26 de enero de 2010
Francisco Franco en mi recuerdo
Conocí a Francisco Franco cuando contaba tan sólo seis años y estaba muy lejos de pensar que, treinta años más tarde, habría yo de engrosar las diezmadas pero aún firmes filas de quienes, de forma pertinaz y un tanto romántica, seguimos empeñados en defender su memoria y la verdad de un tiempo que muchos españoles se han dejado arrebatar indiferentes ante la manipulación y la mentira de los muñidores del «pensamiento único». Y es que, si entonces eran legión quienes le adulaban, comenzando por quien hoy es –por que así lo quiso él- Rey de España, ahora resulta poco menos que temeraria la sola mención de su nombre si no es para arrojar cobardes lanzadas a su memoria.
Fue mi padre quien, consciente de lo irrepetible de la ocasión, quiso darme la oportunidad de conocer a su único Capitán; al hombre al que había empeñado su lealtad hacía casi cuarenta años en un juramento de fidelidad al que hoy sigue haciendo honor como el primer día. El recuerdo de aquella tarde es una deuda más que se une a la infinita cuenta de gratitud que tengo con él.
De aquél 19 de diciembre de 1974 en el Pardo se entremezclan en el recuerdo imágenes grabadas en mi retina de niño con otras adquiridas con el tiempo. Pero junto a la patética visión de las manos temblorosas del hombre que aún regía los destinos de España, aún resuenan en mi memoria unas palabras que ya nunca habría de olvidar. Poniéndome la mano en la cara, Franco me dijo: «sólo te pido una cosa: que seas tan bueno como tu padre». Ignoro qué extraño mecanismo haría que una frase tan sencilla en apariencia quedase para un niño como recuerdo imborrable de aquella fecha. Sólo después de muchos años he podido entender, al fin, que aquellas palabras –pronunciadas meses antes de su muerte- eran la muestra de gratitud de quien comenzaba a sentir el dolor de la soledad y el frío de la traición, hacia quien le había demostrado el calor de una lealtad sin fisuras.
Mi lealtad a la memoria de Francisco Franco está pues, en mis venas, pero nunca se ha sentido incómoda en mi cabeza. Cuanto más me he acercado después a su figura, a su trayectoria vital y a su obra, mejor he comprendido la fidelidad que le demostraron tantos españoles, aún cuando la muerte convirtió su nombre en blanco del odio y la mentira, y tan provechosa fue la traición, el olvido y el silencio de los que tanto le debían.
Pero es ahora, cuando el gobierno más indigno de nuestra historia ha concentrado todo su odio en borrar su recuerdo con la complicidad silenciosa y a veces entusiasta de la oposición; cuando una mayoría de los españoles asisten indiferentes a un colosal espectáculo de manipulación histórica que llena de ignominia retrospectiva a varias generaciones que hicieron posible con su esfuerzo el bienestar del que disfrutamos, cuando siento un mayor orgullo en proclamar mi gratitud como español a Francisco Franco y a todos cuantos, bajo su larga jefatura, hicieron posible el resurgir de una nación reducida a cenizas por el odio desatado por el marxismo que probó por primera vez en España el sabor amargo de la derrota.
Lealtad y gratitud que no deben confundirse con «franquismo», pues valorar con justicia los logros de un régimen fruto de una coyuntura histórica irrepetible es cosa muy diferente que pretender el absurdo de su proyección en el futuro de España.
Winston C. Churchill llegó a afirmar “el pasado de la URSS es impredecible”, en alusión a los rectificados oficiales de la historia rusa en la Enciclopedia Soviética, que de una edición a otra convertía a héroes en traidores; o que restauraba como líderes modélicos a quienes ya habían sido condenados y ejecutados por las nomenklaturas del momento. Lo mismo cabe decir del nuestro, merced a la irresponsabilidad de una clase política acomodada entre la mentira y el complejo. Por eso, he vuelto a recordar las palabras con las que termina Laurent del Ardeche su célebre Historia del Emperador Napoleón Bonaparte: “El inmenso drama de su maravilloso destino terminará con el cerramiento de las puertas de su fúnebre tumba; pero esta tumba esclarecida subsistirá para lección eterna e inexorable de la humanidad entera: allí estará para recordar perennemente a los mortales que, a pesar de las contiendas y pasajeros triunfos de los partidos, el tiempo trae consigo la justicia, deja pasar la tormenta y ve crecer los laureles”.
