27 de noviembre de 2008
Málaga y Utrera Molina (II). Manuel Alcántara
La sinrazón del espíritu cainita de algunos y la injusticia produce en ocasiones reacciones de dignidad y coraje como la del gran poeta y escritor Manuel Alcántara quien en su artículo publicado el sábado en los 28 diarios provinciales del grupo Vocento, rindió un precioso homenaje a la amistad y al honor:
"Pepe Utrera"
HABLO del Excelentísimo señor don José Utrera Molina, con la excusa de que nos conocimos casi en el Antiguo Testamento, cuando yo tenía diez años y él doce, calle de la Victoria, arriba. Le llamo Pepe. Somos amigos de eso que se llama de «toda la vida», aunque ninguna de las dos haya llegado a su final y puedo decir algo de cómo era, o sea, de cómo sigue siendo. Ahora leo que la Diputación de su bien amada tierra de Málaga, que es la misma mía, quiere retirarle los honores que se ganó, luchando precisamente por ella.
Resulta que Pepe Utrera es el único personaje de toda la lista de represaliados retrospectivos que puede sufrir la absurda venganza. A los otros desposeídos les traerá sin cuidado, ya que lo han dejado «entre la azucenas olvidado» o entre las trincheras o los hospitales. No combatió él contra nadie. Todo lo contrario: ayudó a construir algo en lo que creía. Le vi por tierras de Ciudad Real y Burgos, en jornadas maratonianas. Y luego en Sevilla, donde literalmente era adorado. Lo he visto siempre, ya que en mí no ha tenido un camarada, sino un amigo, que es categoría algo más definitiva. Hace falta ser brutos para intentar restarle a un hombre cabal lo que ha venido sumando a lo largo de los años. También hace falta ser ladrón para robarle a alguien los honores acumulados. Ser excelente es mucho más difícil que ser excelentísimo y me duele que este rencoroso propósito haya nacido en nuestra tierra. ¡Qué razón tenía don Gregorio Marañón cuando me dijo que «las guerras civiles duran un siglo»! Hace falta que se liquiden tres generaciones para que la llamada «memoria histórica» no chorree sangre. Pero él no es culpable de nada, porque le bombardearon la infancia. Mira, Pepe: te podrán quitar los honores, pero no el honor.
MANUEL ALCÁNTARA
No se puede decir más ni mejor.
LFU
21 de noviembre de 2008
Málaga y Utrera Molina. No te cambio tu olvido por mi pena.
La Diputación Provincial de Málaga, a propuesta del grupo socialista, se dispone a retirar los honores concedidos en 1975 al malagueño José Utrera Molina, mi padre. La única razón: su credo, su insobornable lealtad a un ideal que ha mantenido limpiamente a lo largo de su vida, sobre todo en un tiempo en el que tantos otros, que habían estado a su lado, se alistaron a las filas de la amnesia, el silencio y la deserción, para evitar el oprobio que esperaba a los que no estaban dispuestos a abjurar de sus principios.
Los abrazos se tornaron en olvidos, cuando no en desprecios. Solo quedaron los que rinden culto verdadero a la amistad, por encima de conveniencias. Los amigos del alma.
Su amor por Málaga, su eterna nostalgia del mar, se vio sólo correspondido por el testimonio de la sencilla gente a la que ayudó de forma entusiasta y desinteresada. Los ojos de agradecimiento de quienes lograron un empleo o cambiaron una existencia miserable en las chabolas de la playa de San Andrés por una vivienda digna, eran premio suficiente para quien siempre se rebeló contra la injusticia y utilizó el poder para transformar la realidad y mejorar la vida de sus paisanos.
Hoy, treinta y dos años después, el olvido ha dado paso a la sinrazón del odio. Podrán retirarle los honores y oropeles del ayer. Pero no podrán contagiar su noble corazón con la mugrienta grasa de su resentimiento. Y hay algo más que nunca podrán quitarle: el arrebatado y amoroso orgullo de quienes llevamos su apellido con la cabeza muy alta.
