(Foto: El Mundo)
España ha llegado por primera vez a la final de un mundial de fútbol por la puerta grande, y con el aliento ilusionado de toda una gran nación que, por unos días, ha recuperado el sentimiento de unidad y de orgullo patrio, dando la espalda a los genios de la disgregación, que se han quedado con el paso cambiado.
Que además el gol decisivo de España lo haya marcado un catalán, es para los que que amamos a España por catalana y a Cataluña por española, un motivo más de satisfacción y orgullo, al tiempo que lo es de gran preocupación y congoja para los que odian todo lo español. No en vano hemos sabido que en algunos campamentos de verano organizados por la Generalidad de Cataluña se prohibió a los niños ver el partido, que el alcalde de Bermeo suspiraba para que ganase Alemania: «Espero que Alemania nos dé una alegría», decía molesto; que el Diputado general de Álava afirmase jovial que «Preguntarme sobre el Mundial sería como preguntarme de un campeonato de rugby en Estados Unidos»; que el Alcalde de Guernica, un tal Gorroño, afirmase que «No tengo ningún interés en ese partido» y que que algún otro lider tribal hacía vudú con la camiseta de la selección.
Ayer ganó España y no perdió Alemania, que jugo y fue derrotada con caballerosidad. Perdieron los jefes de las tribus que vieron cómo en sólo 90 minutos se desmoronaba el castillo de arena que han estado fabricando con ladino esfuerzo durante 30 años, convocando en un sólo grito a todos los españoles que lo celebraban por igual en Bilbao que en Almería y en Barcelona que en Badajoz.
El futbol y nuestra flamante selección han demostrado ser el mejor antídoto de la irresponsabilidad de ZP y del odio de los nacionalistas. Ojalá el domingo vuelvan a flamear, ufanas, miles de banderas nacionales en toda España. Y a los que les pique, que coman ajos.
LFU
España ha llegado por primera vez a la final de un mundial de fútbol por la puerta grande, y con el aliento ilusionado de toda una gran nación que, por unos días, ha recuperado el sentimiento de unidad y de orgullo patrio, dando la espalda a los genios de la disgregación, que se han quedado con el paso cambiado.
Que además el gol decisivo de España lo haya marcado un catalán, es para los que que amamos a España por catalana y a Cataluña por española, un motivo más de satisfacción y orgullo, al tiempo que lo es de gran preocupación y congoja para los que odian todo lo español. No en vano hemos sabido que en algunos campamentos de verano organizados por la Generalidad de Cataluña se prohibió a los niños ver el partido, que el alcalde de Bermeo suspiraba para que ganase Alemania: «Espero que Alemania nos dé una alegría», decía molesto; que el Diputado general de Álava afirmase jovial que «Preguntarme sobre el Mundial sería como preguntarme de un campeonato de rugby en Estados Unidos»; que el Alcalde de Guernica, un tal Gorroño, afirmase que «No tengo ningún interés en ese partido» y que que algún otro lider tribal hacía vudú con la camiseta de la selección.
Ayer ganó España y no perdió Alemania, que jugo y fue derrotada con caballerosidad. Perdieron los jefes de las tribus que vieron cómo en sólo 90 minutos se desmoronaba el castillo de arena que han estado fabricando con ladino esfuerzo durante 30 años, convocando en un sólo grito a todos los españoles que lo celebraban por igual en Bilbao que en Almería y en Barcelona que en Badajoz.
El futbol y nuestra flamante selección han demostrado ser el mejor antídoto de la irresponsabilidad de ZP y del odio de los nacionalistas. Ojalá el domingo vuelvan a flamear, ufanas, miles de banderas nacionales en toda España. Y a los que les pique, que coman ajos.
LFU
2 comentarios:
Totalmente de acuerdo contigo, LFU. El triunfo de la selección española de fútbol en el mundial es el mejor varapalo, aunque sea deportivo el triunfo, que se le puede dar a los mezquinos y miserables nacionalismos separatistas que padecemos y, les demuestra al mismo tiempo, que el pueblo español no comparte dichas ideas insolidarias. España es una, grande y libre, aunque les moleste oirlo decir a esta gentuza separatista.
Le deseo toda la suerte del mundo a nuestra selección y que den una lección de unidad y patriotismo.
¡Arriba España!
Saludos, LFU.
Un abrazo.
Que sigan comiendo ajos, porque además, este domindo no será "la roja" sino una "división azul" la que nos lleve a ganar el mundial.
Un abrazo
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