2 de septiembre de 2009

Alertas


De vuelta a la fragua, sólo se habla de la crisis, de la gripe A y de vez en cuando, de las alertas por olas de calor.

Cuento entre mis amigos a varios que han sufrido el virus H1N1 con extraordinaria levedad y sin tomar otra cosa que paracetamol y bisolvón a los más tosedores. Pero en la era de la comunicación y del auge de la responsabilidad civil, comprendo que las alertas se disparen, por si acaso.

Hablando de alertas, no dejan de tener su gracia las alertas multicolores que últimamente se anuncian, cada dos o tres días, por altas temperaturas. Debo confesar que durante el mes de julio –que para mí no fue especialmente caluroso en Madrid- llegué a preocuparme por si había mutado mi temperatura corporal. Pero comentándolo con allegados, llegué a la conclusión de que es una manifestación más de la era preservativa que vivimos.

Pero para lo que no estamos suficientemente preparados es para lo de la crisis. Por cierto, ¿alguien ha visto en los últimos dos meses a la Ministra de Economía?.

LFU

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