Dios ha querido que viva para contemplar la miseria de tantos enanos que se revuelcan en el fango de su propia iniquidad, pero también para ver que allí donde se ofenda a su limpio nombre habrá siempre, al menos, ocho voces que, como la mía, clamarán como una sola en defensa de su honor, de su vida y de su ejemplo.
Termino con ese soneto, dedicado a Málaga, que sus nietos más pequeños ya recitan, balbuceantes, bajo la mirada amorosa de un hombre esencialmente bueno.
MÁLAGA
No te cambio tu olvido por mi pena.
Vale más mi dolor; cuenta saldada.
Se lo digo en la noche a mi almohada
Y está mi corazón de enhorabuena.
Alguna que otra vez, un tenue velo
enternece el recuerdo. Aquella esquina
que ayer doblé impaciente, se ilumina
con las mismas estrellas en el cielo.
Me imagino que el mar no habrá cambiado,
que como siempre, romperá su espuma
en el pecho del viejo acantilado.
Mecido por las olas se ha dormido
mi ayer: la oscura desazón se esfuma.
¡Ya no queda recuerdo de tu olvido!
José Utrera Molina
Un fuerte abrazo, papá, desde el fondo de mi alma.
LFU
20 de noviembre de 2008
Una figura excepcional entra en la Historia: Francisco Franco
"Una figura excepcional entra en la historia. El nombre de Francisco Franco será ya un jalón del acontecer español y un hito al que será imposible dejar de referirse para entender la clave de nuestra vida política contemporánea. Con respeto y gratitud quiero recordar la figura de quien durante tantos años asumió la pesada responsabilidad de conducir la gobernación del Estado. Su recuerdo constituirá para mí, una exigencia de comportamiento y de lealtad para con las funciones que asumo al servicio de la patria. Es de pueblos grandes y nobles el saber recordar a quienes dedicaron su vida al servicio de un ideal. España nunca podrá olvidar a quien como soldado y estadista ha consagrado toda la existencia a su servicio. "
Juan Carlos de Borbón y Borbón, Rey de España.
¿Se atreverá garzón a procesarlo? ¿Comenzarán a retirarle retrospectivamente los honores concedidos los diferentes Ayuntamientos y Diputaciones?
Cosas veredes...
LFU
20 de noviembre
Te confieso que me horripila morir fulminado por el trallazo de las balas, bajo el sol triste de los fusilamientos, frente a caras desconocidas y haciendo una macabra pirueta. Quisiera haber muerto despacio, en casa y cama propias, rodeado de caras familiares y respirando un aroma religioso de sacramentos y recomendaciones de alma, es decir, con todo el rito y la ternura de la muerte tradicional. Pero ésta no se elige: Dios, quizá quiera que acabe de otro modo. El acoja mi alma (que ayer preparé con una buena confesión) y me sostenga para que la decorosa resignación con que muera no desdiga junto al sacrificio de tantas muertes frescas y generosas como tú y yo hemos conmemorado juntos.
(Carta de José Antonio a su amigo Rafael Sánchez Mazas. 19 de noviembre de 1936, víspera de su fusilamiento)
José Antonio Primo de Rivera
PRESENTE
LFU
17 de noviembre de 2008
En las catacumbas
En la España de las libertades del siglo XXI los homosexuales militantes pueden apropiarse de las calles de Madrid durante todo un día haciendo gala de un mal gusto insufrible, ofendiendo a la decencia y haciendo una exhibición pública de obscenidad.
Esa misma España asiste indiferente a los aquelarres nacionalistas en Cataluña y en el País Vasco en los que con una impunidad vergonzante se insulta a la patria, se queman sus simbolos y se pregona la secesión.
