29 de septiembre de 2010
Aguirre, en favor del «matrimonio» homosexual
Lo leo en La Razón de hoy y, aunque no me sorprende en absoluto, creo que merece la pena dejar constancia aquí para mis amigos «aguirristas» (que también los tengo), pues conviene que también vayan cayéndose del guindo.
Vaya por delante que el recurso del Partido popular no era precisamente una muestra de heroísmo cívico, pues su oposición se basaba más en cuestiones semánticas que de fondo, pero algo es algo, sobre todo si por ahí se evitaba la injusta equiparación de derechos entre el matrimonio, como unión de hombre y mujer y, por tanto, germen de la familia -una de las instituciones básicas y más necesarias de cualquier sociedad- y la unión de personas del mismo sexo, cuya regulación, en su caso, no puede ni debe implicar el disfrute de derechos tales como el de la adopción, obviando de forma irresponsable el derecho natural de cualquier niño a tener un padre y una madre.
Y si por esto me gano el calificativo de homófobo -de dudosa interpretación demántica- qué le vamos a hacer. Yo no estoy en contra de los homosexuales, pues esto sería tanto como estar en contra de la parra virgen, pero sí de que se les reconozcan unos derechos que, por derecho natural, no les corresponden. Al pan, pan y al vino, vino. Aguirre seguramente se ha ganado el premio Chueca, sin tener presente el daño que posiciones «liberales» como la suya puedan hacer. Ahí la tienen.
LFU
28 de septiembre de 2010
Sánchez Dragó y la España de Franco
Por Fernando Sánchez Dragó
Publicado en "El Mundo" Lunes, 20 de septiembre de 2010
Soy testigo presencial de los supuestos delitos que se juzgan y de la época en la que se cometieron. No pueden decir otro tanto Almodóvar, Javier Bardem, Juan Diego Botto o Almudena Grandes, y menos aún los bisnietos de las presuntas víctimas. Recuerde asimismo que mis palabras no son fruto de ideología, por carecer yo de ella, ni del afán de medro. “Vengo aquí por la indignación de tanta mentira. Las cosas no fueron como se cuentan” Al contrario: pueden costarme caras.
Nada tengo que ganar y sí mucho que perder. ¿Por qué, entonces, me meto en la boca de lobos que no son feroces, pues con sus plañidos sólo quieren estar cara al sol que más calienta? Se lo explicaré: vengo aquí movido por la indignación que tanta mentira me produce. Las cosas no fueron como sus testigos las cuentan. Yo estuve muchas veces en Correos y nadie me torturó.
Todos los españoles, todos, fueron víctimas de una guerra cuya estúpida crueldad se divide a partes iguales entre los Hunos y los Hotros. Y en cuanto a la posguerra, cierto es que los años del franquismo lo fueron de sombras para algunos, sobre todo al principio, pero también de luces para muchos. Y aun me atrevería a decir, jugándomela, que las segundas fueron más que las primeras. En la España de Franco que conocí sólo sufrían persecución quienes desde posturas radicales -las mías, por ejemplo- y buscando pelea se enfrentaban al Régimen. Créame si le digo que éramos pocos. Mis recuerdos lo son de un país abierto, alegre, divertido y más libre, en lo menudo, que el de ahora. Basta de mentiras. No reabra trincheras. No dé vivas a la República, que lo fue de infamia. Sobresea al asunto. ¿Habeas corpus? Pues aquí está el mío, señor juez. Ecce homo.»
27 de septiembre de 2010
«Latino-americanos»
"Seguramente ha salido de periodistas franceses o italianos la teoría de que los marcianos hablan latín. Acaso maquinan ya el vocablo «latino-marciano» (como hicieron con el «latino-americano») para excluir lo hispano si, como la otra vez, llegamos antes que ellos."
Agustín de Foxá. «Historias de Ciencia ficción». Ed. La Biblioteca del Laberinto. 2009
24 de septiembre de 2010
Bono, el rey del pueblo y los nostálgicos del régimen
Han leído bien. Y el autor de la frase no es otro que el inefable Bono, que nunca dejará de sorprendernos.
Cuando España se prepara para entronizar a una pobre hortera desgraciada como «princesa del pueblo», Bono nos ha recordado que Juan Carlos I merece ser recordado como «el Rey del pueblo».
Así que a Juan Carlos lo trajo el pueblo en volandas en contra del «franquismo opresor y cruel» ¿no es así Bono?
