27 de abril de 2010

Marcos Ana: Un asesino al frente de la manifestación



Desde que algunos medios como La Gaceta comenzaron a descubrir la verdadera identidad del llamado «Marcos Ana», rescatado por la Izquierda como símbolo de las víctimas del franquismo, no he parado de bucear en hemerotecas, encontrando joyas como la que aparece en la cabecera de esta entrada, editorial de ABC cuya lectura recomiendo.

Resulta cuando menos sintomático que la izquierda haya tenido que echar mano de un asesino de curas como icono de las víctimas del franquismo, aunque resulte terrible para los que fueron tratados injustamente en la posguerra que éste deleznable sujeto enarbole la bandera de los represaliados.

Recojo a continuación un artículo obtenido de El Librepensador sobre esta prenda que parece llamado a compartir con Garzón las nuevas camisetas de la rancia y casposa progresía.

LFU


«MARCOS ANA»

Hasta hace poco tiempo, este personaje era un perfecto desconocido para la inmensa mayoría de los españoles. Ni siquiera muchos de los de su cuerda habían oído hablar de él. Lo cual, no quiere decir que de vez en cuando alguien lo sacara a la luz, pero ésta parecía dañar a la débil epidermis del personaje y poco después desaparecía en las sombras (hace bastantes años lo hizo Jesús Quintero, ya se sabe, “el Loco de la Colina”, en uno de sus pringosos programas radiofónicos). Pero la progresía más rencorosa y miserable, apoyada por instituciones políticas, también rencorosas y miserables, han decidido acabar con este estado de cosas, y en la “gran tenida” se ha decidido elevar al llamado Sebastián Fernando Macarro del Castillo, alias “Marcos Ana”, a la cumbre de la gloria democrática.

Además de “víctima de las cárceles franquistas” y “comunista luchador por la libertad”, este individuo, como Dios no lo remedie, será “Premio Príncipe de Asturias”, como lo piden centenares de asociaciones, partidos políticos y ayuntamientos. No hay más que pasearse por Internet para darse cuenta del barullo que alguien ha decidido levantar. Es como si los sectarios, hasta ahora prudentes, hayan “roto aguas”, y ya ni les importa que la personalidad de Marcos Ana salga a la luz, ellos son los amos de los medios de comunicación y pueden manipularlos a su antojo. Si algunos les restregamos la biografía siniestra de su admirado vate, con considerarnos “fascistas irredentos”, se acaban las discusiones.

Y alguno, harto de preámbulos, dirá: ¿y quién diablos es este Marcos Ana? Vamos a transcribir lo que LA VANGUARDIA de Barcelona (¿qué dirá hoy?) publicaba el 12 de agosto de 1963 (hemerotecas…) sobre un homenaje que se le hacía en Montevideo a este personaje. Hay que leerlo despacio y sin dejar una línea.

UN PASADO SINIESTRO


Sebastián Fernando Macarro del Castillo, a quien la propaganda comunista ha pretendido convertir en poeta con el ambiguo nombre de «Marcos Ana», no es otra cosa que un vulgar asesino. Sus crímenes aún se recuerdan con horror -por el sadismo con que fueron cometidos- en Alcalá de Henares, principal escenario de sus fechorías.

La frialdad con que asesinaba el entonces imberbe militante del partido comunista produce aún en las personas que le conocieron un sentimiento de, viva repugnancia, que contrasta con el «rédito con que parece contar en determinados sectores del extranjero el individuo en cuestión «Marcos Ana» asesinó por su propia mano, de un disparo en la nuca, al sacerdote don Marcial Plaza Delgado, en la tarde del 23 de julio de 1936.

El sacrílego asesinato fue cometido en presencia de la madre y otros familiares del sacerdote. Pocos instantes después, mientras la víctima era atendida, aunque infructuosamente, por su madre y por uno de sus primos, “Marcos Ana» asesinaba, -también con el frío estilo soviético del tiro en la nuca- a don José Plaza Torres, padre del sacerdote a quien había asesinado minutos antes. Dos días antes, es decir el 21 de julio de 1936, el ahora agasajado “poeta” había asesinado a don Augusto Rosado Fernández, a quien había sacado de su domicilio con el pretexto de que debía prestar una declaración sin importancia. El crimen fue cometido también personalmente por «Marcos Ana» en el lugar conocido por «la tierra de los ahorcados», exactamente donde ahora se alza la fábrica «Boca» de Alcalá de Henares. También se le considera responsable de las muertes de don Francisco Mirón y de don Faustino Plaza.

Según el testimonio de las personas que tuvieron que soportar su criminal actividad en Alcalá de Henares, persona que detenía el ahora llamado «Marcos Ana» era asesinada en el acto, o poco después aparecía su cadáver ensangrentado en el cementerio de la localidad o en sus inmediaciones.

Con independencia de estos crímenes, «Marcos Ana» saqueó a mansalva edificios religiosos y domicilios particulares, lucrándose personalmente de los botines que obtenía.

Todos estos crímenes hubieran merecido en cualquier país la más rigurosa aplicación de la justicia. Pero «Marcos Ana» pudo beneficiarse de la suavidad del sistema que ahora ataca y fue puesto en libertad en 1961. Arropado por la fabulosa capacidad publicitaria del comunismo internacional, el criminal de Alcalá de Henares pretende ahora presentarse ante la opinión pública internacional como un manso poeta, que ha sufrido los rigores de las cárceles españolas.

