Han pasado algunos días y sigo impactado por las palabras del rey en el ridículo acto de conmemoración (¿?) del 30 aniversario del fallido golpe de Estado del 23 de febrero. “Sí, se sabe todo (del 23F)….y si no se lo inventan, ja, ja, ja.” No encuentro calificativo suave para el descaro, la ligereza y la carcajada final de Su Majestad delante de los periodistas. ¿Por quien nos toma Su Majestad?.
Nadie con un mínimo de luces puede creerse que “se sabe todo” o casi todo sobre el triste y lamentable episodio del 23-F. Sin duda que hay algunas personas que lo saben, pero no desde luego el común de los mortales. Pero sí es verdad que cada vez se sabe más. Desde luego, para mí, que algo he leído sobre los hechos, la versión más plausible es la de la provocación del Supuesto Anticonstitucional Máximo (SAM), es decir, el secuestro simultáneo del ejecutivo y el legislativo mediante el asalto en las cortes, impulsado desde altas instancias y con la colaboración activa del CESID, para presentar seguidamente la solución mediante un gobierno de concentración presidido por Armada, que sería votado por el Congreso, con el objeto de dar un golpe de timón a la desastrosa política de Adolfo Suárez. Para ello era preciso engañar a unos cuantos militares que se prestasen a ponerlo todo patas arriba para luego llegar con la solución en forma de gobierno de salvación nacional. ¿Recuerdan las palabras de la Reina Sofía en la biografía autorizada de Pilar Urbano?: Decía algo así como “El Rey engañó a los militares haciéndoles creer que estaba con ellos”. Con lo único que parece que no contaba nadie es con que un insignificante Teniente Coronel frustrase la operación impidiendo a Armada entrar en el Congreso.
Sin duda, de todo lo que he leído, es la hipótesis más verosímil que he podido extraer, pero seguro que me dejo muchas cosas en el tintero y no descarto tampoco equivocarme de cabo a rabo. Hay demasiados flecos sin explicar, Majestad. Las reuniones en la calle General Cabrera y en Baqueira Beret; el nombramiento de Armada como Segundo JEME; la demora en la emisión del mensaje del rey hasta que Armada sale del Congeso tras el rechazo de Tejero a su gobierno de concentración; el contenido de sus telegramas a Milans con la coletilla “y después de este mensaje ya no puedo volverme atrás”, el acuartelamiento de las tropas en toda España desde las 12.00 horas del mediodía del 23 de febrero, es decir, 6 horas antes de que Tejero llegase al Congreso; el inmediato acatamiento por Milans y el resto de las órdenes del rey; La increíble absolución del Comandante Cortina en el proceso……
Desde luego, se puede decir cualquier cosa sobre el 23 F menos que todo está claro. Un poquito de seriedad.
LFU
Yo solo tenía seis años cuando ocurrió, pero pude notar el alboroto. Ni que decir tiene que no estamos en una época "transparente". Ni siquiera a medias aguas, porque la opinión pública sigue engañada con esta gran mentira.
ResponderEliminarEsta gente está jugando al estilo yanqui: deja que pasen cincuenta años y cuando desvelemos todo, la mayoría de los protagonistas habrán muerto y el resto no podrá ni hablar (y si quieren hablar, sufrirán lamentables "accidentes")...
¿Democracia? me río en sus caras. ¿Libertad? no se la creen ni ellos. ¿Transparencia? mejor no hablemos. ¿Justicia? para reír o llorar...
Precisamente la risita final me parece muy significativa. Por lo falsa y forzada. Casi una acusatio non petita.
ResponderEliminarEl 23-F fue una farsa y una chapuza de Golpe de Estado. Quien lo organizó todos sabemos quién fue y quién salió beneficiado de él. Fue una jugada maestra del "elefante blanco", que también logró con esa misma astucia engañar a Franco y acabar con el Franquismo de forma muy sucia.
ResponderEliminar¡Arriba España!
Saludos, LFU.
Un abrazo.