Es que no me canso, pasen y vean. Así lo trajo el pueblo contra los «nostálgicos» y así se pronunciaba el Rey del Pueblo contra el «dictador»
"Una figura excepcional entra en la historia. El nombre de Francisco Franco será ya un jalón del acontecer español y un hito al que será imposible dejar de referirse para entender la clave de nuestra vida política contemporánea. Con respeto y gratitud quiero recordar la figura de quien durante tantos años asumió la pesada responsabilidad de conducir la gobernación del Estado. Su recuerdo constituirá para mí, una exigencia de comportamiento y de lealtad para con las funciones que asumo al servicio de la patria. Es de pueblos grandes y nobles el saber recordar a quienes dedicaron su vida al servicio de un ideal. España nunca podrá olvidar a quien como soldado y estadista ha consagrado toda la existencia a su servicio. "
Lo dicho, Bono. Te has vuelto a lucir, machote.
LFU
23 de septiembre de 2010
Memorias de guerra: Divisionario versus Brigadista.
Memorias de un soldado de la División Azul de Jose María Blanch Sabench (año 2010)
La Guerra es Bella de James Neugass (año 2010).
«…Puestos a ver similitudes entre los testimonios que comento, en ambas memorias encontramos un testimonio de heroísmo que no es posible pasar por alto. Una juventud de ambos signos entregó sus años decisivos en la experiencia total que es la guerra y con una exhibición de generosidad, que está por encima de las propias causas que defienden»
Según pasan los años soy más partidario del género memorialista. Especialmente de las memorias de guerra, preferiblemente de soldados más o menos anónimos. No me valen las de generales o estadistas que están llenas de compromisos, cautelas u omisiones interesadas. Asumo con cierto optimismo dos factores inherentes al subgénero que garantizan el interés de todo lector. El primero, la fuerza de un buen argumento está servido, de oficio, por las circunstancias que rodean a toda guerra; como segundo factor, el itinerario del superviviente, sólo por el hecho de sobrevivir, aventura que hay algo extraordinario en su acontecer personal durante la contienda. Lo cierto es que estas dos condiciones no bastan por sí solas para dar empaque a unas memorias, porque toda buena historia necesita ser bien contada, sino, no luce lo que vale y no hay quien la lea, estudiosos aparte.
En el último mes, he podido leer dos libros apreciables de éste género, con algunas semejanzas notables y diferencias no menores. Memorias de un soldado de la División Azul de Jose María Blanch Sabench (año 2010) y La Guerra es Bella de James Neugass (año 2010).
Jose María Blanch Sabench, gerundense de 85 años, con 18 años se alistó voluntario en la División de voluntarios españoles que lucharon con el ejército alemán en el frente ruso en la II Guerra Mundial, conocida como División Azul. Recibió instrucción de artillero y desempeñó funciones como tal, combatiendo en varios frentes. Superviviente de una de las acciones más encarnizadas del frente ruso, la batalla de Krany Bor. Dada su capacidad para los idiomas ejerció también como traductor el alemán y ruso, recibiendo, por ello, formación especializada del ejército alemán.
James Neugass (1905-1948), procedente de una acomodada familia de Nueva Orleans recibió formación universitaria y con 32 se años y se alistó voluntario para ir al cuerpo auxiliar médico de los voluntarios comunistas llamados por Stalin de todo el mundo que lucharon junto al ejercito republicano, las llamadas Brigadas Internacionales. Durante los escasos 5 meses que estuvo en España fue conductor de ambulancias. Estuvo en el frente de Aragón hasta la retirada en 1938 del ejército rojo tras perder Teruel.
Las memorias del Divisionario, escritas recientemente, tienen un tono sencillo. Con objetividad relata los sucesos habituales que tan bien dibujan la rutina del soldado: las marchas de aproximación, los traslados de frente, el contacto con las unidades alemanas circundantes, la ocasional toma de contacto con el enemigo. Tampoco, le falta pulso literario para contar aquello extraordinario y singular. Escueto pero muy emocionante es el relato de la batalla de Krasny Bor en la que hizo gala de un heroísmo sobrio y en el que la Providencia le echó un capote formidable. Resulta curioso, como apenas hay juicios de valor y sí una transcripción fiel de todo aquello que a la impresionable edad de 18 años quedó grabado para siempre en el corazón y memoria del Divisionario: la entrega de los que se alistaron voluntarios; la conexión cordial de los soldados españoles con el pueblo ruso o la extraordinaria organización del ejército alemán. No menos interés, tiene su frecuente trato con los prisioneros del Ejército Rojo. Sin duda, Jose María Blanch tuvo y tiene una mirada libre de prejuicios y un corazón generoso, eso le hizo comportarse con la caballerosidad y nobleza del mejor soldado español. Con 18 años, el idealismo y un afán aventurero le impulsaron a devolver la visita en el año 42 a los comunistas rusos que vinieron en el 36 a España. Sus memorias atestiguan que se hizo hombre siendo soldado en el frente más duro de la II Guerra Mundial.
