"Mi sueño es el de la patria, el pan y la justicia para todos los españoles, pero especialmente para los que no pueden congraciarse con la patria, porque carecen de pan y de justicia.". JOSÉ ANTONIO

31 de enero de 2011

El realismo de la Big Society*



En el mortecino panorama político de la vieja Europa la necesidad más que la virtud comienza a aguzar el ingenio y a dar frutos inesperados. En el Reino Unido, una de las naciones más antiguas y, en cierto modo, más anquilosadas y devastadas de Europa, bajo el lema "Big Society" el líder conservador, Cameron, plantea lo que puede ser bien una receta más de marketing político o bien un modo distinto y necesario de plantear la actividad política en el agonizante estado de bienestar europeo.

La crisis económica actual resulta inmune a las recetas socialdemócratas que tras 60 años de aplicación se revelan agotadas y nos ofrece una faceta fecunda al enfrentar el discurso político a la realidad, y de este choque emergen fórmulas como la "Big Society". En un mitin de julio del año pasado, Cameron explicó los objetivos principales de su propuesta: la descentralización del Estado británico; la reforma del sector público y el reforzamiento de las comunidades.

Late en la propuesta de Cameron una audaz apuesta por involucrar a los ingleses en la tarea política más allá de la mera participación electoral. Unos de los aciertos de esta propuesta consiste en detectar que la esclerosis del sistema político, social y económico de la Albión no puede sanarse ni con más estado y recetas públicas ni sólo con medidas liberales. El protagonista de toda política es el individuo y la comunidad que le acoge, ¿no es justo y razonable que ambas realidades participen no sólo como destinatarios pasivos de la actuación política sino también que sean actores en la ideación, gestión y aplicación de la misma?

No hay nada nuevo bajo el sol. Resituar la acción política en el individuo y en las ámbitos sociales naturales en los que se inserta es desempolvar uno de los pilares básicos del principio de subsidiariedad, tan manido y utilizado en las proclamas legislativas europeas y como poco visto en la vida política. ¿Cómo hacerlo? Ese es el cascabel que hay que poner al gato. La fórmula de Cameron apunta a una convergencia doble: el Estado debe facilitar este proceso de trasvase de poder y el individuo a través de sus comunidades reclamar su papel en él.

Frente al plan de actuación lanzado, resulta legítimo mencionar alguno de los retos que seguro encontrará en su camino la propuesta del primer ministro tory. ¿Cómo se supera la inercia social de desgana y alejamiento de la política en la mayoría de la población tras seis décadas de Welfare State? Asumiendo un incremento de la actuación del individuo y de las comunidades en las que se insertan, y tras décadas de relativismo inoculadas por el sistema educativo, ¿existe un mínimo consenso social que haga positiva la actuación política de grupos pequeños evitando que estos legitimen con poder político sus guetos o intereses de secta? Desaparecido el concepto de bien común que presupone una suerte de código mínimo de certidumbres de un pueblo si el Estado se debilita en exceso, ¿qué instrumentos de ámbito general quedan para su defensa?

El tiempo dirá si el "Big Society" tiene enjundia y su aplicación genera discusión y debate profundo más allá de las orillas de las Islas Británicas y puede refrescar no sólo el ambiente enrarecido de la política española sino el de toda Europa. Ojalá sea así, en todo caso, bienvenida sea toda idea valiente y realista que frente las abstracciones ideológicas en boga como la "madre tierra", las políticas de género, etc, reivindica al individuo, a su entorno natural y a su sociabilidad como piedra de toque de la vida política y social, y necesario fundamento de todo sistema político libre.

César Utrera-Molina Gómez

(Artículo publicado en Páginas Digital)

26 de enero de 2011

Carrillo y el Infierno


Hace unos días, un comentarista anónimo me afeaba un cierto empeño en hablar del pasado, así que, para darle gusto hoy me referiré al presente, como hiciera hace unos días al glosar el último libro de poemas de Enrique García-Máiquez.

