Sopla por fin el aire de poniente y el cambio de aires se lleva otro verano, como se llevó a Mary Poppins en mi película favorita. Es momento de hacer balance y lo primero, con la que está cayendo, es dar gracias a Dios por haberlo disfrutado, a mis padres por habernos abrazado a todos en ese bendito refugio de El Alamillo con el que sueñan mis hijas como lo hacía yo de chico y a mi mujer por llevar tan bien el compartir sus vacaciones con una tribu tan numerosa y variopinta.
A todos se nos fue Rafael Ariza para hacernos añorar cada 14 de agosto su llamada y el recuerdo entrañable de una mañana calurosa de la Sevilla de 1962 en la que mi padre tomó posesión de un sueño que aún le sigue visitando de cuando en cuando, llenando su corazón de jacarandas y azahares, de campanas y de incienso.
Mi frágil Azorín, estrenando matrícula, nombre y emblema, me ha permitido alejarme del bullicio playero con un buen número de bisoños marineros y marineras que mañana recordarán esas cortas travesías por los acantilados de Nerja, adornando el recuerdo con la candorosa imaginación de sus acelerados corazones. (Conserva pequeño Lucas, esa ilusión marinera que te viene de tu limpia estirpe)
Como cada año por estas fechas, mi plegaria se eleva entre las copas de este viejo jardín, lleno de poesía, con el deseo de que nadie falte a la cita, ahora ya más cercana, de un nuevo verano tan rico en armonía, paz y alegría como el que ahora se despide.
LFU
2 comentarios:
Por esta zona de la Costa del sol también se nota el solplo de poniente y la luz ya no es la misma. Ciertamente, se nos va otro verano, con sus recuerdos para todo el año. Doy gracias a Dios de haberlo podido disfrutar junto a mi familia y le pido poder seguir disfrutando de muchos veranos más . Si además alguno viene precedido de una primavera que vuelva a reir, todavía mejor. Nos vemos en Madrid. Hasta pronto.
Un abrazo.
Antonio Vallejo
Por esta zona de la Costa del sol también se nota el solplo de poniente y la luz ya no es la misma. Ciertamente, se nos va otro verano, con sus recuerdos para todo el año. Doy gracias a Dios de haberlo podido disfrutar junto a mi familia y le pido poder seguir disfrutando de muchos veranos más . Si además alguno viene precedido de una primavera que vuelva a reir, todavía mejor. Nos vemos en Madrid. Hasta pronto.
Un abrazo.
Antonio Vallejo
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