El relato de Neugass, tiene una marcada vocación literaria y en el mismo se nos revela que la visita a España tenía entre otros objetivos, el de acumular experiencias que le sirvieran para escribir. Sin duda, Neugass tuvo talento para la descripción y una sensibilidad afinada por su origen y estudios, pero la ideología que abrazó lastra de prejuicios su mirada sobre la realidad que presenció y el valor literario del relato. Éste quedó trufado de consignas políticas del momento que el autor machaconamente introduce cuando no narra los sucesos concretos en los que está envuelto. Su visión de la España nacional es maniquea y simplista (Iglesia cómplice del capital, nobleza explotadora, militares fascistas y moros a su servicio…), sus juicios sobre los prisioneros nacionales que fueron asistidos en los hospitales de las Brigadas resultan tan esquemáticos y pueriles que resultan contradictorios con el talento del autor y sólo se explican por el potente filtro y control ideológico que acompañaba a los Brigadistas. En algún momento, sus elogios del espíritu de las Brigadas resultan tan excesivos que suenan a las obligadas declaraciones de ortodoxia del Partido tan frecuentes en esa época. No obstante, sería injusto negar que Neugass tenía una indudable sensibilidad social y humana, y su relato lo trasluce. De hecho, procediendo de un ambiente acomodado, renunció a una existencia acomodada por un anhelo legítimo de reforma social y, equivocadamente, abrazó al comunismo como solución de los problemas sociales. Resulta reveladora una frase de sus memorias, ante la constatación de la dureza de la contienda, se interroga obsesivamente por los motivos de su venida a España y se responde “que no vino por amor sino por asco” a una España, la nacional, que, sin embargo, estaba lejos de conocer. Neugass, por su origen y formación, debió ser un comunista ortodoxo pero algo tibio para la época, que sin embargo creyó en la redención mesiánica de la humanidad que prometía el comunismo sin querer vislumbrar el sendero de destrucción que sembraba a su alrededor. Aventuro que esa es la razón y no otra, la que explica que el texto haya permanecido inédito hasta ahora. Neugass no fue un comunista suficientemente comprometido, no odió sin contemplaciones a su enemigo de clase, así sus memorias permanecieron sin publicar durante tantos años, porque, probablemente, a juicio del mandarín de turno que recibió el texto en su momento, no daban el tono requerido para la propaganda comunista, esa mezcla indisoluble de odio y mentiras.
Puestos a ver similitudes entre los testimonios que comento, en ambas memorias encontramos un testimonio de heroísmo que no es posible pasar por alto. Una juventud de ambos signos entregó sus años decisivos en la experiencia total que es la guerra y con una exhibición de generosidad, que está por encima de las propias causas que defienden. Asimismo, en ambas relatos, se detecta algo natural e inevitable, la sublimación de los recuerdos. Supongo, que es inevitable que la mente humana sólo pueda custodiar lo mejor de la experiencia guerrera, pues el reverso tiene tanta oscuridad que toda mente sana, debe, naturalmente, blanquearla. Asimismo, ambos lucharon con los bandos que perdieron sus respectivas guerras algo que puede ser anecdótico, pero que no lo fue para ellos, en absoluto.
Concluyo confrontando la diferencia esencial entre ambas memorias. Me arriesgo a explicarla por la distinción entre idealismo e ideología, o dicho de otro modo, entre unos valores o ideas que se confrontan con la realidad y los esquemas ideológicos que se imponen sobre la misma y la interpretan deformándola. Esta disquisición puede parecer algo abstracta, pero aventuro que se entiende mejor si uno escruta, mínimanente, la trayectoria vital posterior de ambos. Ambos resultaron perdedores de la contienda. En sus respectivos países, fuera de un breve momento de reconocimiento inicial, sus causas se volvieron indefendibles políticamente, caso de Neugass. Condenadas al olvido, para el Divisionario. Sin embargo, la experiencia de guerra de Blanch, parece resultar claramente un revulsivo, una suerte de catalizador para salir adelante en la empobrecida y convulsa posguerra española y europea, pues su génesis responde al entusiasmo juvenil y al idealismo de una época, libre de una rígida ortodoxia ideológica que la asfixiara. Para Neugass, en cambio su compromiso político comunista en España no encontró acomodo vital en la América de la II Guerra Mundial y en la posguerra posterior, de suerte que ni a sus hijos pequeños les pudo hablar con franqueza de ello. Y no, no fue sólo por la presión anticomunista ambiental del momento como se insinúa en el prólogo (que, por otro lado, empezó prácticamente con la muerte en 1948 de Neugass, al emperzar la guerra de Corea), lo terrible es que la experiencia decisiva de Neugass no pudo amoldarse a las exigencias de la ortodoxia estalinista de la época por su fuerte dosis de subjetividad, pero tampoco a las exigencias de libertad política de su país pues su visión política sectaria despreciaba, profundamente, las bases políticas de la democracia americana, revelando así la letal esterilidad de toda experiencia vital sometida al tamiz rígido de cualquier ideología, la comunista, en este caso.