Pues bien, en esta misma España, en la que la libertad de expresión se ha convertido en dogma, el Parlamento aprobó, con la repugnante algarabía de la izquierda sectarea y la indiferencia acomplejada de una derecha inerme, una ley que, entre otras cosas, impide que unos cuantos miles de españoles, desafiando al pensamiento único, rindan homenaje a Francisco Franco, a José Antonio Primo de Rivera y a todos los caídos por España, en el monumento erigido como símbolo de la reconciliación entre los españoles. En efecto, a falta del preceptivo desarrollo reglamentario de la infame Ley de memoria histórica, el Gobierno por sí y ante sí, ha decidido que si quieren ir a rezar, que se abstengan de llevar una sola insignia, que destierren el color azul de su indumentaria, guarden sus banderas y se dejen registrar a la entrada por las fuerzas del orden, como si fueran vulgares delincuentes.
Mientras tanto, hace unos días y ante las cámaras de todos los medios de comunicación, las hordas de la Esquerra Catalana hicieron gala de todo su macabro ritual, con sus banderas inconstitucionales y sus gritos anti españoles en el mismo lugar que sirvió de sangriento paredón para miles de catalanes que cayeron por España mucho antes que Luis Companys, sin juicio alguno y cuya memoria por lo visto merece todo el desprecio de las instituciones públicas.
Hay desgraciadamente dos varas de medir. Y está claro que los que presumen de demócratas han decidido relegar a la clandestinidad a quienes osan denunciar su sectarismo sin límites y siguen fieles a un limpio ideal.
Pues bien. Quienes creemos en el poder de la oración, seguiremos acudiendo, mientras Dios nos de vida, a rezar por España bajo una colosal Cruz que nos recuerda el sufrimiento y la salvación. Sin banderas nacionales, sin insignias, sin recuerdos, pero con la cabeza bien alta, como homenaje a quienes hicieron posible una España mejor.
El infame nos ha convertido en españoles de segunda. Nos ha relegado a las catacumbas con el silencio escandaloso de la oposición. Pero se equivocan -y mucho- si piensan que han vencido. Todo lo que se construye sobre el odio acaba por consumirse y desaparecer. No conseguirán provocarnos, porque no somos como ellos. Cuanto más fuerte sea su odio, más grande será nuestra esperanza en un nuevo amanecer.
LFU
13 de noviembre de 2008
El odio de la izquierda
Por su indudable interés y calidad, y por su valentía, reproduzco a continuación el artículo de Kiko Méndez-Monasterio en La Razón de Hoy.
ARAVACA 13 Noviembre 08 - 1:36 - Kiko MÉNDEZ-MONASTERIO
"El cementerio de Aravaca, donde descansan los restos de centenares de víctimas del Terror Rojo ha sido de nuevo profanado. Para algunos, saber que los que allí descansan fueron sacados a la fuerza de sus casas y asesinados al amanecer, no es suficiente. También les parece necesario profanar sus tumbas, insultar su memoria, perpetuar el odio. Los Ramiros, (Maeztu y Ledesma) que allí reposan, deben contemplar perplejos el espectáculo del rencor inoculado en las nuevas generaciones. El primero, tan clásico, sentirá lástima por la juventud manipulada y vacía que busca en la historia lejana un culpable de su mediocridad y su tristeza. El segundo, más romántico, no podrá disimular una mueca de desprecio, porque nunca soportó la cobardía, y sabe que tanto niñato bien alimentado y disfrazado de antifascista, no se habría acercado ni a un metro estando él vivo. Y los dos sabrán que, en verdad, esos chavales de muy poco son culpables. Que, como siempre, los mercaderes del odio mantienen limpias sus manos. Desde tribunas periodísticas, políticas y últimamente judiciales, los sembradores de viento todavía sonríen con sus ocurrencias. Imbéciles. Dejad a los muertos en paz. Si vuestra conciencia os molesta porque no sabe digerir a la vez el izquierdismo y el caviar, tomad más ansiolíticos, pero no es obligatorio estar permanentemente haciendo el cretino, que ni siquiera la toga lo disimula."
Chapeau, Kiko
LFU
10 de noviembre de 2008
Si de tu oro el sol es garantía...
5 de noviembre de 2008
¡Valiente Pendón!
