COMUNICADO DE PRENSA DE LA FUNDACIÓN FRANCISCO FRANCO ANTE LA OFENSIVA ICONOCLASTA DEL GOBIERNO SOCIALISTA.
El gobierno socialista parece decidido a culminar en 2010 la estrategia iconoclasta iniciada con la denominada “Ley de Memoria Histórica” y se dispone así a arrancar de la geografía nacional placas, menciones o hitos que puedan recordar, no ya el nombre de Francisco Franco, sino de cuarenta años de la historia reciente de España y de cualquier persona, institución o entidad “contaminada” por haber prestado su colaboración o haber servido a España bajo el mandato del Generalísimo Franco. Reviste especial gravedad, por el ámbito en que se realiza y por la entidad de sus destinatarios, la reciente eliminación por orden del Ministerio de Defensa, previo minucioso y humillante inventario y ante el silencio de estupefacción de nuestros soldados, de las menciones, placas y monumentos dedicados a verdaderos héroes de la historia de nuestros Ejércitos, cuyo recuerdo y ejemplo está por encima de contingencias históricas e ideológicas.
Para tal propósito no ha dudado en utilizar cuantiosos recursos públicos en un tiempo en el que la responsabilidad de cualquier gobernante prudente aconseja atender a necesidades más apremiantes en una nación que roza ya el 20% de tasa de desempleo. Y paralelamente el gobierno de Rodríguez Zapatero está utilizando esa ley de la Memoria Histórica, que no es otra cosa que un intento de reabrir la guerra civil, invirtiendo el pasado. Y todo ello lo ha hecho con el silencio –cuando no la complacencia - del principal partido de la oposición, que no ha acertado aún a comprender la verdadera magnitud de la inicua pretensión que está detrás de esta estrategia de manipular la historia y la memoria colectiva.
Ante esta situación y desde la enorme fragilidad de quiénes ya sólo tienen la palabra pero no han claudicado ante la desmemoria y la ingratitud, la Fundación Nacional Francisco Franco quiere denunciar la enorme injusticia histórica que se está cometiendo y recordar al pueblo español que la ingente y fecunda obra del régimen nacido el 18 de julio de 1936, también sin placas, menciones ni monumentos va a permanecer en la memoria colectiva de los españoles. La furia iconoclasta del gobierno no podrá borrar jamás las conquistas sociales de los trabajadores, la Seguridad Social y su red hospitalaria, las infraestructura hidráulicas, viarias y ferroviarias y tampoco el legado de varias generaciones de españoles que bajo el mandato de Francisco Franco, empeñaron su esfuerzo, su ilusión y su trabajo en convertir una España atrasada, con altos índices de analfabetismo y con graves desigualdades sociales en una Nación moderna y culturalmente avanzada que llegaría a convertirse a finales de los años 60 del S. XX en la octava potencia industrial del mundo con el menor índice de presión fiscal y una situación de pleno empleo que garantizaría el éxito de la Transición. Un tiempo para la historia grande de España.
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