César Utrera-Molina Gómez.
21 de septiembre de 2010
El Abad del Valle de los Caídos denuncia el acoso que sufre la Basílica
En su homilía del pasado día 14 de septiembre, festividad de la Exaltación de la Santa Cruz, el Abad del Valle de los Caídos D.O.M. Anselmo Álvarez Navarrete, volvió a hacer pública su denuncia sobre la situación de acoso gubernamental que sufre el sagrado recinto y sobre la cual sigue pesando el más oominoso velo de silencio por parte de toda la clase política:
«(...) El rechazo de la Cruz es el rechazo de Cristo. No es extraño, por eso, que en torno a ella se esté librando la última batalla, como se libró la primera junto al árbol del paraíso. Pero sabemos que ella es más fuerte que las «puertas del infierno» y que todos los efímeros poderes humanos: «lucharán contra ti pero no prevalecerán» (cf Ap 12, 8) porque, como dice un escritor judío contemporáneo: «los abrazos de todo el mundo son más débiles que los brazos extendidos de Cristo» (Joseph Brodski).
Si algún día las cruces fueran desterradas físicamente siempre se alzará un altar en los corazones y una oración en el alma de muchos hombres, que mantendrán vivos el recuerdo y el amor de esa cruz, hasta que se cumpla lo anunciado: «la señal de la Cruz aparecerá en el cielo cuando el Señor venga a juzgar esta tierra». De hecho, es la Cruz lo único que permanece firme (Stat Crux): frente a todo lo que es pasajero: hombres, ideologías, sistemas, luchas; frente a todo lo que la desafía pero junto a todos los que la aman y esperan en ella. Por eso, la cruz será lo último que desaparezca de este mundo.
Esa Cruz tiene un asiento preferente en este Valle de los Caídos, en el que un grupo de monjes canta diariamente sus alabanzas y eleva su oración por aquellos cuyos restos fueron depositados a su sombra, en espera de la resurrección. Junto a ella se levanta una Basílica y un monasterio, cuyo conjunto constituye uno de los monumentos más insignes erigidos a la gloria de Dios. Expresamente ha sido definido como lugar de culto, por tanto lugar de la presencia y de la gracia de Dios, de oración y de meditación; por consiguiente, un lugar inofensivo, abierto a todos como signo de paz, de acogida y de concordia; lugar que cobija sin discriminaciones a los adversarios del pasado, que ha contemplado multitudes de visitantes y peregrinos, venidos siempre en son de paz, de plegaria o de contemplación de la fiesta estética y espiritual que el Valle les ofrece. Una cruz y un templo no perturban a nadie sino que, por su propio significado, abren sus brazos y sus puertas a todos.
Sin embargo, este lugar de culto se encuentra hoy notablemente condicionado en su uso por circunstancias poco convincentes.
Se alude a una falta de seguridad para los visitantes de la Basílica. Pero un peligro o una inseguridad material hipotéticos no pueden ser pretexto para impedir de manera continuada el ejercicio de un derecho real y fundamental, consignado en todas nuestras fuentes legales. La suspensión de este derecho, para la que nunca ha existido consentimiento por parte de la institución a la que corresponde la autoridad de iure sobre la Basílica, y que afecta a todos los posibles usuarios de la misma, resulta un daño cualitativamente superior a los riesgos eventuales que sirven de pretexto. No porque esos riesgos nos resulten indiferentes, sino porque es sabido que pueden ser anulados con las máximas garantías, mediante procedimientos técnicos completamente fiables. Por eso urgimos a que no se demoren las medidas que posibiliten el rápido restablecimiento de las actividades normales de la Basílica y de la vida del Valle, en armonía con la naturaleza del lugar y de su propia finalidad legal.Confiamos estas intenciones a la Santa Cruz del Valle y a la reliquia del lignum crucis que después vamos a venerar, y de cuya recuperación nos gozamos, al mismo tiempo que damos gracias a Dios.»
20 de septiembre de 2010
La Legión cumple 90 años
Hoy, hace 90 años, el ceutí Marcelo Villareal Gaytán estampó su firma en la Hoja de alistamiento del Tercio de Extranjeros, convirtiéndose en el primer legionario español de la historia que encontraría la muerte años más tarde, después del desembarco de Alhucemas, en la ocupación de Monte Malmusi, siendo ya Brigada, tras diversos ascensos por méritos de guerra.