Santiago Carrillo vuelve a ser, para solaz de alguno y hartazgo de más, rabioso presente, sin dejar de ser, a la vez, la viva imagen de lo más siniestro de nuestro pasado. Ayer sin ir más lejos, el viejo comunista mandó al infierno al periodista Luis del Olmo ante el atrevimiento de éste al preguntarle por su responsabilidad en el genocidio Paracuellos del Jarama.

Ignoro qué significado puede tener el infierno para este espectro estalinista: «Cada día es mayor mi amor a la Unión Soviética y al gran Stalin, a los que vosotros odiáis y calumniáis…» pero lo que es seguro es que una de las veces que trató de enviar a gente a su infierno llenó el cielo de mártires en el mayor genocidio que conoce la historia de España y cuya directa responsabilidad le perseguirá sin duda más allá de la muerte.

Son abundantes los testimonios que acreditan que Carrillo -Consejero de Orden Público de la Junta de Defensa de Madrid, esto es, una especie de Ministro del Interior ante la salida del gobierno hacia Valencia desde el 7 de noviembre hasta el 24 de diciembre de 1936- fue quien dio la orden de eliminar a la “quinta columna” causando el martirio y la masacre de cerca de 6.000 personas en las sucesivas sacas producidas en dicho período. El no quiso firmar las órdenes de liberación de los presos. Lo hizo para la historia su segundo, Serrano Poncela.

Las pruebas que el Delegado de la Cruz Roja quiso llevarse a Ginebra con las pruebas del genocidio desaparecieron al ser derribado su avión el 8 de diciembre. Pero la burocracia de la Komintern, que creía iba a ser eterna, dejó numerosos rastros de los méritos del joven Carrillo, y ahí están recientemente desclasificados los Informes de Cordovilla, Dimitrov y Stepanov, los testimonios del nacionalista vasco Galindez y del Cónsul Noruego en Madrid, Félix Schlayer, uno de los testigos de cargo más implacables con Carrillo. Sabe también que una de sus principales acusadoras fue la propia Dolores Ibarruri, quien más de una vez le recordó su responsabilidad en la matanza.

Presente y pasado se entremezclan en el siniestro personaje –a quien el rey distingue con su real aprecio- cuyo halo de santidad democrática corre el riesgo de desaparecer gracias a la memoria histórica de Zapatero y a su propia incontinencia verbal.

Como decía el lema del famoso cuadro "Españoles: perdonad, pero no olvidéis"


LFU

20 de enero de 2011

Tres fotografías históricas



Acaba de clausurarse una exposición fotográfica sobre la obra del fotógrafo Martín Santos Yubero titulada "El Madrid de Santos Yubero".

De la exposición, ciertamente magnífica, me quedo con estas tres fotografías, las dos primeras, absolutamente desconocidas para mí.

La primera de ellas corresponde al cadaver de José Calvo Sotelo, tal y como lo abandonaron junto a las tapias del Cementerio de la Almudena (entonces denominado "del Este") los guardias de asalto y militantes socialistas que iban en la macabra furgoneta nº 17, tras haberle descerrajado dos tiros en la nuca.

Era la madrugada del 13 de julio de 2008, hacía calor y alguien tuvo la delicadeza de tapar el rostro del proto mártir con una chaqueta. Me remito a la entrada que hace un par de años escribí sobre el asesinato y a la interesante entrevista a uno de los que ocupaba dicha furgoneta.




La segunda, corresponde a José Antonio, Julio Ruiz de Alda y Raimundo Fernández Cuesta a la salida de un mitin en Madrid, posiblemente el del Cine Europa, puesto que ya vestían la camisa azul.

En ambas, llaman la atención los magníficos sombreros y me hace recordar el famoso lema comercial de una sombrerería madrileña de los años 40 "Los rojos no usaban sombrero"



La tercera y, quizás, la más conocida, nos habla de la alegría exultante de Madrid tras la entrada de las tropas nacionales a finales de marzo de 1939.

Como la exposición ya no puede visitarse, he creído oportuno compartirlas con vosotros, por su evidente interés.

