21 de noviembre de 2008

Málaga y Utrera Molina. No te cambio tu olvido por mi pena.


La Diputación Provincial de Málaga, a propuesta del grupo socialista, se dispone a retirar los honores concedidos en 1975 al malagueño José Utrera Molina, mi padre. La única razón: su credo, su insobornable lealtad a un ideal que ha mantenido limpiamente a lo largo de su vida, sobre todo en un tiempo en el que tantos otros, que habían estado a su lado, se alistaron a las filas de la amnesia, el silencio y la deserción, para evitar el oprobio que esperaba a los que no estaban dispuestos a abjurar de sus principios.

Los abrazos se tornaron en olvidos, cuando no en desprecios. Solo quedaron los que rinden culto verdadero a la amistad, por encima de conveniencias. Los amigos del alma.

Su amor por Málaga, su eterna nostalgia del mar, se vio sólo correspondido por el testimonio de la sencilla gente a la que ayudó de forma entusiasta y desinteresada. Los ojos de agradecimiento de quienes lograron un empleo o cambiaron una existencia miserable en las chabolas de la playa de San Andrés por una vivienda digna, eran premio suficiente para quien siempre se rebeló contra la injusticia y utilizó el poder para transformar la realidad y mejorar la vida de sus paisanos.

Hoy, treinta y dos años después, el olvido ha dado paso a la sinrazón del odio. Podrán retirarle los honores y oropeles del ayer. Pero no podrán contagiar su noble corazón con la mugrienta grasa de su resentimiento. Y hay algo más que nunca podrán quitarle: el arrebatado y amoroso orgullo de quienes llevamos su apellido con la cabeza muy alta.

Dios ha querido que viva para contemplar la miseria de tantos enanos que se revuelcan en el fango de su propia iniquidad, pero también para ver que allí donde se ofenda a su limpio nombre habrá siempre, al menos, ocho voces que, como la mía, clamarán como una sola en defensa de su honor, de su vida y de su ejemplo.

Termino con ese soneto, dedicado a Málaga, que sus nietos más pequeños ya recitan, balbuceantes, bajo la mirada amorosa de un hombre esencialmente bueno.

MÁLAGA

No te cambio tu olvido por mi pena.
Vale más mi dolor; cuenta saldada.
Se lo digo en la noche a mi almohada
Y está mi corazón de enhorabuena.

Alguna que otra vez, un tenue velo
enternece el recuerdo. Aquella esquina
que ayer doblé impaciente, se ilumina
con las mismas estrellas en el cielo.

Me imagino que el mar no habrá cambiado,
que como siempre, romperá su espuma
en el pecho del viejo acantilado.

Mecido por las olas se ha dormido
mi ayer: la oscura desazón se esfuma.
¡Ya no queda recuerdo de tu olvido!

José Utrera Molina


Un fuerte abrazo, papá, desde el fondo de mi alma.

LFU

11 comentarios:

  1. Luis Felipe, suma al menos una voz más a la tuya y tu familia. Málaga es la tierra de mi mujer y, por ello, también es como mi segunda casa, motivo por el que aún me duele más la bajeza moral de esa gente. Tampoco cambio el olvido por mi pena.
    Un fortísimo abrazo a tu padre, un caballero español como pocos, y, por extensión, a toda una familia ejemplar.

    Antonio Vallejo

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  2. Lo de retirar honores retrospectivamente es triste, pero no sorprende. Sin embargo, qué belleza el primer verso del soneto. El último verso es un cierre espléndido, desde luego, pero qué primer verso. Mi aplauso más sincero a su autor.

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  3. Gracias Antonio, por tu amistad y por tu cariño, en los que me honro.

    Y gracias, Enrique por tus palabras y por tu magnífica página "Rayos y Truenos" que me descubrió nuestro común amigo DAL y desde la que nos regalas tu esplendida poesía.

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  4. Gracias Ipe por expresar tan perfectamente lo que todos sentimos en estos momentos, Alejandro cuando se enteró de la canallada me recordó una de la Bienaventuranzas que también nos viene al caso: Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia porque de ellos es el Reino de los Cielos.
    Enhorabuena y gracias
    Reyes

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  5. Ipe, tu padre será siempre un autentico "gentleman", que es lo mas parecido al "caballero cristiano" que tan bien definía M. Garcia Morente. No hace falta mas que leer sus respuestas ante estos tios gandules a los que pagamos todos, y que de no ser ser por el pesebre politico estarían engrosando las listas del paro.

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  6. Los honores los conceden los que los poseen, por eso engrandecen al que los recibe. Los quitan los que los desconocen, y por eso engrandecen al que se los retiran.
    Pepe, te han vuelto reconocer los merecidos honores que un día te concedieron. Un abrazo muy fuerte

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  7. Precioso comentario, que no merece quedar en el anonimato. Muchas gracias, quienquiera que seas.

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  8. Qué verguenza siento como malagueño.
    Está visto que los apóstoles del rencor no descansan.
    Un fuerte abrazo para tu padre (al que le sobra y le basta con el orgullo de tener un hijo como tú).

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  9. Gracias Gabirol. Me alegro de que tu aliento venga de Malaga. Un abrazo

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  10. Impresionado todavía por la crueldad infinita de quienes no tienen sentimientos, quiero dejar constancia del rechazo a esta medida llevada por el odio, el sectarismo y el rencor de quienes no tienen ni sentido del honor, ni sentimientos, ni son agradecidos a quien años antes les dio lo que jamás soñaron tener algún día.
    Mi apoyo absoluto e incondicional para todos vosotros y especialmente para tu padre al que siempre he admirado y ha constituido para mi un ejemplo, y al que hoy, tras esta medida de sin razón, admiro más.
    Un fuerte abrazo
    Ángel Molina

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  11. Buen artículo hoy sobre tu padre en el diario SUR de Málaga, firmado por Pedro Luis Gómez.
    Si no lo encuentras te pongo el link.
    Un saludo

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