Ese sencillo acto -pese a que el decreto fundacional fue suscrito por el Rey Alfonso XIII el 28 de enero de 1920- fue adoptado por la nueva unidad de choque del ejército español, como punto de partida de su ya gloriosa andadura, en la que se ha convertido en la unidad más laureada de nuestras fuerzas armadas, con 22 laureadas individuales, 7 laureadas colectivas, y 211 Medallas Militares individuales y 22 colectivas.
Desde su fundación son muchos miles los legionarios que han ofrecido su vida por España en heróico sacrificio. Desde estas páginas mi felicitación y reconocimiento a todos los españoles que desde cualquier puesto son o se sienten caballeros legionarios.
Viva España y Viva la Legión
LFU
17 de septiembre de 2010
«Una historia de guerra» Emocionante homenaje en Mazar Shariff
Alguien escribió en cierta ocasión que si una historia de guerra parece moral, no debe creerse. Y alguna vez lo repetí yo mismo. Pero eso no es del todo verdad. O no siempre. Como todas las cosas en la vida, la moralidad de una historia depende siempre de los hombres que la protagonizan, y de quienes la cuentan. Ésta de hoy es una historia de guerra, y quiero contársela a ustedes tal como algunos amigos míos me han pedido que lo haga. La moralidad la aportan ellos. Yo me limito a ponerle letras, puntos y comas.
Base de Mazar Sharif, Afganistán. Cinco guardias civiles, de comandante a sargento, perdidos en el pudridero del mundo, formando a la policía afgana. Cinco guardias de veintidós llegados hace cinco meses y medio, desperdigados por una geografía hostil y cruel, en misión de alto riesgo, en una guerra a la que en España ningún Gobierno llamó guerra hasta hace cuatro días. Los cinco de Mazar Sharif, como el resto, eran gente acuchillada, porque lo da el oficio. Sabían desde el principio que a la Guardia Civil nunca se la llama para nada bueno. Y menos en Afganistán. Si lo que iban a hacer allí fuera fácil, seguro, cómodo o bien pagado, otros habrían ido en vez de ellos. Aun así, lo hicieron lo mejor que podían. Que era mucho. Atrincherados en una base con americanos, franceses, holandeses y polacos, vivían con el dedo en el gatillo, como en los antiguos fuertes de territorio indio. Igual que en los relatos de Kipling, pero sin romanticismo imperial ninguno. Sólo frío, calor, insolaciones, sueño, enfermedades, soledad. Peligro. Los únicos cinco españoles de la base, de la provincia y de todo el norte de Afganistán.
Ellos y sus compañeros habían llegado a la misión tarde y mal, aunque ésa es otra historia. Que la cuenten quienes deben contarla. Aun así, con la resignada disciplina casi suicida que caracteriza al guardia civil, se pusieron al tajo. Como era de esperar, no encontraron la mesa puesta. Quien estuvo por esos mundos con militares norteamericanos, holandeses y franceses, sabe de qué van las cosas. Sobre todo con los norteamericanos, que tienen a Dios sentado en el hombro como los piratas llevan el loro. Para hacerse un hueco entre sus aliados, distantes y despectivos al principio, no hubo otra que la vieja receta de Picolandia: aprender rápido, trabajar más que nadie, no quejarse nunca y ser voluntarios para todo. Y por supuesto, tragar mierda hasta reventar. Y así, a base de orgullo y de constancia, poco a poco, los cinco hombres perdidos en Mazar Sharif se hicieron respetar.
Un triste día se enteraron de la muerte de sus dos compañeros en Qualinao. De la pérdida de dos guardias civiles de aquellos veintidós que llegaron hace medio año, y de su intérprete. Y pensaron que el mejor homenaje que podían hacerles era que la bandera norteamericana que ondea en la base fuese sustituida, aquel día, por la española a media asta. Eso no se hace allí nunca, aunque a diario hay norteamericanos muertos, los franceses sufrieron numerosas bajas, y también caen holandeses y polacos. Así que el jefe de los guardias civiles, el comandante Rafael, fue a pedir permiso al jefe norteamericano. Accedió éste, aunque extrañado por la petición. Saliendo del despacho, el guardia civil se encontró con el jefe del contingente francés, quien dijo que a él y a sus hombres les parecía bien lo de la bandera. En ésas apareció otro norteamericano, el mayor James, que nunca se distinguió por su simpatía ni por su aprecio a los españoles, y con el que más de una vez hubo broncas. Preguntó James si los muertos de Qualinao eran guardias civiles como ellos, y luego se fue sin más comentarios.