EFE

*****************

Después de ese repaso a las actuaciones del joven Macarro, recordamos lo que escribía Galdós en “El Gran Oriente”: Viendo a los hombres en ciertas ocasiones de delirio, no se puede menos de considerar a la hiena como un animal caritativo. Pues esta joya es propuesta para el “Premio Príncipe de Asturias”.

En el relato que hace EFE sobre Marcos Ana no dice que se libró de la pena de muerte debido a la circunstancia de que, cuando cometió estos crímenes, era menor de edad y sólo tenía 19 años. Sorprende un poco que en la torcidas biografías de este criminal se dice que fue al frente, pero se le retiró porque era menor de edad. Tanto en la zona roja como en la nacional, muchachos de 19 años, y aun con menos edad, combatían en el frente y, si mataban, también podían morir, no como el miserable Marcos Ana al que nos imaginamos en retaguardia, como un Alberti cualquiera, luciendo valerosamente su pistolón ante sus desarmadas víctimas.

No es el “Premio Príncipe de Asturias” un modelo de independencia y equidad, pero si cometiera esta felonía, la institución debería ir pensando en tomar pasaje para Marsella.

por Jesús Flores Thies

8 comentarios:

  1. ...y con calle en Sevilla mientras se la quitan a tu padre.

    En fin...

    ResponderEliminar
  2. No lo sabía, pero nada me extraña desde que le pusieron una a Pilar Bardem, que tanto ha hecho por esa tierra. Qué pena

    ResponderEliminar
  3. Creo que fue Angel Ganivet el que dijo que la máxima aspiración de todo español era tener en su poder una carta foral, con un único artículo, redactado de la siguiente manera: "Este español esta autorizado a hacer lo que le venga en gana".

    Saludos LFU, y gracias por estar ahí.

    ResponderEliminar
  4. Muy buena -y oportuna- la cita de Ganivet, otro gran olvidado.

    Y gracias por leerme

    ResponderEliminar
  5. Y más de lo mismo. Ahora, ellos, los rojos, tanto sociatas como comunistas, y aprovechando que quedan muy pocos supervivientes de la Guerra Civil, ya se lanzan abiertamente a aprovecharse de su victimismo para falsear la historia, echándole injustamente toda la culpa al bando nacional y quedar ellos como únicas víctimas, cuando la mayor parte de los represaliados republicanos por el bando nacional lo fueron por causas justificadas, entre ellos este sinvergüenza de Marcos Ana, que de santo no tuvo nunca nada de nada.

    Y mi apoyo moral y con mucha estima a vuestro padre, D. José Utrera, todo un caballero comparado con esta gentuza roja. No se merece que le hayan quitado en Sevilla una calle con su nombre.

    ¡Arriba España!

    Saludos, LFU

    ResponderEliminar
  6. Hola, soy un joven que llegó a esta página buscando informaciones, en contra de Marcos Ana, para contrastar lo hasta ahora leído, sus poemas y autobiografía que, desde luego me han dejado buen sabor de boca.

    Yo no me aferro a unos ideales, actualmente soy más bien conservador y pienso que la izquierda española actual da vergüenza políticamente hablando.

    Sin embargo, me gustaría tener conocimientos y opiniones sobre la guerra civil y el franquismo basados en hechos probados, objetivos, ya que es casi imposible encontrarlos, éste tema es un ejemplo: Es fácil encontrar artículos de la izquierda diciendo que es un héroe y que nunca usó la violencia y al revés. Sin embargo, nadie prueba nada:

    Dos artículos de periódicos escritos en pleno franquismo, donde evidentemente no existía libertad de prensa e interesaba criminalizar a un comunista que deunciaba los abusos del régimen por todo el mundo, no son ninguna prueba consistente, además he encontrado distintos asesinatos según los medios que consulto.

    También me parece raro que, si se probaron dichos asesinatos, no se le diera garrote en la posguerra y se le dejara en libertad a los 23 años que es mucho para un preso político pero muy poco para un asesino múltiple en el franquismo.

    Una prueba, o al menos un indicio sólido sería que saliera un descendiente de los asesinados diciendo que su madre o abuela le contó que en efecto este hombre fue el asesino ya que, al parecer, lo vieron con sus propios ojos y, sinceramente no entiendo, si esa versión es verdad, como oyendo los premios que le dan no salen a decirlo

    ResponderEliminar
  7. No tengo constancia de que nadie haya pedido la revisión de su proceso, ni que se haya negado la información que aparecía en La Vanguardia, ABC y ahora La Gaceta, que de ser falsas, serían claramente querellables. Por otra parte, fueron miles las condenas a muerte que se conmutaron durante la posguerra, merced a múltiples indultos parciales.
    Marcos Ana tiene abierta la´vía de la justicia para querellarse por injurias y calumnias si todo lo dicho es falso. Si no lo hace, parece evidente que es porque no tiene ganas de remover su siniestro pasado.

    ResponderEliminar
  8. Macarro fue condenado a muerte en 1943, pero como era menor, en el momento de los hechos, en 1936, su pena fue conmutada a 30 años de reclusión

    ResponderEliminar