Con asombro, ma non troppo, leo que la Mesa del Congreso admitió este martes a trámite una iniciativa de ICV en la que propone que se reprueben "públicamente" las declaraciones efectuadas por el Papa Benedicto XVI sobre el SIDA y el uso del preservativo en su reciente viaje por África. Al parecer, los votos a favor de las diputadas Ana Pastor y Celia Villalobos, del Partido Popular, han permitido que haya salido adelante la moción.
De Celia Villalobos, quintaesencia del más rancio merdellonismo malagueño, me lo espero todo; no así de Ana Pastor, de quien tenía mejor opinión.
En cualquier caso, tal propuesta de reprobación no es más que una muestra más de la cobarde intolerancia del Matrix progre –del que ocasionalmente forma parte el partido popular- para con la Iglesia Católica.
Cobarde porque está por ver que alguna vez reprueben las declaraciones de imanes y muecines del Islam en materia de derechos humanos, no vaya a ser que a algún imán se le ocurra la feliz idea de dictar una fatwa islámica y se les acabe la tranquilidad.
Intolerante, porque el Papa, como cabeza de la Iglesia Católica tiene todo el derecho del mundo a impartir doctrina de la Iglesia, que las Sras. Villalobos y Pastor son muy libres de seguir o no, pero que, cuando menos, tienen la obligación de respetar.
Por último, injusta, porque el Papa en África se limitó a denunciar que la política de fomento del preservativo no ha puesto coto a la propagación del sida, sino que ha servido para fomentar la promiscuidad –algo que parece indiscutible- y pidió que se fomenten valores como la fidelidad conyugal y el matrimonio y la familia cristiana. “Muy a menudo, las enfermedades que atenazan algunas partes de la sociedad africana, como la promiscuidad, la poligamia y la difusión de enfermedades de transmisión sexual, pueden estar directamente relacionadas con nociones equivocadas de matrimonio y vida familiar".
En todo caso, se apruebe o no la moción –que se aprobará- estoy seguro de que no le inquietará lo más mínimo al Papa que está muy por encima de la bajeza del parlamento español dedicado a estupideces como ésta en lugar de trabajar de verdad para el bienestar del pueblo español, tan necesitado en estos momentos de la responsabilidad de sus gobernantes.
LFU
1 comentario:
Eso retrata la indigencia intelectual y la pobreza moral (aparte la torpeza diplomática) de nuestro Parlamento. Lo de nuestro es ironía, claro.
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