A las ocho de la tarde, cuando fuera de los barracones apenas había vida, los cinco guardias se dirigieron a donde estaba la bandera. Formaron en silencio, solos en la explanada, cinco españoles en el culo del mundo: Rafael, Óscar, Rafa, Jesús y José. Cuando se disponían a arriar la enseña, apareció el teniente coronel francés con sus cuarenta gendarmes, que sin decir palabra formaron junto a ellos. Luego llegaron el mayor James, el teniente Williams y veinte marines norteamericanos. Y también los polacos y los holandeses. Hasta el pequeño grupo de Dyncorp, la empresa de seguridad privada americana destacada en Mazar Sharif, hizo acto de presencia. Todos se cuadraron en silencio alrededor de los cinco españoles, que para ese momento apretaban los dientes, firmes y con un nudo en la garganta. Y entonces, sin himnos, cornetas, autoridades ni protocolo, el capitán Rafa y el sargento José arriaron despacio la bandera. Una historia de guerra nunca es moral, como dije antes. Si lo parece, no debemos creerla. Pero a veces resulta cierta. Entonces alienta la virtud y mejora a los hombres. Por eso la he contado hoy.
16 de septiembre de 2010
La ayuda de Franco a los judíos
http://www.arriba-lfu.com/2007/10/francisco-franco-y-la-persecucin-de-los.html
http://www.arriba-lfu.com/2009/05/la-espana-de-franco-y-la-shoa-ii.html
http://www.arriba-lfu.com/2009/05/la-espana-de-franco-y-la-shoa-ii.html
Pero, ante la contumacia del poder mediático de la izquierda que recurrentemente se empeña en manipular la historia hasta hacerla irreconocible, lo mejor es sacar los documentos que acreditan la verdad de la historia.
Bien están los homenajes a Sanz Briz y a otros diplomáticos españoles, que como el cónsul en Viena Schwartz actuaron decididamente para salvar vidas de judíos en la persecución nazi, asumiendo riesgos personales. Pero resulta mezquino convertir tales homenajes en reproches al Gobierno español, presentando a dichos diplomáticos como outsiders del régimen. Esto es, simple y llanamente mentira.
Como acertadamente destaca la Fundación Francisco Franco en su página el entonces Ministro español de Asuntos Exteriores, José Félix de Lequerica (si tenéis paciencia, no os perdáis la burda manipulación que de su actuación se hace en wikipedia), comunica a nuestro embajador en Washington resultados de la acción española en defensa de los judíos. Y en esta ocasión tiene un aspecto fundamental ya que nuestro embajador está en contacto permanente con el Consejo Mundial Judío, que reside en la capital norteamericana y que está muy atento e interesado por la acción española. En esta comunicación el ministro señala los logros obtenidos en Hungría, actuación tan brillante y esforzada del Encargado de Negocios Sanz Briz “hecha tras insistentes órdenes por nuestra parte”. Bien claro queda la acción decisiva del gobierno en esta comunicación, así como la de fronteras abiertas en España para los judíos, incluso sin papeles, y los roces con Berlín que estas acciones provocaron.
Aquí está el telegrama:
La revista judía The America Sephardi afirma: “en contraste con Inglaterra que cerró las fronteras de Palestina a los judíos que huían del nazismo y la destrucción y en contraste con la democrática Suiza que devolvió al terror nazi a los judíos que llamaban a sus puertas buscando ayuda, España abrió su frontera con Francia ocupada admitiendo a todos los refugiados sin distinción entre los que se encontraban los clandestinos. El Sabat Vayis Cah (22 de noviembre de 1975), los coeditores de la revista acudieron a rezar por Francisco Franco ante el arca de la histórica sinagoga hispano portuguesa y tras mencionar su nombre se añadió la frase “por su ayuda a los judíos durante la Gran Guerra”.
Franco hizo muchas cosas mal en cuarenta años, no cabe duda. Pero en su haber tiene también muchas otras buenas y, desde luego, nadie puede negar la impresionante ayuda humanitaria que prestó al pueblo judío en uno de los momentos más dramáticos de su historia, cuando otras naciones como Inglaterra o Suiza miraban para otro lado. Ya va siendo hora de que lo que reconocen muchos judíos e instituciones hebreas se plasme en un reconocimiento oficial del Estado de Israel. Es de justicia.
LFU
14 de septiembre de 2010
Liberados sindicales
No se entiende –o se entiende demasiado bien- por qué tanto miedo a llevar a la luz pública el debate de la vox populi sobre el anacronismo, despilfarro y falta de respeto que constituye la existencia de los llamados “liberados sindicales”.
