Te confieso que me horripila morir fulminado por el trallazo de las balas, bajo el sol triste de los fusilamientos, frente a caras desconocidas y haciendo una macabra pirueta. Quisiera haber muerto despacio, en casa y cama propias, rodeado de caras familiares y respirando un aroma religioso de sacramentos y recomendaciones de alma, es decir, con todo el rito y la ternura de la muerte tradicional. Pero ésta no se elige: Dios, quizá quiera que acabe de otro modo. El acoja mi alma (que ayer preparé con una buena confesión) y me sostenga para que la decorosa resignación con que muera no desdiga junto al sacrificio de tantas muertes frescas y generosas como tú y yo hemos conmemorado juntos.
(Carta de José Antonio a su amigo Rafael Sánchez Mazas. 19 de noviembre de 1936, víspera de su fusilamiento)
José Antonio Primo de Rivera
PRESENTE
LFU
Jose Antonio Primo de Rivera
ResponderEliminar¡¡¡PRESENTE!!!
¡¡¡ARRIBA ESPAÑA!!!
Un abrazo
Antonio Vallejo
Jose Antonio, ¡presente! ¡Arriba España!
ResponderEliminarUn saludo a nuestro estilo,
Álvaro.