Reproduzco a continuación el artículo publicado hoy en El Mundo (así como su contrapunto). Debo indicar que, por cuestiones de espacio, se han comido los dos últimos párrafos, que se reproducen a continuación:
"El Gobierno de Zapatero -que desde el principio no ha ocultado su carácter jacobino, gobernando en contra de una parte de los españoles- ha dado sobradas muestras de su férrea determinación para impedir u obstaculizar el culto en el recinto como primer paso para cerrar el monumento, y por el momento lo ha conseguido -siquiera parcialmente- con los andamios colocados en la puerta del templo para las obras de “restauración” , hoy paralizadas, de la Piedad que la corona, pues sólo puede acceder a la Basílica quien quiere acudir a la misa conventual de las 11 de la mañana, para lo cual tiene que atravesar diversos túneles, pasadizos y ascensores, que convierten la visita en toda una aventura con el sabor emocionante de la clandestinidad. Es probable –dada la manifiesta ilegalidad con la que se ha procedido- que finalmente los Tribunales le obliguen a reabrir la Basílica, pero cada día que permanece cerrada –y la justicia no es precisamente rápida- es ya una victoria del resentimiento contra el derecho y la libertad.
Debemos exigir de quienes nos gobiernan que pongan su empeño al servicio del futuro de España y dejen para las generaciones venideras el juicio de la historia, huyendo de tentaciones iconoclastas más propias de civilizaciones instaladas en el arcano de la historia. Dejen en paz de una vez el Valle de los Caídos, que es patrimonio de todos los españoles –de los que les gusta y de los que no- y dedíquen esfuerzos y recursos a resolver los problemas que aquejan a una España menguante a la que quieren negarle el futuro precisamente los que se empeñan en aferrarse al pasado."
LFU
Estimado LFU,
ResponderEliminarPor motivos profesionales, mi padre se ha pasado media vida viajando a la República Popular China, incluso antes de que se establecieran relaciones diplomáticas en 1973. Invariablemente, cada vez que visitaba Pekín, sus anfitriones le llevaban a visitar la tumba de Mao -cuyo desmantelamiento no creo que se planteen nunca, dicho sea de paso-.
La cuestión es que aburrido de tanta visita se le ocurrió pagarles con la misma moneda, por lo que la siguiente ocasión que recibió a los funcionarios Chinos en Madrid los llevó a visitar el Valle de los Caídos en lugar de al Monasterio de El Escorial o el Palacio Real, como había hecho hasta esa fecha.
Desde entonces, cada vez que recibía una delegación china, lo primero que le pedían es que organizara una visita al Valle. De hecho, mi primera visita la hice con ocho o diez años de edad, acompañado de un montón de gente que vestía chaquetas con cuello mao.