LFU
Además de la nobleza de mantenerse fiel a un ideal y un compromiso, compartes con tu padre el coraje de proclamarlo públicamente frente a los enanos de la historia dispuestos a despellejaros por ello.
ResponderEliminarEnhorabuena. Y que ladren.
Gracias Gonzalo, confieso que me mueve un ansia furtiva de no abandonar una juventud que se me escapa abrazándome a la cómoda indiferencia que me rodea.
ResponderEliminarPreciosa entrada, hermano. Un abrazo. César.
ResponderEliminarEspléndida entrada, ¡bravo!
ResponderEliminarLF, no he leido todo lo que has escrito, pero se me antoja difícil que puedan ser más nobles, sentidas y hermosas que esta entrada.
ResponderEliminarEs tan raro y escaso el ver, o mejor, leer en estos tiempos algo asi.
Es tan gratificante el ver de forma nítida, limpia y clara, una demostración como la que tu haces de lealtad a unos ideales, amor y respeto a quienes ofrecieron lo mejor de ellos mismos por su Patria, acompañado de profundidad y coherencia intelectual, a la vez que unida al sentido comun que nos alerta de los riesgos y peligros que tienen esta clase de actitudes, que me invade un enorme sentido de satisfacción y gratitud al leerla.
En relación con ello, la otra noche repusieron la entrevista a tu padre en el canal digital "B" de Intereconomia, donde demostraba, una vez más, su lealtad y nobleza, capaces de emocionar a todo buen nacido, a la vez que, como buen falangista, ese alma sensible de poeta, que tu tambien has heredadio y de la que es buena muestra este blog y esta entrada en especial.
Si tengo claro que es un orgullo el apellidarse Utrera Molina, no se me escapa la dificultadd y responsabuilidad, que para cualquier hombre de bien, conlleva el intentar estar a la altura de esos apellidos. Es por eso que estoy convencio que tu padre, aunque seguro sienta tambien el dolor de la soledad y el frío de la traición de muchos, sentira también el orgullo de haber conseguido culminar con exito la obra más importante de su vida, haber educado y visto crecer a hijos de los que enorgullecerse.
Un fuerte abrazo y mi más sincera y emocionada enhorabuena por esta entrada.
Guillermo
Gracias César y DAL por vuestra felicitación.
ResponderEliminarGuillermo, no tengo palabras, porque la emoción de las tuyas, que no merezco, me ha dejado mudo de agradecimiento.
Enhorabuena Ipe, y es que el ejemplo que hemos tenido y seguimos teniendo en nuestro padre de entrega y servicio sin fisuras a España, materializado de una manera especial en la causa de los indefensos, independientemente de su ideología, es el código que dejó su Capitán, y que también reivindico, porque como consecuencia de ello España consiguió una de las mejores etapas de prosperidad y desarrollo de su historia.
ResponderEliminarReyes
Muy bueno tu comentario.Rocio
ResponderEliminarIpe hoy veo en mi correo esta entrada, aunque suelo leerlas desde que se de la existencia de este blog, soy seguidora tuya y me gusta cómo expresas tus recuerdos, sentimientos e ideas. Te doy la enhorabuena!!
ResponderEliminarUn abrazo desde Boadilla
Aurora Molina( hija de Luis Miguel)
Que alegria, Aurora! Muchas gracias por leerme y aguantarme. Estoy en contacto con el primo Angel que tambien se asoma a veces a esta ventana. Un abrazo
ResponderEliminarQuerido Felipe,
ResponderEliminarEnhorabuena por el artículo. Íntegro y elegante como todo lo que sale de la factoría Utrera-Molina.
Creo que más grave que la actitud zapaterista es el abominable silencio de los otros; ése es el gran problema.
Pero, siguiendo a San Juan, serán vomitados por su tibieza.