LFU

17 de enero de 2011

"Con el tiempo" de Enrique García-Máiquez


A mi amigo DAL le debo, entre otras cosas, el conocimiento de Enrique García-Máiquez -cuyo blog sigo a diario desde entonces- y también su nuevo libro de poemas “CON EL TIEMPO” editado por Renacimiento que me regaló esta Navidad mientras tomábamos un improvisado aperitivo junto a un Belén de los de río, molino y castillo que da la bienvenida en su nueva casa.

Como sería pretencioso por mi parte hacer una crítica literaria del libro, me limito a reproducir alguno de los versos que más me han llegado, pues, en definitiva, la poesía ha de llegarte -o más bien llenarte- el corazón.

Y es que el corazón de su autor llena las páginas de este libro. Desde unos limpios y profundos versos dedicados al recuerdo de su madre, recientemente fallecida:

Nos vemos mucho más
desde que has muerto:
te veo cada noche
cruzar mis sueños.


La madrugada
-que es de cristal y alondra-
nos desampara.


al gozoso contraste entre el dolido y magistral "El hijo que no tengo"

A ese otro hombre
le duele recordar que al paso de los años
su hijo acabará marchándose;
A mí saber que siempre
tendré conmigo al mío.


y el alegre y aturdido "El llanto de una niña sostiene las constelaciones”, tras el inesperado nacimiento de su primera hija:

El llanto de una niña es una fuerza de gravedad: nos tiene
con los pies en el suelo. A los planetas
los aguanta en sus órbitas. No estallan
en sonoros aplausos los satélites.
Y no se echan, felices,
a bailar las estrellas porque el llanto
-el llanto portentoso de mi hija-
las mantiene, muy serias, en suspenso.


Y termino con un canto a la esperanza:

El pasado me pisa los talones.
Amo el presente, pero apenas dura
aquí.
Enseguida
va y me coge las vueltas
y se echa a mis espaldas
igual que un peso muerto y es mi sombra
que espesa por las noches y me envuelve.


Pero yo me resisto. Hacia delante
huyo cada mañana
con los brazos abiertos.
Con los poemas es lo mismo, nunca
dejaré de pensar que un verso luminoso
espera a que lo escriba.
¿Qué importan los que dejo –negro sobre blanco-
en el papel detrás?


Lo dicho, que un aperitivo lleva a otro. Quien quiera saber el menú completo, que lo lea y disfrute como yo.

LFU

14 de enero de 2011

Escudos "franquistas"



Leo hoy en ABC que acaban de retirar el escudo nacional vigente hasta 1981 de la fachada del Tribunal de Justicia de Cáceres en aplicación de la infame Ley de memoria histórica, por franquista. No está de más recordar a los poco leídos y menos ilustrados que dicho escudo era el mismo que el de los Reyes Católicos sustituyendo las armas del escudo de Sicilia por las del de Reino de Navarra, añadiendo las columnas de Hércoles, de la heráldica del Emperador Carlos I y añadiendo el lema "Una, Grande y Libre", única y ciertamente osada aportación -ésta última- efectuada por el régimen del 18 de julio al escudo nacional.

Y yo me pregunto, ¿a qué esperan para arrancar la primera página del ejemplar firmado de la Constitución Española?

¡Necios, más que necios!

LFU

11 de enero de 2011

Malsines contra fumadores


Quería escribir sobre la nueva ley antitabaco y el fomento de la delación promovido por el gobierno infame, pero se me ha adelantado Francisco Rico, de la Epañola, con un magistral artículo, que me ha enviado mi hermano César (gracias) y que suscribo de la cruz a la fecha.

Tan sólo apuntar que al artículo le falta para mí la contradicción más flagrante de la ley. Si se quiere proteger a los trabajadores del humo, ¿porqué no se protege a todos los ciudadanos prohibiendo ya de plano la venta de tabaco en lugar de incrementar la recaudación a través de los impuestos que gravan la venta?. No se puede estar en misa y repicando.
LFU

10 de enero de 2011

La mala educación


Quien necesite explicaciones carece de buena educación. La imagen está tomada en la misa de cierre del año santo compostelano en la catedral de Santiago de Compostela. Dudo que se permitiese tamaña grosería en una mezquita o en una sinagoga.