponderEliminarMuy buen análisis el tuyo, Luis Felipe, como siempre, con muy buen criterio por tu parte.
Saludos, un abrazo y ¡Arriba España!