¡Viva Franco!
Miguel Toledano.
Enhorabuena Luis Felipe, una gran entrada. Sincera y emotiva, clara y valiente, digna de un español y soldado de verdad. Se notan los genes y nuestra querida Academia Toledana. La Lealtad no está de moda, pero gracias a Dios siguen quedando en nuestra Patria quienes no renuncian a sus principios ni reniegan de su pasado, entre los que también me incluyo. Y no hay nada más hermoso y gratificante para nuestra conciencia que esta Lealtad.
ResponderEliminarUn abrazo y ARRIBA ESPAÑA
Antonio Vallejo
Tres preguntas quisiera hacerle, don Luis Felipe, y le pediría que me contestara con absoluta franqueza:
ResponderEliminar- ¿Cree usted en la democracia de partidos?
- ¿Es o ha sido usted votante del PP?
- ¿Qué opina usted de que el alcalde de Madrid consintiera (puesto que sin su consentimiento no hubiera sido posible) la retirada de la última estatua de Franco en Nuevos Ministerios?
Gracias y un saludo fuerzanovista.
Que facil!
ResponderEliminarA la primera, no. Se ha convertido en una oligarquia de los partidos y no en un sistema verdaderamente representativo. Pero es lo que hay y tenemos que esforzarnos para que se cambie.
A la segunda, si. Lo hice y ya me confese. Me acogi a las palabras de Jose Antonio "en estas elecciones votad lo menos malo pero sabed que no saldra de ahí nuestra EspaÑa". Solo he merecido su desprecio, y no volvere a caer en el mismo error.
A la tercera, si busca en este blog, encontrara la respuesta, puesto que esta publicada. Me parecio mal y por eso hice lo posible para que la justicia declarase la ilegalidad cometida por todos. Por ahora lo ha hecho. Esperaremos a que el Supremo tenga las narices de resolver en derecho y ordene la reposicion de la Estatua. Si llega ese momento querre ver la reaccion de todos.
Un saludo a nuestro estilo (nunca fui de Fuerza Nueva)
Le agradezco sus respuestas sinceras. Yo nunca he sido votante del PP (aunque tuve tentaciones) y lo tengo a gala.
ResponderEliminarOtra cosa. Si no quiere, no responda, pero ¿a qué se refiere con que sólo mereció usted el desprecio del PP?
AE
No encuentro mejor forma de definir la actitud del PP en el Ayuntamiento de Sevilla y la Diputacion de Malaga con respecto a la Ley de Memoria Historica. Y el de Madrid. Yo me siento absolutamente despreciado. Claro que soy una minoria.
ResponderEliminarFabuloso artículo de tu padre en ABC sobre la última hazaña de la "memoria histórica".
ResponderEliminarSiempre está en su sitio con enorme dignidad. Enhorabuena!
Hola Pipe, soy Enrique Fernandez, hijo de Antonio Fernandez, de Nerja, Malaga, conocido de tu padre, no se si me recuerdas, creo que eramos los unicos en el pueblo, que nos saludabamos con el brazo en alto, al grito de, ARRIBA ESPAÑA, siempre estais en mi mente y mi recuerdo, aun cuando niños, en los 70`s, tu bastante pequeño, y tu padre aun ministro del mivimiento, cuando veraneabais en la casa de nerja, yo pasaba con mi padre en el coche y recuerdo verte sentado encima del guardi civil que vigilaba tu casa, que usaba una silla y tu estabas con tu boina, no se si de la OJE o de la FE, despues en ocasiones en los veranos nos encontrabamos, una que otra vez por el pueblo, la ultima vez que recuerdo vernos fue en un pub al frente del hotel monica, en el año 1987 u 88, despues de eso, me marche para Costa Rica, donde resido desde entonces, mi padre fallecio hace ya algunos años, pero se que le ubiera gustado enviarles un gran saludo, tanto a ti, como a tu querido padre, igualmente de mi parte, por favor, dale mis saludos a tu padre y un gran abrazo. tengo una foto que publicaron el pasado 20 N. en la que estas tu con tu padre y hay dos señoras no se si es tu madre? igualmente un saludo para ella.