Parece mentira que sólo Aguirre se haya atrevido a mentar la bicha y ya ha salido el simio Méndez y su congénere De la Vega a anatemizarla, comparándola con el pirómano pastor.
Vayamos por partes: no estamos ya en la época de Dickens. Los trabajadores cuentan con una legislación –en su mayor parte heredera del franquismo- que les protege frente a cualquier veleidad explotadora del empresario y cuentan con una protección jurisdiccional que funciona razonablemente bien. Además, el trabajador puede acudir a los Sindicatos para que éstos le asesoren y defiendan y, en la era de las comunicaciones, no tienen que recorrer grandes valles para alcanzar su objetivo. Entonces, ¿para qué sirven los liberados sindicales? Muy sencillo: se trata de auténticos comisarios políticos de las centrales sindicales, cuyo puesto de trabajo es intocable, están “liberados” de la carga de trabajo que soportan el resto de sus compañeros, pero cobran lo mismo.
Sinceramente resulta indecente que con más de cuatro millones de parados haya más de treinta mil paisanos intocables que viven de nuestros impuestos sin pegar un palo al agua y que constituyen un elemento tan anacrónico como los alguacilillos que “despejan” el ruedo en las plazas de toros, sólo que a éstos últimos no les pagamos el sueldo todos los españoles con nuestro sueldo.
En España hay demasiado miedo a poner en su lugar a los sindicatos –mucho más en época preelectoral-, pero si todos nos tenemos que apretar el cinturón ya va siendo hora de que, al igual que sucede en Francia o en Alemania, se empiece a debatir en serio la necesidad de que los sindicatos vivan de las cuotas de sus afiliados y no dependan de mis ingresos o, al menos, que salgan a la luz pública las millonarias subvenciones que reciben de forma directa e indirecta, a través de fundaciones y terceras entidades con cargo al erario público para conocimiento general.
Zapatero ha vaciado la caja en estos siete años y ya no puede untarles más. Pero el trato de favor dispensado y el acomodamiento burgués en el que han caído los dos mariachis sindicales, parecen haber conseguido romper el tabú sindical al dejar al aire sus vergüenzas. Su prepotencia ha impedido cualquier acuerdo sobre la reforma laboral hasta que el Gobierno –cogido por el pescuezo desde fuera- ha tenido que hacer una reformita. Y ahora, encima, cargan contra los empresarios y la derecha como culpables de la crisis.
España necesita imperiosamente un replanteamiento serio de muchas de sus instituciones y estructuras administrativas que resultan anacrónicas, inútiles y que no nos podemos permitir económicamente. Racionalícese de una vez por todas la administración del Estado y las administraciones periféricas aprovechando sinergias y desterrando su utilización como centros de acomodo de amiguetes del partido. Y acábese, de una vez por todas, con los privilegios sindicales, que deberían llenar de oprobio a cualquier sociedad bien regida.
LFU
13 de septiembre de 2010
Vocento neutraliza el ABC
Expósito ha demostrado ser un periodista ágil, brillante y con independencia de criterio, algo -ésto último- que finalmente le ha costado el puesto. ABC empezaba a recuperar su imagen tradicional que había perdido en la etapa del sesudo Zarzalejos --que estuvo a punto de hundirlo-, pero Vocento prefiere un hombre de paja al frente de su cabecera estrella al que poder manejar según soplen los vientos del poder.
El nuevo director no ha sido precisamente un amigo de la derecha y sin duda ahí está la razón de que La Voz de Galicia haya cambiado de Director, pues ahora toca llevarse bien con el nuevo poder establecido en Galicia.
Auguro una caída libre al ABC, en beneficio de La Razón y La Gaceta, prestos a quedarse con el material de derribo. Siempre le quedarán las esquelas, pero esto también tiene una vida limitada.
A Expósito le han buscado un acomodo en la 10. Ojalá la convierta en una televisión de las que se pueda ver tranquilamente sin tener los cinco sentidos alerta para proteger a la infancia. Lo malo es que estas dan menos dinero...
LFU
9 de septiembre de 2010
Hastio de Sindicatos
Es la palabra más suave que encuentro para definir la campaña mediática de los sindicatos de cara a la huelga trampa del próximo día 29. Pero la campaña -una basura inconmensurable- les define.
Indignación, lo que siento al cuenta de que yo he pagado con mis impuestos una parte de esa campaña.
Impotencia de ver la plaza de Vistalegre repleta de miles de vagos y maleantes con pañuelo rojo -liberados sindicales- preparados todos para trabajar el único día del año que lo hacen: justo el que quieren impedir que trabajemos los demás.