Responde al nombre de Salvador Pendón y preside la utilísima Diputación provincial de Málaga. Su nombre no pasará a la historia, pero ya ha dado muestras de un coraje y una valentía sin igual que le hacen acreedor a un hueco en esta mi bitácora.
En un arranque de arrojo conmovedor, ha declarado públicamente que va a retirar al anterior Jefe del Estado, Francisco Franco, el "privilegio" de Presidente de honor de la Diputación, que ostenta desde el 21 de marzo de 1946. En medio de un ambiente hostil donde los haya y desafiando a la opinión pública ha declarado:
«Estamos esperando el momento oportuno para quitarle a Franco el título de presidente de honor de la Diputación. Será una revocación simbólica que queremos hacer coincidir con un acto de relevancia y repercusión democrática que recuerde a todas las personas que sufrieron la represión franquista."
El presidente del ente supramunicipal añadió que al anterior jefe del Estado se le otorgó, el 22 de mayo de 1964, la medalla de oro de la provincia de Málaga. «Le vamos a pedir a sus herederos que nos devuelvan esa medalla», aseguró Pendón.
Emocionante muestra de valor merecedora de más altas recompensas, Sr. Pendón.
Bastante tiene Ud. con la guasa de su apellido pero, como jurista, le recuerdo que carece de acción contra los herederos para reclamar bienes recibidos en herencia por sus causantes. Debería haber tenido el valor de reclamarla en vida, pero seguramente andaba Ud. en otras lides ardorosas y no tuvo tiempo de ocuparse de estas minucias. No tengo ninguna duda de que el Ilustre Alonso Martínez, al redactar el Código civil tuvo en cuenta aquello de "Santa Rita Rita, lo que se da no se quita."
¡Valiente Pendón!
LFU
3 de noviembre de 2008
Bien por la Reina
La izquierda ha encontrado un filón en las declaraciones de la Reina Doña Sofía para atacar a la Corona. La excusa es que haya hecho declaraciones, pero lo que le molesta a la izquierda y a los lobbies circundantes -como el homosexual- es que haya dicho lo que ha dicho. Si la Reina en lugar de haberse mostrado contraria al aborto y a la eutanasia se hubiera mostrado a favor, todo serían hoy parabienes. Pero en España resulta muy arriesgado salirse un milímetro de la verdad oficial.
En el folleto de Sopena (El Plural) -pretendido émulo de la actividad de Alberti durante la represión roja en Madrid-, andan rabiosos por las declaraciones de la Reina respecto a Franco. Todo por decir, sencillamente, la verdad:
Doña Sofía es reincidente en proclamas
“La España que yo conocí, más que una dictadura era una dictablanda”
Entre las polémicas declaraciones de la Reina recogidas en el libro de Pilar Urbano figuran frases de emotivo agradecimiento a los Franco por el tratamiento que el dictador y su familia dispensaron a la familia real. Al menos en este sentido, no es la primera vez que se muestra cariñosa con el dictador. En otro libro anterior también de Urbano, Doña Sofía aseguraba entre otras cosas que Franco era “un hombre sencillo, con ganas de agradar y muy tímido” o que “la España que yo conocí, más que una dictadura era una dictablanda”.
Aunque no levantó tanto revuelo, en una biografía firmada también por Urbano y publicada hacia 13 años, la Reina proclamaba que “Franco era monárquico” y “era un dictador pero no un tirano”. También recordaba que su marido Juan Carlos I se había mostrado “tajante” desde el primer momento proclamando que “delante de mí no se habla mal de Franco”.
El testamento de Franco
En el nuevo libro de la misma autora la Reina incide en el agradecimiento a la familia del dictador: “Gracias a Carmencita, la hija del Generalísimo, mi marido obtuvo el testamento de Franco, que luego Arias leyó por televisión. En la situación aquélla, ese documento fue clave, porque en uno de los párrafos el Caudillo decía que los españoles debían ponerse al lado del nuevo Rey”.
Por mi parte, sólo puedo agradecer a la Reina que haya hecho gala de sentido común, de defensa de la verdad y de defensa de la vida. ¡Bien dicho Majestad!
LFU