ResponderEliminartambien pude ver fotos de tu boda, no se si tendras algun hijo, yo tengo uno, de ocho años, al que le digo, ARAÑA y me responde ARRIBA ESPAÑA.
Espero que recibas este mensaje y recuerdes algo de lo que te cuento.
PD. FELICITARTE POR TU ARTICULO Y ESPERO PODER LEER MAS DE TI, SIEMPRE ES GRATO LEER COSAS INTERESANTES, Y ESPERO QUE LOS ESAÑOLES DESPIERTEN DE ESTA PESADILLA QUE SE ESTA VIVIENDO EN ESPAÑA, Y QUE, VUELVAN BANDERAS VICTORIOSAS.
un saludo desde Casta Rica,
enrique f.
Querido Enrique: Claro que te recuerdo y cómo no a la gran persona que fue tu padre (q.G.h.). No puedes hacerte una idea de la ilusión que me hace tenerte en esta modesta bitácora que me sirve de semanal desahogo para denunciar la podredumbre a la que ha llegado esta bendita nación. Seguimos siendo fieles a Nerja, donde mis padres pasan largas temporadas y mis dos hijas se han hecho nerjeñas de adopción. Respecto de la foto del 20 de noviembre, te agradecería me enviaras una copia para verla pues no recuerdo haberla visto. Aquí me tienes para lo que quieras y si cruzo el charco para esa bonita tierra en la que vives, no dudes que te avisaré. Recibe, junto con tu familia un entrañable abrazo desde la madre Patria con la esperanza de volver a tenerte en este blog.
ResponderEliminarMi nombre es Álvaro Manuel Varela, soy argentino descendiente de cuatro abuelos españoles, todos gallegos, que me enseñaron a amar a España y a su Caudillo.
ResponderEliminarTenía 9 años cuando murió el Generalísimo. Recuerdo cómo lloré aquel 20 de noviembre.Y cómo anoté en mi cuaderno escolar “Caudillo de España y de la Cruzada por la Gracia de Dios”, ante el asombro de mis compañeros de clase, que no sabían de qué estaba hablando.
Tantos años después, te agradezco tu fidelidad al Capitán de la España Una Grande y Libre. Mientras viva, su busto seguirá en mi escritorio y la bandera de España jamás se arriará de mi pieza. Recibe un fuerte abrazo de este argentino, que por serlo, es también un español de allende los mares.
Comparto íntegramente tu comentario, camarada. Yo también estuve en El Pardo en diciembre de 1974, unos días antes que tú, en la concentración juvenil con motivo del 34º aniversario de la fundación del Frente de Juventudes, aunque yo ví al Caudillo de lejos. Yo era mayor que tú, tenía 17 años, y la siguiente vez que ví al Generalísimo fue ya cadáver, en su funeral el 23 de noviembre de 1975. Yo estaba formado en la explanada (en aquella ocasión era Jefe de Centuria de la OJE).
ResponderEliminarSeremos pocos los que aún permanecemos fieles a la memoria, pero seguimos "inasequibles al desaliento" pese a unos y a otros, pese a la izquierda revanchista y a la derecha cobarde y zafia.
Un saludo a nuestro estilo junto con un fuerte ¡¡¡Arriba España!!!.
Un camarada leonés
Que Dios te lo pague, camarada. Tu comentario me ha emocionado y te dire que a mi padre, a quien se lo he leido y organizo aquella concentracion, tambien. Un abrazo y un enorme Arriba EspaÑa!
ResponderEliminarDesde que tengo uso de razón que, Franco me impresionaba. Lo veia en el NO-DO y sentia un orgullo inmenso de que gobernara España. Era el hermano, el padre y el abuelo de todos los españoles a los que entrego toda su vida. Aquel 20-N del 75, senti que con su muerte se moria España. Es tan inmensa su figura que en el mundo no ha habido otra que lo empequeñecera. Mi mayor satisfacción es no haber renegado de El, seguir defendiendole hasta mi ultimo aliento. No encuentro palabras para expresar mis sentimientos a ese elegido.
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