Hastío, de una sociedad adocenada que no se rebela contra estos sinvergüenzas que se lo están llevando crudo desde el año 2004 para taparles la boca. ¿Alguien ha escuchado a algún dirigente del PP denunciar la sinvergonzonería de esta caterva de ladrones? ¿Acaso todo vale con tal de que el infame se desgaste?
Urge, aunque sea tarde, un cambio radical que busque la regeneración de la sociedad española y haga temblar sus cimientos. Ya no sirven los parches. (Y no penséis que estoy haciendo apología del golpe de Estado. Tras leer a Malaparte, he quedado convencido que, hoy en día, la regeneración tiene que surgir de la propia sociedad y de su hartazgo)
LFU
8 de septiembre de 2010
Nuestra Señora de la Victoria
La imagen
La imagen de Santa María de la Victoria es una escultura ejecutada en madera policromada, sedente sobre roca y con Niño en el regazo. Su autoría es una incógnita, si bien se barajan hipótesis entorno a Pedro Millán y Juan de Figueroa (Siglo XV). Destacan su frontalidad de gran empaque mayestático, rostro oval de serena expresión realista y pliegues angulosos de los vestidos. En la mano derecha porta un cetro y sobre la izquierda lleva posado un pajarito; a los pies figura la inscripción de rasgos gotizantes de finales del siglo XV (+SANTAMDLAVITORIA+). El Niño se encuentra en actitud de bendecir, es obra de Adrián Risueño (1943).
Patronazgo
La Virgen de la Victoria es Patrona Principal de Málaga y su Diócesis desde el día 12 de diciembre de 1.867. Por un “breve” otorgado por el papa Pío IX. Era Obispo de Málaga Don Juan Nepomuceno Cascallana.
En 1940 el Papa Pío XII concedió la Coronación Canónica a la imagen de Santa María de la Victoria. En 1941 se constituye la junta pro-coronación, encargada de organizar los actos y buscar fondos necesarios. La Virgen fue coronada el 8 de febrero de 1943 por el nuncio de su Santidad, D. Cayetano Cicognani, en el Paseo del Parque junto a la fuente de las Tres Gracias. Era Obispo de Málaga Don Balbino Santos y Olivera.
7 de septiembre de 2010
El regreso
No está el barro para hacer muñecos. El fantasma del paro ha dejado de ser un expectro para convertirse en una realidad cercana a cada uno de nosotros. El pesimismo se ha instalado en una sociedad inerme, impotente ante la colosal inutilidad de un gobierno en liquidación por derrribo (¡qué cabe decir de un gabinete que con más de un 20% de paro prescinde virtualmente -aunque sigue cobrando- de su ministro de trabajo para hacer campaña electoral en Cataluña!) y hastiada de una oposición cómoda en el sistema e instalada en el dontancredismo, esperando a ver pasar el cadaver de su enemigo.
España, por su historia y su prestigio, merece algo mejor, pero tenemos una sociedad instalada en la telebasura y en el subsidio a la que cada vez más le importa una higa que nos precipitemos hacia el abismo. Necesitamos un poco de aire puro en medio de esta atmósfera turbia y agotada, voces nuevas que traigan de nuevo la esperanza al pulso exangüe de España, refundando un sistema político que se ha revelado funesto y absolutamente pródigo y aniquilador de recursos.
España necesita algo del sentido común que se perdió al redactar el título VIII de la Constitución y ha brillado por su ausencia en el desquiciado e inacabable proceso autonómico que acabará por quebrar irremisiblemente las arcas del Estado.
Y termino por donde empecé. No está el panorama como para quejarse de la vuelta al trabajo. Pero ojalá algún día podamos volver a contestar con normalidad, para cumplir el trámite, que la vuelta ha sido durísima.
Un abrazo a todos
LFU
2 de septiembre de 2010
Zapatero y el "chapiri"
En algunos círculos militares trata de restarse importancia al asunto alegando -como siempre- razones estrictamente operativas y circunscribiendo su supresión a las misiones internacionales.
Personalmente, me sorprende el recurso a la eficacia operativa, porque un ejército sin ritos y tradiciones acaba convirtiéndose en un grupo de mercenarios al estilo "blackwater". Un inglés se mondaría de risa si tratásemos de buscar razones operativas a los gorrazos negros de la guardia escocesa o a los cascos con plumones de su escuadrón de caballería.
Si hablamos de razones operativas, supongo que la presentación de credenciales de los embajadores dejará de hacerse en carrozas de época y uniforme y pasará a realizarse por correo electrónico y teleconferencia.
Yo, por si acaso, he vuelto a sacar del armario el chapiri que mi padre me regaló cuando aún no había cumplido los cinco años para lucirlo en mi casa, con orgullo y desafío.